You are so beautiful, to me. Can’t you se?-cantó en un suspiro.
-You’re everything I hope for…-Decidí mirarlo, solamente para mirar su expresión, y el movimiento de sus labios al cantar.
-You’re everything I need-la delicadeza de los movimientos de sus labios provocaron una sonrisa en los míos. Me dedicó una ligera sonrisa, y un par de miradas.
Durante el resto del camino repetimos las acciones. No tenía idea alguna de hacia dónde nos dirigíamos, así que elegí una calle al azar, y giré sobre ella.
-¿Y de qué quieres hablar?-Preguntó Harry en una sonrisa.
-Tenemos muchas cosas de las cuales hablar-Reí.
-¿Qué hicieron allá?
-¿Disculpa?-Reí mientras apartaba la vista de la carretera por unos segundos.
-¿Qué hicieron en su escapada de Romeo y Julieta?-Me miró fijamente. Ninguna sonrisa, o gesto se formó en su rostro.
-Nada. No hicimos nada-Me giré para sonreírle. Esperé una sonrisa de su parte, pero sin embargo, él se giró hacia la ventana. Pasó una mano por sus rizos, y los acomodó a la perfección justo a un lado de su oreja.
-¿Hicieron…algo?
-¿Algo?
-Algo.
-¿Algo, algo?
-Algo, algo-Me miró esperando a que yo continuase.
-No-Negué con la cabeza, mientras mordía mi labio inferior con delicadeza.
-Bueno sí- Me atreví a decir, aunque no tuve el valor suficiente para explicarle los detalles, sé que no los querría saber de cualquier manera.
-Sé que no mientes-Sonrió.
-No lo haría, no te mentiría jamás.
-Yo tampoco lo haría-Una cálida y perfecta sonrisa se formó en sus labios.
Estacioné el auto frente a un lago color azúl celeste. El clima era perfecto, y el sol se reflejaba sobre éste. Las aves volaban a los alrededores, y no había señal de personas alrededor. Se podría decir que el lago esperaba nuestra visita.
Harry bajó del auto, y en un rápido movimiento, rodeó el auto. Abrió la puerta con suma delicadeza, y me extendió su mano. Removí las llaves, y las introduje en mi bolsillo. Tomé su mano, y le agradecí susurrando un “Qué amable”.
-Y, así que. ¿Qué hicieron?
-¿Porqué la pregunta?-Reí-No asesinamos a nadie-Solté una carcajada.
-¿Segura que no hicieron nada?
-¿Acaso alguien te contó algo que ahora te trae loco?
-No, es solo curiosidad.
-Harry Edward Styles, por el amor de Dios, no hicimos nada malo-Reí.
-De acuerdo-sonrió, mientras por lo bajo, entrelazaba su mano con la mía. Temía esto. Temía tomar su mano, y no querer soltarla jamás.
Ambos caminamos hacia la orilla del lago, dónde las piedras yacían húmedas por el agua, y los pajarillos tomaban una ducha sobre ésta.
Ambos nos sentamos allí, bajo la sombra de un árbol, y la orilla del lago. Nuestros rostros se reflejaban en éste. La tranquilidad del lugar, estando solamente nosotros dos, hacía del momento aún más perfecto.
-Harry…-susurré su nombre.
-¿Sí?
-¿Qué sucedió ese día? ¿Por qué esperaste hasta la mañana para ir a buscarnos?
-Sabía que arruinaría tu felicidad al ir a buscarte, quería que vivieras el momento.
Ninguno de los dos tenía intención de separar nuestras manos. Recargué mi cabeza en su hombro, y solté un largo suspiro.
-Odio que pienses eso, sabes que no es verdad.
-Sé que soy muy tonto.
-Algo, arriesgaste tu vida por mí.
-Sabes que yo estaría dispuesto a hacer más por ti.
Ambos permanecimos en silencio. No era un silencio incómodo, era uno de esos silencios que pocamente sucedían. Uno de esos silencios placenteros y perfectos.
-¿Qué sucedió después?
-Louis habló a mi celular, su voz aparentaba estar desesperada. No dudé un segundo, y tomé las llaves de mi auto. Liam intentó detenerme, pero la adrenalina subió al máximo. Conduje hacia la carretera.
Apreté su mano, dándole ánimos para continuar.
-Comencé a pensar en lo que sería de mí al no estar junto a ti. Creí…yo creí que tal vez algún día tendríamos una oportunidad de estar juntos, y que entonces yo sería la persona más feliz del mundo. Pero, entonces, pensé: “Soy la persona más feliz del mundo, ahora”. Sé que puedo protegerte, puedo abrazarte las veces que necesite, sé que algunas de tus sonrisas alguna vez fueron por mi culpa, también sé que puedo contar contigo en cualquier ocasión, ¿porqué no darle la oportunidad a alguien más de ser feliz?-Dio un largo suspiro, y apretó mi mano-Al regresar a la tierra, me di cuenta de que el auto ya no arrancaba, y que se encontraba estampado contra otro. El dueño del otro auto, huyó. Recuperando el tiempo, marqué a Louis para intentar pedir ayuda, segundos después abrí mis ojos, y lo único que logré divisar fue mi estadía en un blanco y espacioso cuarto de hospital.
