*Tabita*
El canto de los pájaros me despierta. Me lleva un rato levantarme, haciéndome la remolona entre las sábanas. Me extraña no encontrarme rodeada por los brazos de Carmen, así que abro los ojos y la busco por la habitación, obligando a mi cuerpo a incorporarse sobre la cama. El cuarto está vacío, solo yo lo habito en estos momentos. Sobre la mesa veo una bandeja con comida, lo que me hace pensar que Carmen ha madrugado hoy y prefirió dejarme dormir. Pensar en ella me hace sacar una sonrisa, la primera del día. Saco las piernas y me desperezo, a continuación me acerco hasta la mesa y bebo el zumo de mango a la vez que tomo asiento. La verdad es que desayunar sin Carmen se me hace aburrido, pero supongo que habrá tenido que atender sus negocios con su padre. Ojalá encuentre con la manera de conseguir el dinero de mi padre, podríamos rehacer nuestras vidas juntas.
*Carmen*
He dejado a Tabita en la habitación, estaba tan dormida que no quería despertarla tan temprano. Ayer quedé en verme con Heizan, aunque no quiera tengo que llevarme bien con él hasta conseguir la herencia. Al bajar al salón le veo junto a Elena, charlando ambos animadamente. Eso me sorprende. En cuanto él repara en mi, alza las cejas y sonríe abiertamente, dejando ver unos dentadura poco amarillenta. Ahora que lo veo de pie compruebo que es bastante alto y de espaldas anchas. Sin esperar a que yo me acerque da varios pasos hasta a mi y con una caballerosidad poco común en piratas toma mi mano y deja un beso en el dorso de ella.
-Buenos días -saluda con una voz agradable.
-Buenos días -contesto prevenida, tanta amabilidad por su parte me da mala espina.
-Estás muy guapa, ¿has amanecido bien?
Elena se acerca hasta nosotras antes de responderle, va con una copa que me ofrece con una amplia sonrisa.
-¡Este chico es un encanto! -exclama apoyándose en su hombro.
De un trago me bebo el whisky mientras Heizan le ríe la gracia a Elena.
-Bueno, tenemos asuntos que tratar -digo en tono serio.
-Claro -responde él sin borrar la sonrisa de su cara-. ¿Vamos dando un paseo?
-Si no hay más remedio... -murmullo en voz muy baja.
-¿Qué has dicho?
-Nada, vamos fuera -repongo encaminándome hacia el exterior del burdel.
Una vez estamos fuera, vamos caminando por las arenosas calles de Tortuga. El silencio nos invade por unos momentos, pero tengo prisa por acabar cuanto antes esta "reunión" con él, así que saco el tema de las negociaciones.
-Mi padre tiene el dinero que tu padre quiere. Por lo que tengo entendido se repartirán el 50/50 y...
-Y mi padre no está del todo de acuerdo -me interrumpe él.
-¿Por qué? -inquiero en tono enfadado.
-Quiere un barco y una tripulación.
-Puede comprar un barco con su parte del dinero.
-Claro, eso sería lo fácil, pero ese dinero quiere guardarlo para comprarse una vivienda donde quedarse cuando decida dejar la piratería.
-Un pirata nunca deja de serlo.
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Piratas
RomanceCarmen, una joven de 27 años, hija de uno de los piratas más temidos de la época. Tras pasar toda su infancia en un convento, un día su padre va en su busca y la convierte en una pirata. Por otro lado, Tabita, una chica refinada, que siempre ha viv...