Alexandria Mendaro fue acusada por un crimen que jamás cometió y está segura de que, debido a las estrictas reglas del Arca, será expulsada de ella. Sin embargo, el destino tiene nuevos planes y, tras 97 años de una guerra nuclear donde la Tierra se...
Alex estaba en su litera mirando el techo gris cuando oyó disturbios en la celda contigua. Cerró los ojos al tiempo que la puerta se cerraba y escuchaba los pasos desesperados de la persona. Trató de mantener su mente ocupada con recuerdos para no oírla, pero era imposible. Se sentó en la litera al tiempo del otro lado rompieron en un llanto desconsolador.
Tenía conocimiento sobre la rejilla que conectaba ambas celdas, la miró fijo... No le parecía una buena idea así que volvió a acostarse dándole la espalda a la pared y cerró los ojos, otra vez luchando por alejar cualquier sonido, pero volvió a fallar. Bufó. Se puso de pie y se sentó junto a la rejilla, aclaró su voz lo suficiente para que la otra persona la oyera y supo que lo había logrado cuando el llanto cesó.
—No lograrás nada llorando —dijo en voz queda. Escuchó un sollozo y movimientos, supuso que estaba acomodándose junto a junto a la rejilla.
—¿Quién eres? —respondió con voz ronca debido al llanto.
—No importa —replicó. Sabía que si le revelaba su nombre sabría al instante de quién se trataba. Tal vez se arrepentería más tarde de lo que estaba haciendo, pero luchas por la empatía que tanto la había caracterizado a lo largo de su vida parecía imposible. Más en situaciones límites como esta—. Lo que importa aquí es que tus lágrimas no te sacarán de la celda —continuó cuando notó que no respondería. Suspiró, ordenando sus ideas—. Estás en confinamiento y aquí hay que sobrevivir. Deja tus sentimientos de lado y lo lograrás —dijo poniéndose de pie, dando por finalizada la conversación. Pero entonces, la voz volvió a llegar del otro lado.
—Soy Jasper, Jasper Jordan.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Por fin —bufó Alex cuando vio la silueta de Clarke acercándose—. Debemos irnos —añadió como si no fuera lo más obvio del mundo. Sin embargo, se detuvo cuando vio que detrás de Clarke la seguían Wells, Murphy y Bellamy. No tenía ningún problema con el primero pero no comprendía qué papel jugaban los otros dos—. ¿Qué hacen aquí? —cuestionó mirando a Clarke cuando se detuvo junto a ella.
—Mira —respondió Bellamy dando un paso hacia delante, llevaba una chaqueta sobre la remera que había tomado de las manos de Wells—, lo que menos quiero es estar en esta expedición pero tengo mis razones.
Alex alzó ambas cejas y le echó un vistazo a Murphy antes de volver su vista a Bellamy, aburrida de su actuación.
—¿Y necesitas que un perro te siga a todos lados? —preguntó. Un silencio se prolongó en el grupo mientras esperaba la respuesta. Murphy dio un paso hacia delante, amenazante, pero Alex no se movió y Bellamy lo detuvo poniéndole una mano en el pecho. La miró a los ojos tratando de contener una sonrisa.
Lo había dejado sin palabras, si no hubiera estado apurada, hubiera hecho algún comentario al respecto pero la imagen de Jasper moribundo recorrió su mente y se dio media vuelta para seguir caminando.