-Lo lamento-Extendí mi otra mano hacia su cadera, aferrándome a él con fuerzas.
-No lo hagas, no fue tu culpa-Susurró mientras acariciaba mi brazo con ternura.
-¿Recuerdas aquella fiesta?
-¿La fiesta dónde lo único que había eran borrachos?
-Exacto. Esa fiesta.
-¿Qué hay con ella?
-Ese día tú me defendiste de un abusador. Ese día tú me diste las fuerzas que necesitaba. Ese día, tú me hiciste sentir hermosa. Tomaste mi mano, y me hiciste caminar junto a un ángel. Recuperaste mis esperanzas perdidas. Me hiciste sentir especial, única y querida.
-Ese día un estúpido le rompió el corazón a mi mejor amiga. Me gustaría lograr hacerte sentir especial, única y querida todo el tiempo.
-Ya lo haces, lo haces todo el tiempo.
Él sonrió, y bajó su mirada:
-Hace dos días me diste los mejores treinta segundos de mi vida.
El primer contacto de nuestros labios. Esos treinta segundos en los cuales mi corazón se echó a volar, y mi alma se encargó de tomar su mano, y hacerlo igual.
-Hace un par de años, me demostraste el significado de compañía, amor y perfección.
-¿Qué sucederá después de esto?
Solté un largo suspiro, y recargué mi cabeza sobre el tronco de árbol:
-Supongo que lo mejor sería continuar con nuestras vidas, tal y como lo hacíamos antes de lo ocurrido.
-¿Olvidarlo?-Yo asentí-Creo que sería lo mejor.
-Sí.
-¿Puedo decirte algo?
-Por supuesto-Lo miré.
-No quiero olvidarlo.
-Qué irónico. Yo tampoco deseo hacerlo.
Ambos miramos nuestras manos entrelazadas, era imposible el separarlas ahora. Juntamos nuestras frentes, y sin despegar la vista del suelo, él suspiró.
El sol comenzó a ocultarse, cambiando el tono del cielo por un naranja rojizo. El atardecer era precioso, pero era aún más hermoso el momento que ambos compartíamos.
Jamás había visto el atardecer con alguien que me importara. Solamente en las películas, detrás de un televisor, aparentando estar a un lado de esa pareja de enamorados, visualizando el atardecer.
-¿No es hermoso?-Sonrió.
-Lo es-Sonreí junto con él.
Miré hacia el cielo, el cual estaba a tan solo segundos de convertirse en color obscuro. Miré de reojo a Harry, él miraba mi rostro con suma importancia. Temía mirar, temía el mirar y no saber qué hacer.
Enfrenté mi miedo, y me giré. Lo miré por unos segundos, unos largos y demostrativos segundos.
-Creí que tendría que ser un actor para lograr mirar el atardecer con el amor de mi vida-Soltó una carcajada.
-Lo creí también-Me uní a sus risas.
Ambos nos dejamos caer sobre el césped, tumbados boca arriba. Estábamos distantes, sin embargo, nuestras miradas iban dirigidas hacia el cielo.
Un par de traviesas estrellas comenzaron a dejarse ver sobre nosotros. Harry extendió su mano, y me tomó del brazo. Me apegó hacia él, y me rodeó con su fuerte brazo.
Ambos nos giramos, de tal manera en la cual nuestros ojos pudieran encontrarse. Nos miramos, y sonreímos.
-Zayn no tarda en aparecer por aquí-Susurró.
-Él no es celoso-Sonreí.
-Sí lo es, mucho-Rió.
-¿Qué dices?
-Él te quiere mucho, también te protege con su vida. Me agrada-Sonrió-Se molestó por nuestro beso.
-Sí, lo hizo-reí-Bastante.
-Yo también soy bastante celoso.
-Eso lo sé-Reí mientras tocaba la punta de su nariz.
-_____-susurró.
-¿Sí?
-¿Prometes que no me olvidarás?
-¿Qué dices?
-Ahora que Zayn es tu novio, ¿no olvidarás a tu mejor amigo?
Clavé mis ojos en los suyos. Estos me fallaron y comenzaron a humedecerse, al igual que los suyos. Me envolvió en sus brazos, y me acurruqué en su pecho.
-Jamás lo haría, Harry, eres todo para mí.
Colocó su mentón sobre mi cabeza, y me apegó más a él. Ambos permanecimos allí durante un par de segundos. La obscuridad se había apoderado del lugar.
