19. Lluvia.

1.4K 128 46
                                        


Los días pasan y mi graduación se acerca, han pasado dos semanas y tengo que decir que he aprendido mucho en ese tiempo y con eso nuevos amigos.

Liam y sus amigos se han hecho muy cercanos a mí, aunque no tengo que decir mucho del rubio que hasta ahora nadie me dice su nombre y son pocas las veces que hablo o lo veo, pero eso es de menos. Calum, no sé que a pasado con él. Hace poco de una semana hizo algo que jamás pensé que él haría, cosa que hizo que me decepcionara.

—¿Cuál crees que me quede bien? —Sammantha sostiene dos vestidos; un morado oscuro con pequeñas piedrecitas pegadas a él y un blanco muy lindo.

—Blanco —respondo inmediatamente. Sigo revolviendo el montón de vestidos que ella a traído a mi casa y ahora descansan en mi cama.

—Blanco será —Sam deja el vestido junto con unos tacones bajos negros—. ¿Y tú que llevaras, para tu graduación? —pregunta para ponerse a revolver los vestidos conmigo.

—Prefiero no ir —respondo sin importancia.

—¿Por qué?

—No hay una razón específica, Sam.

Ella se queda un rato callada, yo sigo revolviendo los vestidos ya que estoy aburrida y pienso tirarlos por la ventana. Los vestidos no son lo mío.

—Es por él —musita, me giro para verla con expresión confundida.

—¿Quién?

—El chico con el que te encuentras a media noche, Dawn.

El aire de mis pulmones desaparece y siento como si me fuera a desmayar en cualquier momento, miento si digo que casi me atraganto con mi propia saliva.

—¿Qué? —pregunto aturdida.

—Dawn, la noche que me quede a dormir a esta casa, fui a beber agua y por la ventana de la cocina te vi como abrazabas a un chico debajo de la farola.

Toso.

Asimilo las palabras y me quiero golpear a mí misma. Joder, ahora comenzará con el interrogatorio de quién es el chico con el que salgo y por qué salgo a esa hora.

—Ah —me relamo los labios levantándome de la cama—. Iré por agua.

—Alto ahí jovencita —ella me detiene tomándome del brazo y maldigo por lo bajo.

—Enserio, Sam. Tengo sed —me excuso.

—No te creo.

—Es verdad —miento una vez más, ruego para que se crea la mentira.

—Okay, pero si es mentira le digo a tu hermano —puntualiza soltándome del brazo y salgo de la habitación corriendo.

Al diablo que le diga.

Yo no quiero decirle nada. Tomo el pomo de la puerta principal abriéndola con sumo cuidado desplazando mi cuerpo y finalmente afuera, la cierro despacio. No tardó en echarme a correr hacia el lugar más cercano; un parque.

Miro a mi alrededor viendo como niños juegan con pelotas o simplemente corren por el gran parque, tomó asiento en unos de los tantos bancos y dejó escapar un suspiro.

Hace una semana, me encontraba caminado con Niall en la noche, ambos contábamos anécdotas que nos habían pasado a lo largo del tiempo y fue en ese momento en el que decidió que finalmente nos conoceríamos.

Después de casi cuatro meses, lo conoceré. Dejaré de pasar horas imaginado como sería él. Dejaré de preguntarme cómo sería él. Al fin pasara.

Me voy del parque después de media hora, probablemente cuando llegue Dan me matara y yo mataré a Sam si le a dicho algo. Camino por las avenidas demasiadas transitas para mi gusto, a pesar de ser domingo hay demasiadas personas caminando por doquier.

Miro a los dos lados antes de cruzar la calle, me preparo mentalmente para el mayor regaño y interrogatorio de mi vida que Dan me dará, aunque si le dice le diré a mamá que él también se a escapado a altas horas de la noche.

Por qué bien dice; Simio no mata a simio. Y si él dice algo yo le digo a mamá, por qué se supone que tenemos que guardarnos secretos.

Salgo de mis pensamientos de un golpe para percatarme de que he chocado con alguien.

Esto se está volviendo una costumbre.

—Lo siento, estaba distraída —me disculpo apenada y me separo de él para mirarlo y pedirle nuevamente disculpas.

Oh, no.

—Solo mira bien por donde vas, Dawn —al no llamarme por su estúpido sobrenombre hace que me duela el pecho.

—Si. Lo siento, Cal —abro los ojos y niego—. Digo, Calum —me corrijo rápidamente y puedo ver cómo el morocho cambia su compostura a una menos defensiva.

—Solo... —él deja sus palabras en el aire al ver cómo me echo a correr.

Y me arrepiento de haberlo hecho.

En ese momento me doy cuenta que es muy tarde para arrepentirme de mi acto y debo afrontar las consecuencias.

Colores.

Ellos se apoderan de mi campo de visión. Y de un momento a otro comienzo a perder el control de la situación y la mía.

Comienza a faltarme el aire.

Mis brazos pican.

Paso mis uñas por mis brazos despiadadamente lastimando mi piel.

Estoy perdiendo.

Él está cerca Dawn, y vendrá por ti.

No otra vez.

Él vendrá a terminar el trabajo de hace ocho años que nunca pudo hacer.

Las lágrimas se adueñan de mi rostro, tiro fuertemente de mis cabellos.

Necesito que las voces se vayan.

—¡Maldición! —el familiar grito de Calum acompañado con las pisadas rápidas indicando que corre hacia mí.

Araño mi rostro sin piedad y grito.

—¡Deja de hacer eso! —ordena él teniendo firmemente mis muñecas para evitar seguir haciéndome daño.

Él te matará, Dawn, y nadie lo evitará.

¡Calum, sácalo de mi cabeza! —intento llevar mis manos a mi cabello pero falló ya que mi amigo las sujeta.

—Solo mírame, Dawn.

Si lo miras morirás.

Su voz resuena en cada parte de mi cabeza y cierro los ojos atrapando mi labio inferior mordiéndome.

—Me matará —sollocé.

—Él no lo hará si estoy aquí —su voz es suave pero no evita que los demonios de mi cabeza desaparezcan.

Si lo miras, él morirá. Lo mataré enfrente de ti para que veas la sangre de tu amigo en tus manos.

—Nos matará, Calum —balbuceo.

Es ese momento en el que mi respiración se vuelve irregular, mis brazos pican, mi rostro arde, mi cabeza duele y mi vista comienza hacer bizarra.

—Calum, él vendrá por mí cuando menos lo espere y me matará —mi cabeza hace colisión al decir esas palabras.

Todo se volvió negro y por primera vez en mi vida, soy parte de la oscuridad que ahora me a consumido por completo.

He caído y tal vez nunca podré levantarme de esta.

Night » horan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora