Capítulo 34

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– ¿Te han dicho algo? –Louis entró casi corriendo y encontró a Matthew con Joe sentados.

–N...–Joe no terminó de decir la frase debido a que un sujeto en bata blanca se acercó a ellos y tenía una cara de no muchas esperanzas.

Matthew se levantó al instante olvidándose de que no se encontraba solo y se dirigió al doctor. – ¿Cómo está? Quiero verla.

El medico lo miró por unos segundos, Matthew necesitaba descansar pero en sus ojos se reflejaba el amor que este sentía por Caterine y por nada del mundo dejaría el hospital sin antes no verla o saber que estaba bien y que no corría peligro.

Maldita sea porque no contesta –pensaba Matthew –.

–Lo siento...

Joder ¿Qué significaba eso? Caterine estaba...

No lo podía imaginar, no era posible. Eso es lo que dicen los doctores cuando ocurrió algo malo ¿no? Algo en lo que ellos ya no pudieron hacer nada y...

–... ¿usted es su familiar? –Dijo al fin en maldito doctor de bata blanca.

Matthew suspiró por un momento pero aún seguía sintiéndose mal. –Si ella es mi esposa.

Louis quería decir que era el hermano pero tal vez si lo decía Matthew lo interpretaría mal y este no era un buen momento para estarse con bromas y peleas.

–Cuando la señorita llegó aquí, presentaba serios golpes en la cabeza y en otras partes del cuerpo pero los que causan más problema son los que tienen que ver con la cabeza. – ¿eso era algo malo? Se preguntaba Matthew, de hecho sabía que era malo pero él quería saber la gravedad del asunto–. Encontramos un pequeño derrame cerebral así que tuvimos que detenerlo de inmediato. Entramos a cirugía. Usted dio la autorización.

Matthew no recordaba haberlo hecho pero luego vino a su mente la imagen de aquella enfermera haciéndole preguntas y de él respondiendo vagamente, recordó que firmó algo. Diablos ¿estaba tan mal como para no darse cuenta de lo que había firmado?

–Afortunadamente logramos detenerlo–prosiguió el doctor–pero...

Maldición aquí estaba de nuevo, ¿los doctores son muy redundantes acaso? O era Matthew el que creía que ya le habían dado mucha explicación.

–Ella entró en un ligero estado de coma.

Matthew y todos ahí se quedaron sin palabras al escuchar decir eso, ¿estaban hablando de Caterine? ¿Era la misma Caterine a la que se referían? Ni una palabra salía de sus bocas. Louis tomó asiento y Joe le dio una palmada en el hombro a Matthew en señal de apoyo.

– ¿Puedo pasar a verla? –Le preguntó al doctor antes de que este se fuera. –Solo un...momento, necesito verla.

El medico se giró y asintió con la cabeza indicándole que lo siguiera.

Coleman tocó el hombro de Joe indicándole que está bien y que podía con esto, debía ser fuerte por Caterine, ella lo necesitaba.

Pasaron por una serie de pasillos antes de llegar a la habitación en la que se encontraba Caterine, el hospital tenía el mismo aspecto de siempre todo parecía igual. –Aquí es–El medico despertó a Matthew de sus vagos pensamientos.

La habitación 256.

Matthew tocó la manija de la puerta y la giró muy lentamente. Se encontraba en una habitación grande con una camilla frente a él y una serie de aparatos que estaban conectados a Caterine.

Aparentemente no se podía observar nada malo en ella, era solo como si estuviera durmiendo pero Matthew sabía que no era así, no lo era. La realidad era otra y Caterine estaba en un profundo sueño.

Matthew entró cerrando la puerta tras de sí y dio pasos pausados dirigiéndose a la camilla en la que se encontraba Caterine recostada. Se situó justo a un lado de ella y tomó una silla que estaba cerca de él para sentarse. La contempló por un buen rato pensando y recordando el primer día que la conoció, justo horas antes de casarse y luego su luna de miel cuando todo parecía que no funcionaría, se arrepintió por haberse comportado como un completo idiota con ella. También recordó la primera vez que volaron en avión juntos, un momento divertido ahora porque Caterine tenía mucho miedo de volar pero él hizo que perdiera su miedo.

