—Alex, debes parar con esto —apuntó su madre mirándola a los ojos. No era la primera vez que Sienna sentaba a su hija en la mesa para tratar de disuadirla de juntarse con Amya y Brienna, pero Alex jamás accedía. Tenía claro que, tras el despido del trabajo de su madre, era ella quien traía la comida.
Pero Alex estaba cansada de querer hacérselo entender, así que suspiró, alejando la mano que su madre sostenía y poniéndose de pie.
—Estaré de vuelta antes de la cena —susurró saliendo por la puerta principal para encontrarse con Amya y Brienna del otro lado, impacientes y ya preparadas con sus pelucas.
—Ya era hora —apuntó Brienna mientras Amya se acercaba a entregarle la pistola y navaja karambit que siempre usaba. Alex se colocó la peluca rojiza antes de tomar las armas.
—Mi madre —replicó ella sabiendo que no sería necesario añadir nada más, ya que ambas asintieron y Amya señaló con la cabeza que empezaran a caminar.
Pronto se encontraron frente al negocio del Sr. Airton. Habían planeado este robo por semanas, Amya se había preocupado en aprenderse todos los horarios con sumo cuidado de no cometer el mismo error que cometió con Ransom mientras Brienna se mantuvo ideando el plan con ayuda de Alex. Sabían que estaban cerca del toque de queda, así que las tres debían entrar al negocio con la ayuda de dos alambres para abrir la puerta cerrada, de esto se ocupó Brienna mientras Amya y Alex vigilaban los pasillos fluorescentes.
Los nervios le carcomían la piel a Alex pero lo ignoró. Siempre era bueno estar nervioso, significaba que mantenía los sentidos alertas. Al menos, quería convencerse de eso.
Cuando oyó el clic de la puerta y Brienna se puso de pie, volvió a respirar al tiempo que ingresaban al negocio.
El Sr. Airton tenía el negocio más reconocido de Walden de compra y venta, mucha gente lo conocía por estafar con los precios, pero la policía jamás se ocupó de ello. Ahora era tiempo de hacerlo pagar.
—Apúrense —susurró Brienna mientras quitaba los tornillos de la ventilación por la que escaparían para no ser atrapadas tras el toque de queda.
Alex y Amya llenaron sus mochilas con todos los objetos de valor que encontraban más el dinero de la caja registradora. Todo iba bien. Alex sabía perfectamente lo que debía hacer y estaba segura de que nada podía salir mal. Brienna seguía ocupada con la ventilación detrás de la puerta del negocio mientras ellas estaban en el otro extremo. Trabajando. En silencio. Moviéndose al son.
Entonces, la puerta se abrió sin previo aviso y ambas saltaron del susto cuando el Sr. Airton las apuntó con la pistola.
—Mocosas de mierda, creyeron que iban a poder robarme, ¿eh? —escupió cada palabra. Su rostro rojo—. ¡Pongan las manos arriba! Ya verán cuando venga la... —Sus palabras se ahogaron en sus cuerdas vocales cuando Brienna llevó la navaja a su cuello, dejándolo caer al suelo en busca de aire.
—Vámonos —susurró ella como si no hubiera pasado nada. Alex la miró sin poder creerlo mientras Amya alcanzaba a su hermana—. ¡Alex! —insistió Brienna mirándola, sin poder creer que no estuviera avanzando pero Alex tenía los ojos en el Sr. Airton, quien continúaba su lucha por encontrar aire. Sus pies se movieron directamente hacia él al tiempo que unos pasos se oían en el pasillo acercándose.
—Está bien... —susurró Alex en un hilo de voz—. Está bien... —repitió colocando su mano en la herida del Sr. Airton, quitando la navaja de su piel, sin importar que se manchara de sangre—. ¡No pueden dejar...! —empezó a gritar pero cuando giró la cabeza se dio cuenta de que estaba sola.
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Beautiful Mess I → Bellamy Blake
Fiksi PenggemarAlexandria Mendaro fue acusada por un crimen que jamás cometió y está segura de que, debido a las estrictas reglas del Arca, será expulsada de ella. Sin embargo, el destino tiene nuevos planes y, tras 97 años de una guerra nuclear donde la Tierra se...