Night » horan.

03. Débil.

Me doy vueltas en la cama intentado reconciliar el sueño. Son las diez de la mañana y quiero seguir durmiendo, segundos después alguien toca la puerta de mi habitación.

—¡Vamos a despertar! —grita del otro lado de la puerta Dan.

—¡Lárgate, déjame dormir! —me quejo en un gruñido.

Escucho como la puerta se abre y me tapo la cara con las sabanas, siento como me mueven bruscamente para levantarme, es sábado y Dan me levanta a esta hora, ¿no puede esperar hasta las once?

—¡Vamos, levántate! —Dan jala la sabana y quedó al descubierto, el sol choca con mi rostro y gimo en molestia.

—¿Cuál es tu problema? Yo no llego a tu habitación para molestarte —gimo sentándome en la cama y acomodando mi desordenado cabello.

—Mi fea melliza tiene que estar lista para su cita con su "mejor amigo" —hace comillas en el aire y lo miro mal.

—Uno; somos mellizos y eso significa que si yo soy fea tú también. Dos; no es una cita es una salida de amigos —aclaró y Dan pone los ojos en blanco, y sale de mi habitación gritando.

—¡Más te vale bañarte! —ruedo los ojos y me dejo caer de espaldas en mi cama.

Mi habitación no es muy colorida que digamos y eso se debe por mi especie de problema que tengo, las paredes son blancas sin otro color en ellas, el piso es de mármol y hace que resalte por las paredes, tengo mi armario color café y un escritorio.

Desde que tengo mis ataques de pánico, mamá hizo cambios en la casa para que no los sufra, la casa por afuera es blanca y por dentro igual, no hay muchos colores, literalmente, casi todo lo que hay es blanco, igual en la casa de Calum ya que su mamá cuando se dio cuenta de lo que sufro, ella también hizo cambios para cuando la visite no los tenga y mi familia está muy agradecida por eso.

Me doy una ducha y me visto al terminar, salgo de mi habitación y camino a la cocina, en ella está Dan cocinando muy alegremente.

Ambos nos sentamos a comer mientras hacemos planes después de mi salida con Calum.

Una hora más tarde me encuentro saliendo de la casa con Calum para nuestra salida, más bien él me arrastro para que salieramos.

—¿A dónde iremos? —pregunto cuando él comienzo a manejar.

—Como dijiste que podíamos ir a cualquier lugar que yo diga —me hecha una mirada y vuelve a ver el camino. Ya me estoy arrepintiendo de hacer dicho eso—, pues... iremos a mis entrenamientos.

Eso no es tan malo, Calum siempre me está diciendo que algún día me llevará a verlo jugar fútbol.

—Al fin te dígnate de llevarme Thomas —digo su segundo nombre y él me mira fugazmente.

Después de eso el camino se vuelve tranquilo hasta que estaciona su auto en el aparcamiento, ambos nos bajamos del auto y me indica que lo siga.

El moreno me guía dentro de la cancha, este empuja dos puertas de cristal dándome la bienvenida a la cancha. El lugar está vacío a excepción del grupo de chicos que hay a lo lejos entrenado. Caminamos hacia ellos y cuando ya estamos lo suficientemente cerca Calum llama alguien.

Tres chicos se acercan a nosotros, uno de cabello rizado, otro de cabello rojo electrizante y un rubio alto.

—Hey Calum —saluda el de cabellera llamativa con un apretón de manos y después su mirada verdosa cae en mi—. Hola novia de Calum.