El nacimiento de sus hijos...todos era buenos recuerdos que valían la pena ser recordados ¿Cómo era posible que después de todo lo que pasaron juntos ahora estaban casi derrumbados? – Matthew tomó la mano de Caterine–se sentía tan frágil. Extrañaba verla reír, quería verla hablando aunque fuera para regañarlo por él accidente aunque fuera para decirle que lo odiaba pero no podía, no estaba en sus manos hacer nada para que ella despertara. Matthew seguía sintiéndose culpable por el accidente y en todo este tiempo no se había detenido a pensar en lo que había hecho justo antes del accidente, no había pesado en la persona que vio en ese momento y que le indicó que algo no estaba bien. Deborah era la culpable y él no podía dejarlo así.

En ese instante su furia y odio contra Deborah creció aún más porque justo en el momento en el que todo parecía ir bien entre Caterine y él todo se vino abajo.

–Caterine–dijo en un susurro y esperó un momento para ver si obtenía respuesta pero no lo hizo. Matthew no estaba seguro de que Caterine lo pudiera escuchar pero nada le aseguraba que no pudiera hacerlo.

Él alguna vez había escuchado que cuando las personas estaban en coma no podían moverse pero si podían escuchar todo lo que se les decía u ocurría a su alrededor. El prefería creer que eso tenía algo de cierto y siguió hablando.

–Perdóname...estoy de acuerdo en que estés molesta conmigo y lo acepto. – Matthew suspiró. –Aceptó mi responsabilidad, yo soy el culpable de que tú estés aquí y créeme que si pudiera regresar el tiempo y estar en el momento en el que todo pasó yo tomaría tu lugar. –Coleman omitió un gemido–. Nunca debí dejarte sola, nunca debí haber salido del auto y dejar que tú fueras sola. Perdóname por ser egoísta pero si me hubieras dejado conducir a mí, yo sería el que hubiera estado en tu lugar.

Matthew sentía unas lágrimas corres por sus mejillas. –Ódiame si quieres, ódiame pero regresa, despierta. Te amo y no puedo resistir ni un solo momento más sin ti. No quiero hacerlo.

El castaño se limpió las lágrimas sin dejar de tomar la mano a Caterine. La miro fijamente y poso sus dos manos sobre la de ella. Se inclinó para besarle la mano y así se quedó por un buen rato.

El tiempo parecía no avanzar frente ellos o amenos Matthew no lo notaba porque no le importaba si se quedaba toda la noche con ella, él quería hacerlo, quería quedarse y cuidar de ella. Esperar ahí el tiempo que fuera necesario para verla despertar, verla abrir los ojos. Sus hermosos ojos. Quería ver sus ojos brillar.

Matthew estaba realmente cansado y se recostó junto a Caterine en un espacio que tenía libre, la tomo entre sus brazos y siguió hablándole al oído, le decía lo mucho que estaba arrepentido y lo mucho que la amaba, lo mucho que la necesitaba y cuanto la extrañaba.

Pronto la habitación comenzó a oscurecer, estaba anocheciendo y él se quedó dormido junto a Caterine, no quería dejarla ni un momento solo, ya lo había hecho muchas veces y no pensaba hacerlo de nuevo, no quería ni pensaba cometer los mismos errores de siempre.

Sus errores eran los causantes de todo lo que pasaba en la vida de Caterine y eso era lo que lo molestaba más, porque Caterine no merecía pagar por los errores que él cometida, eso lo tenía muy claro y no los cometería de nuevo.

En ocasiones llegaba a odiarse tanto que no sabía porque seguía vivo, los demás no tenía que sufrir por su causa.

EL GUARDAESPALDAS (Sin Corregir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora