Al terminar la jornada de clases me dirijo hacia el lugar donde la maestra a indicado y me sorprende un poco ver que solo hay chicas, siete u ocho chicas en el grupo al cual he sido nombrada para participar en la estúpida actividad.Mis pasos son inseguros a medida que avanzó, mis piernas tiemblan sin sentido y los nervios se apoderan de mi cuerpo.
Y caigo en cuenta por qué.
Nadie estará para ayudarme si llego a tener un ataque de pánico.
La única persona que me ayuda en esas situaciones es mi mejor amigo, era mi mejor amigo. Dan seguramente debe estar en casa y yo aquí temiendo que pueda entrar en crisis. Si decido no ir a donde sea que vayamos la maestra Chester me reprobara y necesito pasar esta y otras clases para poder graduarme sin pasar a rastras el semestre.
—Bueno chicas —la maestra se aparece después de unos minutos—. Hoy iremos a un centro comercial para iniciar nuestra actividad —las chicas celebran y yo solo me quedo viendo a la maestra con nervios—. Ahora, vamos.
Todas subimos al bus del instituto y yo voy directo al final, unos segundos pasan y el bus se pone en marcha, un escalofrío recorre mi cuerpo completo.
Cierro los ojos para concentrarme y arreglármelas para salir de esto, mi respiración es rápida y pequeños escalofríos pasan por mi cuerpo, no tengo idea como haré, nadie a excepción de mi familia y Calum saben cómo calmarme cuando tengo un ataque de pánico.
Vaya lío en el que me he metido.
Mis ojos viajan fugaces por todo el interior del autobús sin detenerse, necesito relajarme o será peor, jalo de las mangas de mi camisa negra en señal de nerviosismo.
Pasan largos minutos que para mí eran desesperantes para que el autobús se detenga en el estacionamiento del gran centro comercial y yo vaya con los nervios a flor de piel, mis vellos de las manos se erizan y jaló más mi camisa de mangas.
—Bueno chicas, vamos a adentrarnos en el centro comercial y comenzaremos a dar inicio a nuestra actividad y espero que se diviertan —las chicas exclaman alegres para comenzar nuestra caminata hacia el lugar nombrado.
Mi vista va gacha y por nada en el mundo la levantaría, mi corto cabello ayuda ya que tapa un poco de mi campo de visión, sigo los pasos de las otras chicas silenciosa.
La maestra nos indica donde debemos estar y nos da unas cuantas advertencias si nos vamos a otro lugar, doy gracias a Dios que me haya puesto en un lugar poco colorido, pero sigo con los nervios a flor de piel, tengo dos chicas a menos de dos metros a ambos lados y ya han comenzado a dar abrazos a las personas, algunas adultas y otras de la tercera edad.
No me sorprende que las personas no quieran que les de abrazos.
Con nerviosismo miro a todos lados hasta que logró divisar una cabellera azul electrizante muy llamativa.
—¡Pequeña Dawn! —el peli-azul exclama agitando la mano frenéticamente y noto que las dos chicas que me han tocado como compañeras posan sus ojos en mí y después en el peli-azul y sus amigos detrás de él.
—¿Qué haces por aquí? —pregunta Ashton una vez cerca de mi observando su contorno y después a mi.
—Dando abrazos gratis —balbuceo y tiro de mi manga otra vez.
—¡Genial! —Michael me abraza tan fuerte que me levanta un poco del suelo y suelto una risita.
—¡Yo también! —Mike me suelta para que Luke me abrace y este me levanta más alto por su estatura apachurrándome fuertemente en sus brazos.
—¡Y yo! —ahora Ashton es el que me abraza y este da vueltas conmigo, suelto una risa ante su dramatismo.
—¡Ahora abrazo grupal! —exclama el peli-azul teñido.
Los tres me abrazan fuertemente y yo a ellos, cierro mis ojos disfrutando del abrazo para después separarnos riendo.
—Esos fueron los mejores abrazos gratis que me han dado en mi vida —Luke dice alegremente.
—Creí que no abrazaría a nadie —murmullo y tres pares de ojos de diferentes colores posan su mirada en mi.
—Que suerte que hayamos aparecido —Ashton hace una mueca.
—Si, pero lamentablemente nos tenemos que ir —Luke hace una mueca de desagrado—, mi mamá me mandó a comprar algo y me advirtió que si llego tarde me mataría —pone los ojos en blanco.
Río.
—Hijo de mami —Michael se burla y estalló en carcajadas con los chicos menos el rubio.
—No soy hijo de mami, imbécil —Luke se defiende.
—¿Y por qué le haces las cosas a tu mami? —se vuele a burlar Mike.
—Por qué quiero.
—Como tú digas hijo de mami.
—Imbécil.
En eso un móvil suena.
—¿Si? —contesta la llamada Luke—. Si mamá ya estoy en camino para la casa... —habla con pereza—. Okey mamá... si... bien... ajá... bien... adiós mamá —Luke corta la llamada y lleva su móvil a su bolsillo trasero y después nos mira—. Ni siquiera lo digas —señala a Mike.
—¡Hijo de mami! —exclama para echarse a correr.
—¡Bastardo!
—Bueno, nos vemos luego, Dawn —Ashton se despide y corre detrás de sus amigos.
Río mirado como se alejan los tres corriendo y seguido un bufido se escucha.
Vuelvo a ver y las dos chicas que son mis compañeras me acuchillan con la mirada como si les hubiera hecho algo.
Después de eso, chicos guapos se acercan abrazarme, chicas igual, niños, adultos y señores de edad avanzadas, a cada persona que se me acerca la abrazo y dedico una sonrisa sincera, esto es divertido.
—Dawn —llaman mi nombre y busco a la persona que lo a dicho y me encuentro con cuatro chicos mirándome y de ello solo conozco a dos.
—Hola, Liam —lo saludo animada al reconocerlo—. Hola, otra vez —le digo al chico con el que he chocado dos veces.
Él ríe y mi piel se eriza.
—Hola, otra vez —le sonrío de lado y pongo mi mirada en Liam.
—Dawn, ellos son Harry y Louis —presenta el castaño de mirada marrón a sus dos amigos.
—Hola —saluda al chico castaño con ojos azules regalándome una sonrisa.
—Hola —ahora saluda uno de mirada esmeralda y su cabello lleno de rizos.
—¿Por qué la gente te abraza? —pregunta el rubio en mi dirección.
—Estoy regalando abrazos gratis, por una actividad en el instituto —musitó y los cuatros chicos se vuelven a ver.
—¿Te puedo abrazar? —el rubio pregunta con timidez y soy testigo de cómo su rostro se torna fuertemente rojo.
—Claro —sonrió alegre. El rubio sonríe abiertamente envolviéndome en sus brazos y por un extraño presentimiento siento que ya lo he abrazado antes.
—Nosotros también queremos un abrazo —el ruloso dice como un niño de cinco años.
Abrazo a cada uno y tengo que decir que me siento feliz por ver una sonrisa en las personas que abrazo.
Y me siento feliz de evitar un ataque de pánico a toda costa.
Hoy fue un día muy feliz y alegre, espero volver hacer nombrada para esta actividad y dibujar sonrisas en los rostros de las personas.

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Night » horan.
Fanfiction"Un alma triste siempre está despierta después de media noche". ✿ heamixn