XI. Reencarnación

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¿Había vida después de la muerte?

¿Qué tan cierto era eso de que podíamos reencarnar en un nuevo ser?

No se sabía que podía suceder al morir, por eso, los humanos creaban historias.

Para poder convencerse de que lo único que hubiese al morir...

No fuese sólo oscuridad.


La celebración de mi cumpleaños se extendió hasta el mismo domingo a la madrugada cuando todos volvieron a su casa después del festín preparado.

Y sí, con festín me refiero a sangre.

Volver a mi habitación y ya no sentir el deseo de dormir era placentero y raro. Esto ahora significaba doble trabajo para mantener mis noches ocupadas. Pero ya sabía en qué emplearía el tiempo extra del que disponía ahora: buscar respuestas.

Había mantenido el diario y el libro bajo el colchón que ahora no usaba. No sabía por qué aún no me había atrevido a leer el diario, si Opal no sabía ni siquiera que yo lo tenía. Algo me decía que podía encontrar las respuestas que necesitaba en ese cuaderno, pero también encontraría cosas que no me gustaría saber.

Tenía el presentimiento de que este diario, aunque no la nombrara directamente trataba sobre Opal y me proporcionaría los secretos que ni ella misma conocía acerca de su vida.

Tomo el diario, dejo el libro escondido y salgo por mi ventana para trepar hasta el techo. Eran apenas las tres de la madrugada y estaba oscuro, pero la oscuridad de la noche cerrada no representaba un impedimento gracias a mi visión nocturna.

Enciendo un cigarrillo y abro el diario.

La caligrafía era pulcra y elegante, y diferentes fechas encabezaban cada entrada.

Comienzo a leer.


«10 de septiembre de 1967.

He decidido de una vez por todas romper el viejo juramento.

Yo fui la líder de la rebelión contra Nightshade. Yo había ganado mi trono con honores, no como ella, que lo hizo por el simple hecho de alcanzar otro nivel de dominio en diferentes tipos de magia.

Tristemente, mis guardias me dieron la espalda cuando Marie Laveau hizo una demostración de su poder.

Yo, la antigua reina de los hechiceros, no pude hacer nada por evitarlo, fui destronada muy rápido. Me vi obligada a jurarle lealtad a la nueva reina si quería seguir viviendo.

Acabar con Laveau será un trabajo difícil, ya que tendré que pasar por encima de todos aquellos que alguna vez me fueron fieles. Y por más poderosa que yo sea me superan en número.

La única forma de destruirla, pasando yo desapercibida para evitar represalias, es utilizando un arma lo suficientemente potente para que el golpe sea fulminante.

Tengo que reencarnar a la fuerza a la Dama de la Noche, traerla a la vida y que sea mi arma definitiva contra Marie Laveau.

Hoy, comienzan los experimentos de reencarnación.»


Apago la colilla en el techo y paso a la siguiente página. El diario no llevaba nombre, pero tenía toda la pinta que era de Angela. ¿Quién más podría ser la sucesora de Nightshade? Y más cuando en mis sueños el Príncipe se había encargado de mostrar a Angela frecuentemente, y de una horrible forma, demostrando lo mucho que odiaba a la hechicera... Tal vez, ese odio también me lo pasó a mí.

Príncipe de sangre [Los Traidores #1] «TERMINADA»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora