Capítulo 13

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*Carmen*

Han pasado como dos semanas desde que salimos de Tortuga en dirección a las Bahamas, y ya están los tripulantes preparando los botes. En este momento me encuentro en cubierta mirando a través del catalejos la ciudad, cuando de pronto el rostro de Tabita se pone delante.

-Vaya, ¿qué será esta cosa? No tiene forma de isla, y mucho menos de ciudad. Lo mejor es que carguemos los cañones y lo destruyamos -comento con gracia.

-No seas tonta -rió quitándome el catalejos- ¿Cuando vamos a coger los botes?

Estaba a la espera de que me hiciera esa pregunta, llevaba todos estos días pensando en cómo decirle que no iba a venir a la ciudad con nosotros. Es peligroso y no quiero que le pase nada malo, además ella no es una pirata ¿cómo va a atacar una ciudad?

-Tabita, he decidido que lo mejor será que te quedes aquí -su cara pasó de tener una gran sonrisa a mostrar desacuerdo.

-Pensé que iríamos juntas -dijo en voz baja.

-Lo sé, pero es peligroso. Si hay un traidor en este barco puede que ya haya avisado a ese hombre para esperarte aquí y secuestrarte.

-Contigo no me va a pasar nada, tu me vas a proteger -rebatió segura de lo que decía.

-Por eso he decidido que te vas a quedar aquí, para protegerte.

Tabita se cruzó de brazos y me dio la espalda malhumorada.

-Mira, vamos a atacar la ciudad esta noche. Algunos se quedarán aquí para disparar con los cañones y los demás iremos a la ciudad a llevarnos todo lo que podamos -le expliqué-. Tú no eres pirata, no puedes venir con nosotros.

-¿Y qué pasa con Pepa? -volvió a mirarme

-Voy a aprovechar el ataque para vernos en un escondite que ambas tenemos, allí me contará lo que sepa y después te lo contaré todo a ti.

-¡Tú lo ves todo muy fácil! ¡Solo te importa el dinero, robar y asustar a la gente! Eres una pirata más de todos los que hay aquí -gritó de pronto sin argumento alguno.

Siendo sincera, me dolieron sus palabras, no entendía porqué se enfadaba tanto. Yo siempre intento ponerle el camino lo más fácil posible, pero esta vez no pienso aguantar sus niñerías, así que exploté enfadada.

-¡Pues sí! Soy una pirata y a mucha honra ¿Y sabes qué? Para mi el dinero nunca ha sido lo más importante. Lo más importante para mi era el amor, no he dejado de buscarlo en toda mi vida, y ahora mismo lo tengo delante. No entiendo porqué te pones así conmigo cuando trato de ayudarte en todo lo que puedo. Pero tú te empeñas en hacerlo todo difícil, ya no se me ocurre qué hacer para tenerte contenta de una vez. Entiendo que estés mal porque no sabes cómo pueda estar tu padre, pero no entiendo porqué lo tienes que pagar conmigo.

No pude evitar soltar todo aquello, era lo que sentía en ese momento. Una mezcla de emociones, todas contradictorias, pero con un mismo fin: Tabita. De sus ojos comenzaron a brotar lágrimas, sin embargo me contuve fuerte y con el ceño fruncido, no pienso ablandarme con sus lágrimas. Tabita quise abrir la boca para hablar, pero al oír mi nombre por boca de otro, se calló.

-Carmen -me volví hacia la voz que no era otra que la de mi padre-, ven a mi camarote, tenemos que hablar.

-Por supuesto, ahora voy.

Me di la vuelta para marcharme, pero Tabita agarró mi brazo. Yo no quería mirarla, estaba demasiado enfadada. Por su parte, tampoco fue capaz de decir nada, ni siquiera un simple "lo siento", con eso me hubiera conformado. Así que me solté de su brazo con brusquedad y me fui.

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