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Al día siguiente, Jasper aún debía mantener reposo por la herida. Aunque él afirmaba estar bien, todos sabían que no era así. Clarke no dejó su lado en ningún momento, dándole poco espacio a Alex para ponerlo al día sobre todo lo que había pasado en el tiempo que estuvo inconciente. Sin embargo, Clarke no le molestaba. Es más, admiraba la facilidad que tenía para tratar con las personas y cuánto le preocupaba el bien estar de Jasper, tanto ella como Wells habían jugado una gran parte en su recuperación y les estaría eternamente agradecida.

Sabía que aquella mañana Wells estaría vigilando, así que salió de la nave para encontrarse con el amanecer y los delincuentes aún durmiendo en sus tiendas. El muro aún seguía en proceso, a pesar de lo que le sucedió a Jasper, no parecían muy preocupados por el hecho de que había gente en la Tierra dispuestos a hacerles daño. Alex tampoco lo había pensado de esta manera hasta ese momento. Sería un gran tema de conversación para Wells, pensó. Añoraba conocer su opinión. Así que esquivó las tiendas para adentrarse a los árboles en busca del puesto que cubría Wells, pero lo que vio le heló la sangre.

Wells se hallaba apoyado contra un tronco, con la cabeza hacia atrás mirando al cielo, sus ojos desprovistos de vida y una gran mancha roja que comenzaba en su cuello.

Las piernas de Alex le fallaron como fideos. Se dejó caer al suelo como si de repente fuera conciente de su peso y, con sus oídos tapados, su boca se abrió para revelar un grito que cruzó todo el campamento.

Las lágrimas le surcaron los ojos y se tapó el rostro creyendo que así borraría la escena horrorífica que acababa de presenciar pero en la oscuridad de su mente, Wells seguía intacto y sus gritos no cesaron hasta que sintió unos brazos a su alrededor.

—Sh... Sh... —oyó murmurar contra su oído. Alex sacudió la cabeza bajando sus manos para divisar un grupo de personas alrededor de ella y el cuerpo de Wells, pero nadie daba un paso hacia delante, sino que se mantenían al margen para murmurar entre ellos—. Alex... Tranquila... —susurró. Entonces, sus gritos cesaron para ser sustituidos por un sollozo interminable. Sintió que los brazos la soltaban y los añoró al instante pero pronto vio a Bellamy materializarse ante ella. Había sido él quien la había encontrado—. Mírame —pidió, apoyando sus manos en el rostro de Alex. A pesar de que había sido una orden su voz era suave—. Está bien —añadió cuando Alex se hubo calmado—. Está bien... —repitió con una mano sobre su hombro.

Alex quería negar con la cabeza, decirle que nada que estaba bien, que habían matado a Wells mientras todos estaban durmiendo y había sido ella quien había encontrado el cuerpo de una de las personas que la habían aceptado desde el primer momento que habían llegado a la Tierra.

Todo estaba mal.

Desde la muerte de Wells, los delincuentes se habían ocupado de terminar el muro lo más rápido posible y en una semana, se pudieron ser los resultados

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Desde la muerte de Wells, los delincuentes se habían ocupado de terminar el muro lo más rápido posible y en una semana, se pudieron ser los resultados.

Beautiful Mess I → Bellamy BlakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora