04. Fuerte.

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¿Has sentido ese sentimiento de que todo está mal? ¿Que sientes que te hundes tú misma? ¿Qué piensas que nada puede ser peor y termina siendo un día de mierda? Eso es horrible, es horrible tener una baja autoestima, es horrible pensar que nadie te quiere, es horrible pensar que ya nada tiene sentido, es horrible pensar que tu vida se está yendo a la mierda lentamente.

Es horrible y yo me estoy cayendo en pedazos.

Habían pasado dos meses que no tenía un ataque de pánico, ahora esos meses se fueron a la mierda cuando justamente sufro uno. Creí que lo estaba superando, había evitado a toda costa los colores amontonados, me había alejado de todo, solo estaban las salidas nocturnas que hacía durante la noche.

Y ahora ya todo se perdió.

Mis brazos están vendados para que mis heridas sanen, mi cabello está hasta mis hombros, ellos lo hacen por mi bien ya que yo no me puedo cuidar. Me siento perdida y triste en la oscuridad la que siempre a estado conmigo y ahora me encuentro hundida en ella sin escapatoria.

Me encontraba arrinconada en la esquina de mi habitación entre la oscuridad de ella, es alrededor de media noche y la lluvia la acompaña, miro como las gotas se deslizan por el cristal de mi ventana y a lo lejos una farola ilumina la calle.

Me levanto y camino hacia mi ventana con pasos lentos, apoyo mi cabeza en el cristal enfocándome en las pequeñas gotas de agua, llevo mi dedo a ellas y las trazo, todo está en completo silencio a excepción de la lluvia al hacer contacto en el techo de la casa.

Me enfoco en la calle y puedo persevir la silueta de una persona debajo de una farola, la lluvia cae en él y parece no importarle, lleva una capucha negra evitando ver su rostro, él gira su cabeza hacia la dirección de mi ventana y ahogo un grito cuando sé que me ve.

No despego la vista de él y algo me dice que puede pasarme algo, ignoro eso y abro la ventana, la lluvia me moja el rostro, alzo mi pierna afuera de la ventana apoyándome en la rejilla, salgo de mi habitación y la lluvia me moja completamente, me estiro logrando agarrar la rama del árbol de la señora Fells y bajo por el.

El chico no sé a movido de su posición, lo único que cambia es su cabeza moverse en mi dirección mientras camino bajo la lluvia hacia él y cuando me posición frente a él, me doy cuenta que es el mismo chico que he estado hablando durante las noches.

—¿Cómo sabes dónde vivo? —es lo primero que digo al estar cerca de él.

—Eso no lo sabrás —sentencia con su voz grave. Siento su fuerte mirada en mis brazos y me doy cuenta que tenía que ponerme algo para taparme—. ¿Qué te pasó? —se acerca y toma mi brazo derecho y pasa sus manos por el vendaje.

—Solo tuve un problema —me excuso y aunque no pueda ver su rostro sé que no me a creído en nada.

—No me mientas, Dawn —réplica y lo miro incrédula.

Frunzo el ceño confundida.

—¿Qué quieres que le diga a un completo extraño el cual solo conozco por su voz y sus hermosos ojos azules? ¿Todo este bien? —digo a la defensiva.

—¿Hermosos ojos azules? —pregunta divertido y me golpeó mentalmente por la estupides que he dicho—Dawn, tal vez sepas quién soy o no pero yo me preocupo por ti —lleva un mechón mojado de mi cabello detrás de mi oreja y me quita un par de gotas de agua del rostro.

—Todos dejan de preocuparse cuando se dan cuenta de lo mal que es estar cerca de mí —quitó su mano de mejilla bruscamente—. ¡Nadie se preocupa por una chica que siempre grita de terror! ¡Nadie sabe que es vivir atormentada! ¡Nadie sabe lo que dicen esas voces en mi cabeza! ¡Nadie se preocupa por qué me lastime! ¡Nadie sabe el miedo que siento cuando miro los colores! ¡Nadie me entiende! ¡Todos huyen de mí! —exclamó con la voz quebrada por el llanto al decir las palabras, mi vista es borrosa por las lágrimas que se amontonan en mis ojos.

Él a visto a la Dawn débil y atormentada, derrumbarse antes sus ojos.

Sus brazos me envuelven y me abrazan con fuerza pegándome a su pecho, me hago pedazos en sus brazos dejando escapar sollozos y lágrimas, necesitaba dejar escapar todo lo que me he aguantado por años. 

—Tal vez no lo sepas, pero quiero verte feliz, quiero verte alegre, sin ningún tormento en tu vida —susurra tiernamente en mi oído.

—Yo siempre viviré con tormentos —solloce.

—Estas equivocada, Dawn, y te lo demostraré. Te demostraré que no todo es así.

—Buena suerte con eso.

Night » horan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora