Amor de Verano

25

Lucy

- ¿De qué hablas, Paul? Creí que ambos acordamos en que esto era lo mejor para los dos...-

Pasa sus manos por su cabello repetidas veces y suspira.

- Sólo no sé si tomamos la decisión correcta...- se corre a un lado del sofá y me invita a sentarme. - Sé que no te presto la atención que necesitas y que a veces soy algo difícil de tratar, pero tú eras mi mejor amiga y... quizás solo debemos volver a intentarlo.-

Sus palabras me dejan atónita. No sé qué decir.

- Yo...- me remuevo en mi lugar, su cercanía ya no me brinda la misma tranquilidad que antes. - No creo que haya vuelta atrás, Paul. Simplemente no funcionamos como pareja y me parte el alma que no podamos ser amigos aún, porque nos amamos o eso creí, pero ya no me siento del todo feliz estando a tu lado...-

- No me digas eso, Lu.- pone su mano en mi pierna y me observa. - Ayer, estando solo en un hotel, me puse a pensar en nosotros y recordé lo bien que funcionamos juntos. Tú me haces falta, me gusta volver a casa y encontrarte a ti, con tus calcetines coloridos y tus sexis gafas. Extrañé nuestra charlas en la cocina y extrañé aún más sentir tu cuerpo junto al mío...-

Me sonrojo levemente, no sé bien si es por sus palabras o por el enojo. ¿Por qué no se pudo dar cuenta de todo esto antes de que nuestra relación se fuera por el drenaje?

Quiero decir algo, pero su bello rostro y su mirada apenada me distraen.

Su mano derecha acuna mi mejilla y su caricia me reconforta solo un poco.

- No podemos...- es lo único que logro articular.

Ahora sus dos manos guían mi rostro hacia el suyo y me besa lentamente.

Al principio me rehuso, pero pronto lo estoy besando de vuelta. Mis labios se mueven sobre los suyos que me buscan con deseo. Su beso se siente familiar, pero ya no siento esa adrenalina o pasión que creí sentir hace un tiempo.

- Déjame mostrarte cuánto te amo, Lu.- susurra contra mi boca. - Al menos una vez más...-

- Paul, no deberíamos...-

- Shh..- sus labios húmedos se deslizan justo hacia debajo de mi oreja.

Él sabe perfectamente que ese es mi punto débil. Por eso lame y besa con detenimiento mi piel cálida mientras sus manos sostienen mi cuerpo contra el suyo.

Siento su aliento rozándome a la vez que una de sus manos se adentra en mi blusa y comienza a descender por mi abdomen.

Gimo suavemente al sentir su tacto en mi intimidad y tiro de su cabello entre mis dedos. Se siente tan bien que cierro mis ojos y me dejo llevar.

Esta vez yo lo beso, y él me corresponde con entusiasmo mientras yo mordisqueo su labio inferior.

De pronto, sus dedos se adentran en mí y luego comienza a moverlos provocándome el placer que he necesitado por tantas semanas.

- Oh, Blake...- vuelvo a gemir perdida en el constante movimiento de sus dedos.

Tan perdida que no me doy cuenta de mi error hasta que dicho movimiento para. 

Paul retira su mano de mis bragas con una expresión decepcionada en su rostro y yo solo lo miro boquiabierta y probablemente muy sonrojada.

- Joder, lo lamento, no quise..-

- Descuida, Lucy, lo entiendo perfectamente.- me corta tajante mientras se pone de pie y se alista para irse.

Me recompongo rápidamente y me apresuro a abrirle la puerta. Me siento terrible.