11. Caliente.

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—Perdón —hace un puchereo mientras me estrecha entre sus brazos.

—Yo soy la que debería pedir perdón —niego, mientras mis brazos se enredan en su dorso.

—Entonces pidamos perdón los dos.

—Perdón, Calum —sonrió deshaciendo el abrazo.

—Perdón, Dawn —él imita mi acto.

Ambos nos dejamos caer en la cama mirando al techo. Nos quedamos en silencio siendo absorbidos por los pensamientos que rondan por nuestras mentes.

Hasta que Calum decidió romperlo.

—Hey —susurro casi inaudible.

—¿Uhm?

—Eres la mejor —murmullo girando su cabeza para verme.

Imite su acto.

—Si, ya lo sé.

—Se suponía que tenias que decir, 'no Calum, tú eres el mejor ' —imita mi voz horriblemente.

—Yo no hablo así —niego—. Y entre los dos sabemos que yo soy la mejor.

—Si, claro —puso sus ojos chocolate en blanco y después sonrió.

—Idiota.

—Los dos sabemos que no lo soy —ahora yo soy la que pone los ojos en blanco.

—Como tú digas, Thomas —hago un ademán.

—Yo siempre digo, Daisy —gruño.

—Es Dawn; de, a, doble ve y ene —deletreo mi nombre.

—Es Daisy: de, a, i, ese, y —él deletrea.

Nos quedamos en un cómodo silencio mientras un recuerdo llego a mi mente desconcertándome rápidamente.

Ese chico llego a mis pensamientos.

Su cabello rubio, su pálida piel y su linda sonrisa apareció repentinamente en mi mente. El recuerdo del día en el café llego y me perdí en él.

—Dawn —la voz de mi mejor amigo me hizo llegar a la realidad.

—¿Si?

—¿Por qué tienes ese envase? —él toma el envase de café vacío de la mesa de noche.

Analizó la pregunta por unos segundos sin saber qué contestar.

—No lo sé —me encojo de hombros.

¿Por qué lo tenía?

Miro a Calum, este se a sentado en el borde de la cama mientras mira fijamente al envase frunciendo el ceño levemente.

—¿Qué pasa? —pregunto confundida, él a escuchar mi interrogante lo hace volver al mundo real.

—Me tengo que ir —habla firme y se levanta de la cama, lanzado bruscamente el envase de café a la cama.

—Oye —me quejo tomando el objeto.

•••

Las personas pasan y yo trato de mantener mi mente alejada de la realidad, pensar en algunos recuerdos, divagar entre mis pensamientos, recordar momentos, solo tengo que mantener mi mente alejada de la realidad por unos instantes mientras camino hacia mi destinó.

Coffee Light; desde mi punto de vista, la cafetería más relajada y tranquila de Londres. El lugar donde mi mente se relaja por pequeños minutos, donde me deleito con el delicioso café que preparan, el sonido de los autos y la tranquilidad que posee.

Mi lugar favorito desde hace un año.

Entro empujando la puerta de cristal, inmediatamente el olor a café invade mis fosas nasales, tomó asiento en la mesa de siempre que en ella se puede apreciar los autos y personas moverse de un lado a otro.

—Hola, Dawn —saluda Maggie, una de las que trabajan en el café—. ¿Qué deseas tomar? —pregunta cordial mientras una sonrisa se dibuja en su rostro moreno.

—Hola, Mag, deseo tomar lo de siempre —le dedico una sonrisa de lado mientras llevo mi cabello detrás de mis orejas.

—Bueno, un frapuccino será —Maggie se va antes de darme una sonrisa he ir por mi pedido.

Volteo mi vista al ventanal de cristal y veo pasar a las personas y autos de un lugar a otro.

Un sonido hace que baje mi vista.

Mi móvil suena indicando que un mensaje a llegado.

Desconocido: Hey, ¿sabes? Tal vez iré a tu casa para comer una pizza.

¿Qué?

«¿Michael? ¿Eres tú?»

Michael: No, soy la sirenita.
Michael: Ósea, nadie puede olvidar un rostro tan bello como el mío.

«Idiota»
«¿Cómo conseguiste mi número?»

Michael: Calum. Todas las respuestas son el negro.

—Aquí está tu café, Dawn —Maggie coloca el café en la mesa—. Ya esta pagado —hablo desconcertándome completamente.

—¿Qué? ¿Quién lo pago? —pregunte confundida.

—Un chico rubio —ella rebusco en el bolsillo de su delantal sacando un papel—. Toma, él me pidió que te diera esto —extendió el papelito hacia mi.

—Gracias, Maggie —ella me sonrió y se fue para atender a los demás clientes.

Baje mi vista al papel en mi mano y lo desdoble para leer su contenido.

" Mientras tú esperas tu café. Yo me deleito viéndote, por qué es difícil de olvidar la sonrisa que contenía tu lindo rostro –H."

Al leer su contenido mire a mis lados buscando a la persona que a enviado esto.

Nadie.

Mi móvil sonó.

Michael: Oye, no me dejes en visto.
Michael: Responde.
Michael: ¡Hey, responde!
Michael: ¿Cómo te atreves a clavarle un visto al gran Michael Clifford? ¡No mereces vivir!
Michael: Bien, ya me calme.
Michael: Tengo frente mío a Luke.
Michael: ¡Y ahora se está comiendo un moco!
Michael: Y ahora tengo hambre.
Michael: ¡Contesta, Dawn!

Suelto una sonora carcajada al leer los mensajes del pelirrojo, llevo mis manos a mi boca evitando que las risas se me escapen ya que he llamado la atención de todas las personas del local.

Ríendo contestó sus mensajes.

«Dios, Michael»

Michael: Ya apareciste, me sentía muy solo.
Michael: ¡Nah! Es mentira.

Bloqueo mi móvil y salgo del local con mi café y el papelito que me han dado.

Night » horan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora