¿Sabías que dicen que el río Nilo tiene magia?
Algo fantástico viaja en él, algo mágico.
No te imaginas todos los misterios que hay en esas aguas que, en la antigüedad, fueron transformadas en sangre.
Hay cosas que no pueden explicarse.
Al principio, pensé que conectar con Opal sería sencillo, pero ella se cerraba demasiado, incluso más que yo.
En dos semanas, durante las que nos escondíamos en uno de los salones para hablar y conocernos, apenas hablaba. Apenas hablábamos.
Pero cuando lo hacíamos, me quedaba impresionado de su forma de expresarse, de su forma de decir las cosas.
Me habló sobre libros. Esos que le gustaba leer, que le gustaba explorar.
Me habló sobre música. Esa que amaba cantar, tocar y bailar. Esa que la hacía sentir.
Me habló sobre arte. Lo que le gustaba de ello, lo que no.
Y yo me quedaba mudo, como nunca, con la lengua tiesa y los oídos atentos a cualquier palabra que ella dijera. Analizando cada uno de sus gestos, cada una de sus manías al hablar.
Nunca había entablado una conversación con una chica como Opal.
Nunca.
Ella te hacía cambiar la perspectiva de la vida, de la música, del arte.
Ella misma era arte en su máxima expresión.
Y me sentía cómodo, incluso los sueños habían disminuido.
Era extraño cómo me sentía tan bien a su alrededor, cómo las ganas de fanfarronear y coquetear se perdían en la conversación que simplemente salía de la nada.
O simplemente en nuestro silencio que cada vez se hacía más cómodo y natural.
Desde donde estaba sentado, la veo comer una hamburguesa con tantas ganas que, incluso, emitía sonidos de placer mientras saboreaba.
—¿Cuánto tiempo llevas sin comer? —Le pregunto. Se veía más delgada.
—Oh, bueno —La veo hacer cuentas en voz baja—. Antes de esto, como unos dos días.
—¿Es por eso que vas a terapia con mi madre? ¿Sufres de...? —Ella se niega de inmediato. Quería que fuera ella quien me lo contara. No podía decirle lo que sabía ya que nadie debía saber que yo había registrado los documentos de mi madre.
—Escucho voces —confiesa en voz baja, como si fuera algo vergonzoso. Eso era un avance—. Comenzaron desde que mi madre murió, se intensificaron cuando mi padre adoptivo se casó de nuevo... Y se volvieron peor cuando vine a estudiar aquí.
—¿Las sigues escuchando?
—¿Sabes porque me gusta estar contigo? —dice cambiando de tema.
—Porque soy malditamente irresistible. De eso no hay duda —fanfarroneo. Ella me ignora.
—Cuando estoy cerca de ti, las voces se detienen —confiesa. Y yo suelto una risa, me alegraba saber que no era el único que estaba loco, y que ella me usaba para calmar las voces, así como yo la usaba para calmar los sueños.
Me pregunté por qué pasaba.
—Por supuesto. Soy tan irresistible que incluso unas voces fantasmas se quedan mudas ante mi presencia —Opal ríe.
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Príncipe de sangre [Los Traidores #1] «TERMINADA»
Vampire«Una corona de huesos adornando sus cabellos. Tus colmillos brillando, mostrando que acabas de alimentarte. La sangre fresca, humana, caliente y deliciosa corriendo en tu interior. La traición, aquella por la que fueron juzgados y condenados... ¿Qué...