Amor de Verano

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Lucy

Muy en contra de mi voluntad, sigo empacando en mi maleta.

A pesar de que prácticamente soy mayor de edad, mi mamá se rehusó a dejarme sola este verano, porque me quiere llevar de vacaciones con ella, su nuevo esposo y los hijos de este.

Luego de varias ruidosas discusiones, decidí que iría para demostrarle que realmente no disfruto de este tipo de vacaciones en la playa y en "familia" como ella tanto insiste.

Después de todo, este será el último verano en el que ella podrá obligarme a ir, ya que cumplo mis dieciocho años en quince días.

Lo cual me trae otra desventaja, al no poder estar con mis amigos el día de mi cumpleaños tan deseado.

Mientras me sigo lamentando por los próximos días que me esperan, termino de armar mi bolso con todo lo necesario para subsistir en la playa.

Trajes de baño, ropa veraniega, libros, mi infaltable cuaderno de dibujos y unas cosas básicas más.

Lo único que pienso hacer es tomar sol, leer y dibujar, ya que no está en mis planes relacionarme con nadie de la familia de mi padrastro o las amigas de mi mamá.

- Hey, Lucy! Salimos en diez minutos!- la voz de Sam, mi nuevo hermanastro de doce años, me saca de mis pensamientos.

Él parece ser un niño bueno por lo poco que lo conozco. Es simpático conmigo, a pesar de mi frecuente mal humor, y simplemente me trata como a cualquiera, con respeto y sin sonrisas falsas, como las que me da su padre.

Su hermana Melody, en cambio, con tan sólo catorce años, es todo lo que representa a una auténtica adolescente odiosa. Caprichosa, irrespetuosa y se la pasa todo el día con su nariz metida en su celular.

Sin embargo, no es como si yo les prestara mucha atención a ninguno de ellos. Desde que mi madre se casó con Richard, mi reciente padrastro y progenitor de las criaturas previamente mencionadas, yo simplemente me paso los días en el parque, yendo a las casas de mis amigas o encerrada en mi habitación con tal de no tener que tratar con todos ellos.

No es que sean malas personas, realmente no me he tomado el tiempo de conocerlos porque a simple vista no parecen ser personas con las cuales yo me llevaría bien. Richard es el típico hombre adinerado y engreído, que se la pasa todo el día en su oficina y malcría a sus hijos, quienes siempre obtuvieron lo que quisieron sin siquiera mover un dedo. 

En fin... cierro mi maleta, tomo mis auriculares y mi celular para escuchar música durante el viaje en auto. 

Serán unas largas seis horas hasta la playa donde, según estoy informada, Richard y su familia tienen una casa de verano inmensa. 

Lo peor de todo, es que muy probablemente me vea obligada a compartir dicha casa con toda la nueva "familia" de mi mamá, es decir, más gente que no me simpatiza del todo.

Tomando todas mis cosas, cierro la puerta de mi habitación y bajo las escaleras de madera. Por ahora estamos viviendo todos en mi casa de siempre, la cual por suerte es bastante amplia. De todas formas, Richard y mi madre tienen planes de mudanza luego de que volvamos de las vacaciones.

- Vamos, hija, ayuda a Rich a terminar de subir las maletas al auto.- me reprocha mi madre apenas me ve ingresar a la cocina.

Ruedo mis ojos sin que ella me vea y me dirijo hacia afuera.

Allí Rich y Sam se encuentran alistando todo lo necesario para el viaje.

Me acerco a ellos silenciosamente y apoyo mi maleta en el baúl del auto.