-Yo también te amo-susurró mientras me despedía con una sonrisa.
Subí escaleras arriba, como si algo o alguien me motivaran a hacerlo. Ésta vez, con una sonrisa, entré en mi habitación. No estaba molesta con mi madre, sabía que sus decisiones habían sido suyas, y de nadie más. Sabía que los errores que ella había cometido eran de su pertenencia, y que no tendrían que sucederme a mí.
Decidí que dormir era una buena idea, aunque tardaría en conciliar el sueño, el tiempo correría rápido, y el día siguiente sería más próximo cada vez. Eso significaba, que estaría con los chicos en tan solo horas.
Sin pensarlo, me tumbé sobre mi cama, y con aquella chamarra roja en mano, imaginé que tendría a Zayn a mi lado. Me recosté sobre ella, y simplemente cerré mis ojos.
Dicen que uno tarda aproximadamente siete minutos en conciliar el sueño, pero la verdad fue que mi cansancio fue más poderoso, e infringió ese dicho.
Podría decirse que no sentí correr al tiempo, o este lo hizo muy deprisa, como si alguien o algo le insistiera a hacerlo.
Ansiosa, miré la hora en mi celular, el cual tenía un exacto de catorce llamadas perdidas de mi madre. Debieron ser todas aquellas llamadas que no recibí, al estar lo suficientemente ocupada con la persona que ilumina mis días.
Emocionada, me levanté de allí con una velocidad increíble. Jamás en mi vida había levantado con tantos ánimos a las cinco con tres minutos de la mañana.
Corrí hacia mi baño, dónde me dispuse a darme una ducha, y vestirme. Me miré al espejo por unos segundos, y por primera vez en mi vida, me sentí hermosa.
Supuse que mi madre no había levantado aún, al parecer, mis ancianos vecinos y yo, éramos los únicos despiertos a esa hora.
Extendí mi mano hacia mi bolso, el cual se encontraba justo encima de mi mesa de noche. Con rapidez, caminé hacia el corredor de mi hogar, e intenté buscar rastros de mi madre. Al parecer, ninguno.
Bajé las escaleras muy deprisa, y en un ágil movimiento, giré y tomé las llaves del auto de mi madre, que se encontraban sobre la mesa de comedor.
Salí de allí, y con llaves en mano, me dispuse a conducir hasta el hospital. La radio comenzaba a volverme loca, no era más que comerciales de supermercados, y canciones de mal gusto.
Para mi buena suerte, era muy temprano por la mañana, y las calles estaban prácticamente solas, no me costó diez minutos en llegar hasta el hospital.
Se podría decir que llevaba toda la prisa del mundo, así como las miradas de las personas en la sala de espera, lo delataban.
-¿Qué habitación busca?-sonrió la enfermera.
-Habitación trescientos trece-sonreí.
-¿Harry Styles? Sí, creo que será dado de alta en algún par de horas-sonrió-¿sabe llegar?
-Sí, gracias-sonreí mientras me hacía paso entre las personas en la sala de espera, y caminaba a través de ese largo y deprimente pasillo.
Y allí estaba la habitación 313, con un rubio y adorable elfo recostado sobre el sofá, con control de televisión en mano, un sonriente chico sosteniendo su celular entre ambas manos, un peculiar chico riendo excesivamente, y un chico muy especial recostado sobre la cama de hospital.
-Toc, toc-sonreí mientras abría la puerta con delicadeza.
-¡_______!-Niall corrió en busca de mis brazos-Gracias a Dios que llegaste, estábamos muy aburridos.
-¿Soy un payaso?
-Sí-rió mientras tocaba la punta de mi nariz.
-¡______!-Harry exclamó desde la cama de hospital. Eufórica, corrí hacia él, dónde me incliné para así poder besar su delicada mejilla.
-¿Estás mejor?
-Mucho mejor-sonrió.
-¿Qué haces despierto tan temprano?-reí.
-Diría lo mismo de ti-rió Liam mientras se aproximaba hacia nosotros.
-Quería verlos-sonreí estúpidamente.
-Ven aquí-sonrió mientras extendía sus brazos. Lo abracé con fuerza, y alboroté su cabello.
-¿Y mamá?-dijo Louis mientras se levantaba de la silla.
-En casa, durmiendo.
-O sea que, ¿madrugaste porque quería vernos? ¡Mi hermanita!-Louis me abrazó por la cintura mientras comenzaba a insertar besos sobre mis mejillas.
-O tal vez quería ver a alguien-Niall tosió.
-¡Niall!-Liam lo codeó.
-¿Qué?
Algo comenzó a vibrar sobre los pantalones de Louis, él extendió su mano hacia su bolsillo, dónde tomó su celular, y sonrió hacia la pantalla.
-Creo que mamá te busca afuera.
-¿Mamá?-asintió.
-¿Qué hace aquí?
-Está buscándote, afuera-rió mientras indicaba hacia la puerta.
-De acuerdo. Ya regreso-sonreí.
-Te espero-escuché a Harry susurrar.
Me giré, y le dediqué una sonrisa. Caminé hacia la puerta, dónde salí y caminé por el largo corredor. Busqué la puerta de salida, la cual no fue difícil de encontrar.
Temía por lo que mi madre fuera a decirme, o incluso no decirme. Temía, y temía mucho. Mis manos comenzaron a temblar, no era de costumbre que mi madre madrugara.
Crucé por la puerta, dónde la calle se dio a luz. Los autos pasaban con velocidad, y el sol apenas comenzaba a mostrar algunos rayos de luz.
Intenté localizar a mi madre, pero sin embargo, era inútil. No estaba allí.
-Mentiroso…-susurré para mis adentros.
Me giré, dispuesta a regresar a los interiores del hospital, pero algo acaparó mi atención. Algo me hizo evitar que yo entrara a aquel edificio. Algo hizo que mi corazón parara, y que, tanto como mis piernas, y manos, comenzaran a temblar.
Un chico que evitaba mi entrada al hospital, sostenía un gran unicornio color morado justo enfrente de su rostro.
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Almost Paradise (Zayn Malik y tu) TERMINADA
RomanceLos días pasarán, y cada vez más te dirán. Lo que fui, y lo que pude ser. Lo que soy ahora, y lo que pude ser. Lo que quizás a futuro sea, y qué no puede ser. Contarán a mis espaldas sólo lo malo. De lo bueno jamás te enterarás. Los días pasarán, y...