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Blake

Hoy ha sido un día bastante agotador. Me tocó hacer guardia en el hospital desde muy temprano y después de eso he estado prácticamente toda la tarde atendiendo pacientes en mi consultorio.

Por mucho que me guste mi trabajo, a veces puede ser algo cansador, y luego lo único que quiero es estar en silencio por un rato.

Chequeo mi celular una vez más y veo el último mensaje de Luce diciéndome que estaba por entrar a la consulta con el Dr. Jefferson. Su jodido ginecólogo...

La convenceré para que cambie de médico pronto. O al menos intentaré... De todas formas, más tarde deberá ir al obstetra, en quien sí confío más.

Joder... Es malditamente increíble. Seré papá de vuelta.

Hemos estado intentando desde hace una semana más o menos y puedo decir que ha sido todo un placer.

Ambos estamos más que entusiasmados. Ahora que vivimos juntos aprovechamos cada momento que podemos para pensar sobre nuestro futuro.

Mi pequeña June está contenta con la convivencia con Lucy también, aunque todavía debo cuidar que no se sienta dejada de lado a veces.

Además, le encanta que la boda vaya a ser en la playa. Apenas fui dos veces con mi niña allí pero era más pequeña por lo que no recuerda casi nada.

Un golpe en la puerta llama mi atención de repente. Chequeo la hora y recuerdo que me queda atender a mi última paciente. 

Me levanto de mi silla y abro la puerta.

- Señor y señorita Kenner, buenas tardes. Adelante.- pretendo profesionalismo al ver a mi amigo y a su hija.

- Dr. Anderson, se ve particularmente horrible esta tarde.-

Will sonríe antes de abrazarme fraternalmente de costado. Él es papá de Millie, compañera de June desde que tenían dos años, y nos hemos hecho bastante amigos con el paso del tiempo.

Lo insulto por lo bajo antes de fijar mi mirada en la niña tomada de su mano.

- ¿Cómo estuvo la escuela hoy?-

- Aburrida.- dice la pequeña encogiéndose de hombros.

- Tal como debe ser.- respondo haciéndola reír.

..

Para cuando termino con Will y Millie, ya son pasadas las seis. Me quedo acomodando mi escritorio y organizando mi agenda de mañana hasta que Luce me venga a buscar.

En cuanto oigo el golpe en la puerta, me levanto rápidamente y abro con una sonrisa.

Una que se desvanece al ver a mi hermosa mujer llorando.

- ¿Qué pasó?- sus ojos me observan entre las lágrimas que intenta limpiar de su rostro. - ¿Luce?-

Tiro de su mano hacia mí y la envuelvo entre mis brazos.

Sus manos se aferran a la tela de mi camisa con fuerza.

- Lo lamento tanto...- solloza y respira entrecortado. - Yo no sabía...-

Mil hipótesis y preguntas cruzan mi mente. ¿Qué pasó? ¿A qué se refiere? ¿Y por qué se disculpa?...

Cojo sus mejillas entre mis palmas y fijo mi mirada en la suya.

- Nena, háblame... Dime qué pasó, por favor...-

Odio verla así de triste, con su mirada apagada y perdida, sin saber qué hacer.

Amor de Verano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora