Dicen que enfrentar tus miedos te hace superarlos, pero en mi caso tal vez no sea eso. La mayoría de mi adolescencia la pase atormentándome desde que fui aquel lugar, nadie sabía cuándo soñaba con desaparecer de la faz de la tierra para poder pasarme tranquilamente por las calles.Muchas personas a lo largo de mi vida decían conocerme, pero ellas estaba equivocadas ya que era una máscara la que poseía. Y las que me conocían solo conocían una mentira, son contadas las personas que de verdad me conocen a fondo, que saben cuantas veces llore por las noches, cuantas tuve pesadillas, cuantas veces grite y suplique que las voces se fueran de mi cabeza, cuantas veces arañaba mis brazos para desatar mi dolor.
Y ahora las personas que nunca se fueron de mi lado sabrán la razón de mis lamentos. Y tal vez me arrepienta por confesar y al día siguiente muera, pero en algún momento uno deja de callar para revelar secretos.
Camino decidida, sin dudar, sin titubear, sin temblar, sin inseguridad. Camino segura de lo que haré, donde todos me conocerán realmente.
El gran pasillo blanco con personas de batas blancas se mueven de aquí allá, un apretón brindándome apoyo hace que baje mi vista y pueda apreciar nuestras manos entrelazadas.
—Señorita Peyton, su turno —una señora aproximadamente de treinta años o más, llama mi apellido avisando que es mi turno.
Una mujer se acerca a mi completamente vestida de blanco haciéndome una seña para que la siga, me levanto y los chicos también. Sigo a la mujer por los extensos y blancos pasillos del lugar hasta llegar a la habitación donde sucederán los futuros hechos.
Ella posa su mano en el pomo de la puerta y lo gira para tener acceso a la habitación, respiro profundo para poner mi pies en ella y adentrarme al lugar, los chicos me siguen, un hombre más o menos de cuarenta años está sentado en su escritorio de mármol y se levanta al verme.
—Tomen asiento —ordena, los chicos se sientan en un par de sofás que decoran la habitación y yo en la silla frente al escritorio del señor.
—¿Estás segura de esto? —pregunta la voz de Niall en tono bajo.
—Segura.
—Comencemos —el hombre hace un ademán—. Dawn, ¿cómo te sientes con esto?
—Un tanto insegura.
El hombre, que por lo que puedo ver en su escritorio una placa con su nombre: Fredd Henderson, se acomoda en su silla, coloca sus manos encima de su escritorio entrelazándolas.
—Háblame de él —pide sin quitar su vista de la mía.
Su pregunta hace que mi mente colisione de respuestas, pero me mantengo segura.
Vamos, sólo dilo.
—Él es malo —me relamo los labios y dudo en decir lo siguiente—. Hace que me lastime. Y dice cosas en mi mente —murmullo cerrando los ojos.
Fredd asiste.
—¿Qué te dice?
Respiro tratando de buscar tranquilidad.
—Dice que me matará —bajo la vista hacia mis dedos—. Dice que me buscara y me hará daño. Dice que hará que mate a todos —alzó la vista solo para ver al chico a mi lado y al otro detrás mío—. Dijo que matará a Calum y a Niall.
La habitación se sumerge en silencio dejando sentir la tensión al dejar salir esas palabras.
Nadie se lo esperaba.
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Night » horan.
Fanfiction"Un alma triste siempre está despierta después de media noche". ✿ heamixn