De pronto, las luces de un moderno auto color rojo se hicieron lugar entre nosotros, iluminándonos a ambos. Miré hacia el dueño de aquel auto, aquel moreno dueño del auto.
Con una gran sonrisa se recargó sobre éste, acto seguido hizo una seña con sus dedos. Era la hora de irnos.
Harry y yo nos incorporamos. Nos pusimos de pie, y ambos sonreímos. Coloqué una mano encima de mis ojos, impidiendo la luz del auto, y dejándome ver aquel rostro que tanto amaba. Hice una seña con mis dedos, recibiendo otra a cambio.
Tomé a Harry de la mano, y nos dirigimos hacia el tronco del árbol. Coloqué una mano en mi bolsillo, y removí de éste las llaves de su auto.
-Esto es tuyo-sonreí, mientras le extendía sus llaves.
-Gracias-las tomó gustoso, y con una gran sonrisa en rostro.
-Hay algo que debo hacer antes de irme-susurré.
Él me miró a los ojos, así como yo a los de él. Se aproximó hacia mí, acorralándome contra el árbol, e impidiendo mi paso. Rodeé su cuello con ambas manos, y apegué mi frente contra la suya. Él rodeó mi cintura con suma delicadeza, y sonrió.
Miré sus labios a tan solo centímetros de mí. Sus carnosos y perfectos labios, expuestos ante mí. Di un ligero suspiro, y me conduje hacia ellos. Tomó mis manos, y las entrelazó junto a las de él.
Posó sus labios sobre los míos con delicadeza. Pude sentir como mis manos comenzaban a temblar, y cómo mi estómago se sentía golpeado, una y otra vez. Podría describir este beso con un millón de palabras, pero solamente una estaría a un cuarto de estar cerca: perfecto.
-No lo olvidaré jamás-susurró en mis labios.
-Tampoco yo-susurré.
-Buena suerte en tu viaje-sonrió.
-Te veré en un par de días-susurré.
Miré hacia nuestras entrelazadas manos, las cuales probablemente jamás volverían a estarlo. Miré hacia sus labios, los cuales jamás volverían a encontrarse con los míos.
Solté sus manos, y me dirigí hacia el auto de Zayn. Él me esperaba con sus brazos totalmente abiertos, listos para envolverme en ellos.
Y así lo hice, en un profundo abrazo le susurré un “gracias”. Busqué sus manos alrededor de mi cintura, y las entrelacé junto a las mías.
-¿Todo está bien?-Preguntó mirándome a los ojos.
-Lo está.
-¿Lista para irnos?-Susurró.
Yo asentí con una sonrisa. Harry hizo sonar la alarma de su auto, y caminó hacia él. Colocó ambas manos en los bolsillos de sus pantalones, y con la cabeza baja, se dirigió hacia su auto.
Zayn abrió la puerta del asiento copiloto, y con una gran sonrisa aguardó a que subiera a él. Una prenda roja, una adorada prenda roja, la cual había pasado por mis manos varias veces, se encontraba sobre el asiento, aguardándome.
-¿Cómo la recuperaste?
-Pasé por tu casa hace rato-sonrió.
Coloqué uno de mis brazos dentro de ella, y con delicadeza coloqué el otro. Abroché un solo botón de ella, y con una gran sonrisa, provoqué una en sus labios.
-Linda-sonrió.
Estiré mi mano hacia la puerta, y la cerré con una sonrisa. Él se apartó de allí, y rodeó el auto. Subió a mi lado, y sonrió. Introdujo las llaves del auto en la cerradura, y las giró.
Me incliné hacia él, y besé su mejilla. Él me miró con una gran sonrisa, e hizo lo mismo. Mi mejilla tornó a un color rosado delatador, y una estúpida risita se escapó de mis labios.
Zayn arrancó el auto, el cual pasó justo a un lado del auto de Harry.
-Baja la velocidad-susurré.
Él lo hizo, Harry bajó la ventanilla de su auto, y sonrió a ambos.
-Por favor, cuida de ella-Le rogó.
-Con mi vida, hermano-Zayn le sonrió.
Él subió la ventanilla de su auto, y guiñó un ojo hacia mí. Arrojé un beso de la palma de mi mano, y me giré hacia Zayn.
-¿Hacia dónde vamos?
-Vamos al paraíso. O, al menos, hacia un casi paraíso.
FIN.------------------
Chicas he aqui el gran final de mi segunda novela, gracias por leer ;)
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Almost Paradise (Zayn Malik y tu) TERMINADA
RomanceLos días pasarán, y cada vez más te dirán. Lo que fui, y lo que pude ser. Lo que soy ahora, y lo que pude ser. Lo que quizás a futuro sea, y qué no puede ser. Contarán a mis espaldas sólo lo malo. De lo bueno jamás te enterarás. Los días pasarán, y...