24. Realidad.

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26 de agosto, 2016

La mañana pasó rápida. Al despertarme todos los chicos estaban desayunando, algunos se bañaron y otros decidieron que tomarían una ducha al llegar a sus casas. 

Todos estábamos en el vestíbulo conversando animadamente, yo por mi parte los observaba. No sé porque sentí mi pecho oprimirse. No quería que ellos se fueran de mi casa. Quería que se quedarán haciéndome compañía, quería que estuvieran todo el día conmigo, porque tenía miedo de lo que pasaría.

—Bueno, tengo que irme. Hoy será la fiesta en la casa de Chris y se dice por ahí que será épica —comenta Mike con un toque de emoción.

Veo como todo se ponen de acuerdo para asistir. Yo por mi parte me mantengo alejada al tema. Solo estoy ahí, rígida y con mis nervios a flor de piel. Tengo un presentimiento que algo no estará bien, pero no quiero preocupar a los chicos.

—Hey, te estoy hablando —Niall chasquea sus dedos frente a mi, doy un saltito en mi lugar y él frunce el ceño—. ¿Qué te pasa? Estás muy distraída.

Le sonrió forzadamente.

—Estoy bien, siempre lo he estado —miento descaradamente, su ceño se frunce más.

—Que te he dicho so... —no termina de hablar ya que alguien lo interrumpe.

—¡Hey, Niall! Ya todos estamos listos ¿vienes? —llega a nuestro lugar Mike, lo miro muy alegre.

—No —le responde—. Me quedaré con Dawn.

—No, Niall. Tú irás —replicó—. Yo estaré bien, lo prometo —le regalo una sonrisa tranquila.

—Si, Niall. Dawn estará bien. Además vendremos temprano de la fiesta.

—No creo que... —ahora yo lo interrumpo.

—Estaré bien, lo digo en serio —me digo las palabras más a mí misma que a él—. Si algo pasa, te llamaré. Lo prometo.

—Esta bien —acepta derrotado.

Los chicos se acercan a mí y cada uno me da un abrazo. Los abrazo a cada uno fuertemente. Me duele el pecho y siento que las lágrimas saldrán, pero me las trago y sonrío.

—Vendremos temprano —me susurra Mike en el oído—. Te quiero —y lo estrujo más en mis brazos.

El ojiverde se aleja y ahora Niall se acerca a mi, este me abraza con cariño, sus brazos se enrollan en mi cintura y los míos en su torso. Mi cara choca con su pecho y su fragancia masculina se impregna en mis fosas nasales.

Un nudo se forma en mi boca, le quiero decir, quiero decirle que no se vaya. Que no me deje sola, porque mis tormentos me hacen una mala jugada. Quiero que se quede conmigo y me abrace, que me susurre en el oído que me ama y nunca me soltara. Quiero confesarle lo que pasa.

Pero también quiero que esté a salvo.

—Te amo, Dawn —susurra suavemente en mi oído. Lo apretó más, nuestro abrazo dura más por alguna razón, pero no me quejo.

—Te amo, Niall —mi voz sale temblosa, aferro mis manos a su camisa atrapando la tela entre mis puños—. Te amo, te amo demasiado —cierro los ojos cuando se me cristalizan.

Night » horan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora