Alexandria Mendaro fue acusada por un crimen que jamás cometió y está segura de que, debido a las estrictas reglas del Arca, será expulsada de ella. Sin embargo, el destino tiene nuevos planes y, tras 97 años de una guerra nuclear donde la Tierra se...
—No sabía que íbamos a ser tantos en la fiesta —comentó irónica Alex cuando vio a Raven y Jasper llegar—. ¿Estás seguro sobre esto? —preguntó mirando solo a Jasper cuando los cuatro se reunieron fuera del muro. Jasper asintió pero fue Bellamy quien contestó.
—Lo necesitamos. —Alex giró para mirarlo—. Se manejó bien en la cueva del terrestre y cuantos más seamos, mejor —explicó.
Asintió, no muy convencida. Le echó un último vistazo a Jasper para asegurarse de que estuviera bien, a simple vista lo parecía pero Alex estaba segura que aún cargaba con el trauma de la lanza. Suspiró. No podía interponerse en su camino. Así que a duras penas caminó junto a Bellamy por el bosque.
El sol comenzaba a asomarse entre los árboles y Alex se preguntó cuándo sería el día en que pudiera apreciar seriamente aquel acto, para ella, sobrenatural. Le gustaría estar sentada, observar los rayos naranjas y amarillos colorear la copa de los árboles y atravesar las ramas para bañar el césped con el mismo color... Pero no había tiempo para eso.
—Lamento haber mencionado a Clarke antes —oyó decir a Jasper detrás de ella. Alex le echó una mirada a Bellamy, quien se la devolvió de forma cómplice—. Fue incómodo —añadió con una risa nerviosa.
—Cállate —replicó Raven. Los cuatro se detuvieron cuando Bellamy se agachó para tomar las bellotas que Clarke dejaba caer como migajas para marcarles el camino hasta el punto de encuentro.
Alex observando su alrededor, acomodando el rifle que cargaba en sus manos.
—Si sirve de algo —empezó y dio un paso hacia delante, bajando la voz y mirando solo a Raven—, yo te elegiría a ti —añadió tratando de sonar lo más seria posible pero no supo si lo logró. Sin embargo, Raven sonrió complacida por el cumplido.
—Yo también —interrumpió Jasper. Raven lo miró unos segundos antes de poner los ojos en blanco tratando de borrar la sombra de su sonrisa.
—¿Podemos seguir? —cuestionó Bellamy con ambas cejas levantadas. Raven lo golpeó en el hombro.
—Tranquilo, no voy a robarte a tu novia —bromeó, pasando entre ellos, seguida de Jasper, quien le regaló una sonrisa a Alex. Ella se sonrojó cuando su mirada se encontró con la de Bellamy, pero él sonrió de forma dulce y le señaló con la cabeza que siguieran caminando.
—Y que conste que tampoco me dejaría robar —murmuró Alex. Bellamy la miró con una sonrisa y, por un momento, se habían olvidado de la misión.
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Minutos más tarde, llegaron a una colina donde bajaron con cuidado de no hacer ruido para que no los oyeran desde un puente ubicado a tan solo metros de donde se encontraban. Un río silencioso corría debajo de ellos.
Bellamy le sostuvo la mano mientras Alex daba los últimos pasos hasta llegar a tierra firme, donde rápidamente los cuatro se agacharon detrás de una roca. Alex acomodó el rifle sobre esta para observar el lugar a través del mirador.
