Capítulo 4

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- ¿Ya están listos? -Pregunto Matthew.

-En un momento, solo ven a ayudarme con Derek...ponle su ropa por favor.

-De acuerdo, amo hacerlo.

Estaban a punto de irse a la comida que Matthew había organizado para que Caterine conociera más a Elena. Caterine no estaba del todo convencida pero Matthew insistió tanto que terminó aceptando.

Matthew vestía muy despacio a su hijo, tenía miedo de lastimarlo, estaba tan frágil que pensaba que en cualquier momento lo haría llorar. Afortunadamente no fue así.

Derek y Dustin lucían perfectamente, eran idénticos a su padre.

-Dios Caterine no cabe duda de que estos angelitos serán unos rompecorazones, ¿verdad que si bebés? -dijo haciendo una tierna voz mientras les hacía cosquillas a sus dos hijos que estaban sobre la cama. Ambos rieron al escuchar a su papá hablarles.

- ¿Hicimos un buen trabajo no? -menciono mirando a Caterine, quien se ruborizo un poco.

-Bueno teniendo en cuenta que tú eres el padre.

-Y tú la mamá más hermosa que pudieran haber tenido.

-Oye, se nos hace tarde, no quiero que Elena piense que soy la culpable de que nos demoremos.

-Claro que no, ella es paciente además aún estamos a tiempo. Conociéndola llegara cinco minutos tarde.

Caterine hizo una mueca en desaprobación.

-No te pongas celosa, la conozco de hace mucho, solo es una amiga y pronto será también tu amiga, ya verás se llevaran bien.

-Ok vámonos entonces-dijo mientras tomaba a Derek entre sus brazos y Matthew hacia lo mismo con Dustin.

-Insisto-comentó el castaño-estos chiquillos serán muy apuestos de grandes.

-Claro que lo serán, son nuestros hijos.

Ambos rieron y los bebés también lo hicieron.

**-**

-Te lo dije, cinco minutos después.

Caterine miró hacia donde Matthew le había señalado, era Elena quien entraba por la puerta del restaurant, lucia muy hermosa con aquel vestido color azul que le llegaba por encima de las rodillas y el cabello suelto le sentaba bien. En realidad era hermosa, claro que para Matthew solo había alguien que ocupaba un lugar en su corazón y ella era Caterine.

-Hola a todos, siento la tardanza- Matthew rio disimuladamente eso era lo que Elena siempre decía-Oww que niños tan hermosos-mencionó haciendo una tierna voz y agarrándole los cachetes a ambos niños.

-Se parecen tanto a ti Matthew, hiciste un buen trabajo.

Los tres rieron aunque Caterine se sintió un poco incomoda.

-Elena, ella es mi esposa Caterine, Caterine de Coleman.

-Mucho gusto-estiró la mano hacia Caterine.

-El gusto es mío-dijo Caterine tomándole la mano.

-Chicas sé que se llevarán muy bien.

Llamaron al mesero y pidieron algo de comer. Los tres estuvieron conversando sobre lo que había pasado con anterioridad, lo que habían hecho después de que Matthew y Elena se separaran y de cuando Matthew conoció a Caterine, hasta llegaron al punto de hablar sobre Deborah que por cierto solo fue un poco pues ninguno de los tres se sentía cómodo hablando sobre aquella chica.

Derek y Dustin estaban completamente dormidos al final de la comida, no habían hecho ruido y ni siquiera habían llorado de hecho se reían cuando Elena les hablaba y platicaba con ellos.

- ¿Quieres cargar a uno? -Le preguntoCaterine antes de que estos se durmieran.

-Claro, me gustaría-Caterine le dio a Derek pues Matthew tenía a Dustin.

-Dios es más lindo aun de cerca. -Dijo con voz chillona.

**-**

-Te dije que te iba a caer bien.

-Lo admito, tienes razón Elena es una buena chica y además a nuestros hijos les cayó bien.

-Sí, ¿Quién no los amaría?

Sonó el celular Matthew a tan solo media cuadra de la casa, Elena ya no iba con ellos pues tenía otras cosas que hacer.

Matthew tomó su celular mientras seguían caminando, vio el número y no lo conocía así que decidió no contestar.

- ¿Por qué no contestaste?

-Oh, es que no conozco el número.

El celular volvió a sonar, era el mismo número.

-Vamos contesta puede ser algo importante.

-Hola-dijo Matthew a quien quiera que estuviera del otro lado de la línea.

-Hola Matthew ¿me recuerdas?

Matthew se quedó paralizado sin decir nada. Caterine se detuvo y volteo a verlo, algo no andaba bien.

- ¿Pasa algo? ¿Quién es? -Preguntó Caterine que comenzaba a sentirse nerviosa.

Matthew tapo la bocina del celular y miró a todos lados. No había nadie o a menos eso pensaba.

- ¡¿Dios Matthew qué pasa?! - comenzaba a desesperarse.

- ¿Qué quieres? ¿Por qué me llamas? -Al fin dijo él.

-Te quiero a ti-dijo entre risas-, acabo de ver que salías de un restaurant y...quería que nos viéramos...

- ¡Caterine corre!

Matthew colgó el teléfono Deborah estaba ahí, aun no la veía pero sabía que ella estaba muy cerca. Ambos corrían demasiado rápido teniendo en cuenta que tenían las carriolas de sus hijos.

El corazón les palpitaba demasiado rápido, Matthew no se perdonaría si les pasaba algo a los seres más queridos de su vida.

-Lo siento, perdón por no decirte quien era pero no sabía qué hacer, era Deborah me ha llamado de otro número dijo que me había visto salir del restaurant...no, no sé en dónde este ahora...Mierda como la odio- Matthew hablaba demasiado rápido y sonaba agitado, dio un golpe a la pared.

-Tranquilo yo estoy aquí, hace mucho que salimos del restaurant ¿no crees que si ya nos hubiera visto nos habría seguido? Llamó porque nos perdió de vista solo te vio a ti saliendo del restaurant, aún no sabe en donde vivimos.

-Temo que lo sepa muy pronto-se dejó caer sobre el sofá teniendo de frente a sus hijos que lo veían tiernamente.

EL GUARDAESPALDAS (Sin Corregir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora