xix.

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—Raven Reyes llamando al Arca —repitió por milésima vez Raven, erguida sobre la mesa donde estaba trabajando con la radio hasta que logró captar una señal—. Estoy con los cien —añadió. Su voz se rompió al instante—. Necesitamos ayuda —susurró.

La tormenta estaba azotando la nave. Desde donde estaba Alex se podía observar todo el caos de los delincuentes en un solo lugar y cómo las sábanas que colgaban en la puerta se azotaban debido al viento.

Apoyada en la pared, vio que dos delincuentes estaban discutiendo hasta que Clarke se interpuso. Volvió su vista a Raven, quien seguía intentando comunicarse con el Arca y se dio cuenta que no aguantaba estar en aquel ambiente. Necesitaba tranquilidad. Así que sin más, se alejó en silencio hasta la escalera para subir al segundo piso y cerrar la escotilla tras ella evitando que la siguieran. Se dio la vuelta, pensando que estaba sola, pero se encontró con Octavia sentada en un rincón. La observó en silencio al igual que ella, pero pronto Octavia bajó la mirada a sus manos. Desde que la habían rescatado del terrestre, no había hablado con ella, ni siquiera le había prestado demasiada atención así que estaba dándose cuenta de las pequeñas heridas esparcidas en su rostro y se preguntó se habían sido producto de su escapada o del terrestre.

—Bellamy no está aquí —soltó Octavia sin siquiera mirarla. No parecía estar de muy buen humor y Alex no tenía ganas de aguantar esa actitud así que se limitó a responder:

—No estoy aquí por Bellamy.

Caminó a lo largo de la habitación hasta llegar al otro extremo de la pared, donde se sentó apoyando la espalda en ella. El silencio se abrió entre ellas pero Alex no se preocupó, en su lugar, cerró los ojos disfrutando de la tranquilad que duró poco cuando Octavia volvió a hablar.

—No querías que lo lastimaran, ¿no? —preguntó, por primera vez con sus ojos en ella. Alex suspiró sabiendo perfectamente a qué se refería.

—No soy partidaria de la violencia —replicó sincera.

—Aún así parecías tranquila cuando Bellamy estuvo a punto de atravesarlo con la lanza.

Alex se encogió de hombros. No era porque no tuviera miedo, sino que había perdido tantas veces los estribos en la Tierra que había decidido tomar las cosas con más calma. No sabía cuándo había tomado esta iniciativa, solo que la había puesto en práctica. Además, se trataba de Bellamy.

—Solo tenía miedo —repuso. Octavia asintió, bajando otra vez la mirada.

Entonces, Alex estuvo dispuesta a preguntarle qué había pasado exactamente en la cueva pero se vio interrumpida tras unos golpes repetidos en la escotilla. Alguien quería subir. Octavia fue la primera en ponerse de pie y abrir sin pensarlo dos veces, muy a pesar de Alex, quien se estaba preparando mentalmente para que los delincuentes inundaran el lugar con sus disputas, pero se llevó una sorpresa al ver a un Bellamy mojado asomarse.

Se puso de pie, queriendo preguntarle qué hacía fuera cuando de la escotilla se asomó el cuerpo inerte del terrestre.

—Bellamy, ¿qué haces? —cuestionó Octavia mientras Bellamy, con todas las fuerzas que tenía, arrastraba al terrestre por el suelo y Miller lo ayudaba.

—Necesitamos respuestas —replicó Bellamy cuando subieron otros dos delincuentes para mover al terrestre al fondo de la habitación. Octavia frunció el ceño pero no le quitó los ojos de encima, no podía creer lo que su hermano estaba haciendo.

Alex se adelantó, tan atónita como Octavia.

—¿Qué piensas hacer con él? —cuestionó. Bellamy se dio vuelta para mirarla, su mirada era fría y Alex supo antes de que contestara que aquella tarde sería fatal.

—Sacarle información —replicó girando sobre sus talones para alejarse de ella pero Alex lo detuvo tomándolo del brazo que Bellamy alejó al momento que sintió su tacto. Lo miró unos segundos sin poder creer su reacción. ¿Tan ido estaba?

—¿Piensas torturarlo hasta que te diga algo? —Se adelantó Octavia. Alex le agradeció en silencio mientras observaba a Bellamy, quien ignoraba su mirada.

—Hay más terrestres, Octavia. ¿Quieres que nos sigan matando? —cuestionó. Octavia sacudió la cabeza.

—No puedes hacer esto... —susurró. Bellamy miró hacia atrás.

—Sáquenla de aquí —ordenó. Miller como un perrito faldero obedeció y se acercó a Octavia para tomarla entre los brazos y guiarla hacia la escotilla, donde Octavia se liberó y bajó sin decir nada más. Miller cerró la puerta—. No tienes por qué quedarte, Alex —susurró, pero ella miró detrás de él donde las manos del terrestre habían sido amarradas a tubos. Estaba sin remera, revelando sus tatuajes y de su rostro caía sangre seca manchándole el pecho. Era cuestión de tiempo hasta que se despertara. Alejó la mirada, sin soportar verlo sufrir de aquella forma.

—Ni siquiera sabes si habla nuestro idioma, Bellamy —repuso, aunque sonó más a que le estaba rogando que un comentario.

—Me entenderá —replicó él, dándose la vuelta para acercarse al terrestre pero Alex se interpuso, deteniéndolo de repente. Bellamy frunció el ceño—. Estoy haciendo esto por Finn, por John, Diggs y Roma. ¿No lo entiendes? —cuestionó.

—Raven está comunicándose con el Arca —dijo, en un intento desesperado porque se retractara—. Logrará comunicarse con Abby, salvará a Finn y todo estará bien.

Bellamy bufó.

—¿Piensas lo mismo sobre John... Diggs... Roma...? —Se detuvo, meditando. Alex no se movió. Se rehusaba a moverse—. Ahora, muévete —ordenó.

Lo miró en silencio sin moverse de su lugar. ¿Qué haría si no se corría? ¿Decirle a Miller que la sacara como hizo con Octavia? Alex no era Octavia. No se quedaría callada ni mucho menos sin dar pelea. Había pasado mucho tiempo de su vida viviendo bajo órdenes para que un par de delincuentes quisieran pisotearla.

—Alex... —murmuró Bellamy, suavizando sus facciones como si de verdad le doliera llevar a cabo lo que estaba pensando. Atisbó a Miller detrás de Bellamy, con los brazos cruzados y esperando las órdenes.

Podía dejar que Bellamy tratara de sacarla de allí, que Miller se abalanzara y dar pelea, pero sabía que no terminaría bien y Bellamy también lo tenía claro, por esa misma razón estaba tardando tanto en decidirse.

Entonces, Bellamy pasó por su lado y Alex supuso que se había cansado de pelear, pero cuando giró la cabeza vio que tenía la mano como un puño tomando la remera de un delincuente que lo había ayudado a traer al terrestre.

—Ey —susurró Bellamy—, nadie se mete. ¿Entendido? —dijo empujándolo para que se alejara. El delincuente no habló pero por la mirada que le había regalado a Alex, supuso que había estado listo para atacarla y lo hubiera hecho si Bellamy no lo detenía. Se giró para mirarla, estaba cansado—. Alex, tienes dos opciones: te vas o te quedas. —Por el tono de voz, supo que era un ultimátum. Miró al terrestre, quien se había despertado y observaba todo en silencio. Recordó el momento en que le había clavado el cuchillo a Finn y cómo había querido matar a Bellamy pero nada de eso logró que sintiera rencor. Al fin y al cabo, estaban en su territorio. Ni los delincuentes ni el Arca sabían que había vida en la Tierra, pero habían acabado en el lugar y momento equivocado.

Sin embargo, sabía que no había nada más que hacer, así que dio un paso hacia atrás y giró sobre sus talones para sentarse contra la pared.

Beautiful Mess I → Bellamy BlakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora