Capítulo 30 parte II

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–Te amo, lo sabes ¿cierto? – Matthew miraba la cara de Caterine que estaba frente a él.

Eran las 11:57 de la noche y después de fundirse el uno en el otro lo único que querían era contemplar la belleza del otro bajo la luz de la luna. La oscuridad era tan perfecta para hacer del brillo de la luna el mejor resplandor que iluminara la habitación en donde ambos se encontraban.

–Lo sé–Caterine lo miro a los ojos, unos ojos perfectos que hacían contraste con el cabello alborotado y bañado de sudor, era perfecto– yo también te amo.

Matthew le dio un último beso de buenas noches y ambos cayeron dormidos iluminados por la espléndida luz de la luna.

Aquella noche Matthew tuvo un extraño sueño, era tan real que comenzó a hablar entre sueños, probablemente fue el peor sueño que hubiera tenido en su vida. Cuando despertó por el impacto del sueño miro a su izquierda y ahí estaba Caterine, durmiendo como un ángel y Matthew sintió un gran alivio al verla junto a él y agradeció porque solo hubiera sido un estúpido sueño.

Tomo a Caterine entre sus brazos y se durmió de nuevo aferrándose a ella. De algo estaba seguro. No compartiría su sueño con ella.

A la mañana siguiente Matthew se despertó aún con el sueño de la noche anterior en mente, necesitaba contárselo a alguien pero a Caterine no. Solo era un sueño de mierda–pensó–.No habría nada porque preocuparse ¿o sí?

Decidió sacarse esos pensamientos de la mente y tomo una ducha rápida, el día apenas comenzaba y no dejaría que un sueño de mierda le arruinara el día.

– ¿Joe? –hablo por el celular mientras se preparaba una taza de café. ­­­­­­­­­­­Caterine aún seguía durmiendo y el desayuno estaba listo.

– ¿Qué hora es? –contesto aún adormilado.

–Las 7 de la mañana...

– ¿Qué? ¿joder no podías esperar para hablarme más tarde?

–Lo siento ya lo hice–bromeo–de acuerdo, solo quería hablar....

– ¿Paso algo? –Joe se levantó lentamente de la cama y se quedó sentado a un lado de ella con la cabeza gacha y rascándose la cabeza.

–No, solo... ¿quieres tomar una copa?

–De acuerdo–Joe acepto, conocía a Matthew perfectamente a pesar de no haberlo visto por mucho tiempo pero algunas cosas nunca cambian y ese tono, Matthew no solía ocuparlo a menos que algo le preocupara mucho realmente. –Di lugar y hora.

–En el bar de siempre a las 6.

–Ahí te ver entonces.

Matthew colgó dejando el celular sobre la mesa y tomo su taza de café justo para disolver un poco de azúcar en él. Su mente aún estaba en otro lado, en cualquier lugar menos en donde debería estar. Al parecer el sueño no era un simple sueño. Era una horrible pesadilla.

Algo lo incomodaba y no era que él se sintiera así por cualquier cosa, realmente tenía un extraño presentimiento y por mucho que tratara de convencerse de que todo estaba bien no lograba hacerlo.

–Ahí estas–escucho la cálida voz de Caterine que estaba frente a la puerta de la cocina. –alguien se levantó temprano.

–Hola–intento parecer normal y lo logro sin dificultad–quise madrugar para poder prepararle un rico desayuno a la mujer más hermosa del mundo.

– ¿Sabes? Cada día me pregunto que hice para merecer a un hombre tan perfecto–Caterine avanzaba hacia donde él se encontraba–, tan sexy, lindo, caballeroso, gracioso... ¿Cómo le hice? –llego hasta donde él estaba para encontrarse frente a él permitiendo que Matthew la tomara entre sus brazos y ella callera sobre sus piernas, mirándose aún.

–Solo me enamore de ti, tu eres la perfecta la que hizo que mi mundo fuera mucho más de lo que antes era, yo soy el que tengo que agradecer por tenerte a ti en mi vida. –La beso. Fue un beso pausado pero lleno de amor e irresistible ante los labios de Caterine.

–Te he preparado un café y un pequeño desayuno.

–Gracias–Caterine comenzaba a sospechar algo respecto a los desayunos, la última vez que hizo uno fue cuando ocurrió lo de Alex. –apuesto a que está estupendo.

Caterine se levantó y tomo una silla, ambos ahora estaban desayunando mirándose y haciendo comentarios que los hacían sonreír a ambos. Matthew amaba la manera en la que ella sonreía la hacían ver aún más hermosa y eso volvía loco a Matthew.

–Hoy saldré con Joe–él levanto la mirada para evaluar su reacción–será solo un momento, esta vez no tardare mucho.

Caterine por un momento iba a decirle que si pero quería ver que tanto insistía, era solo una pequeña broma.

–No lo harás–intento parecer dura y lo hizo, dejo sobre la mesa el tenedor con el que se disponía a comer su fruta fresca.

La cara de Matthew cambio de feliz a ¿molesto? – ¿Por qué no? Solo será un momento.

–Porque cada vez que lo haces tú llegas tarde y demasiado ebrio. –Parecía molesta.

–Vamos Caterine esta vez no lo hare, dije que llegaría temprano. Te lo prometo. –puso su mano de frente a ella indicándole una promesa y sonriéndole. Una sonrisa a la que nadie se podría resistir. –Por favor–hizo un puchero.

Caterine intento no reír ante su reacción pero fracaso. –Era solo una broma claro que puedes ir, es tu amigo pero debo admitir que esos pucheros me terminaron por conversar.

–Lo sabía– Matthew también rio. –eres una malvada me hiciste parecer un idiota. Un idiota enamorado porque nunca me atrevería a ir en contra tuya.

– ¿A qué hora te iras seños Puchero?

–Oh ya estamos jugando así, de acero. A las 6 señora Malvada, espero que me permita salir a esa hora o de lo contrario...

– ¿Qué? –lo interrumpió Caterine.

–Hare otro puchero. Ese es mi nombre ¿no?

–Pues esta señora malvada acepta esa hora siempre y cuando llegue temprano como prometió.

–Tenga por seguro que lo hare señora de Coleman. –Le dio un beso en la frente y terminaron de desayunar.

Sonó el celular de Matthew y este lo tomo al ver que la llamada era de Elena su vieja amiga, estuvo conversando con ella un momento y luego Elena pidió hablar con Caterine, desde hace mucho quería hacerlo pero no había podido hacerlo por cuestiones de trabajo y hasta este momento encontró un tiempo libre para poder hacerlo. Tenía tantas ganas de hablar con ella y contarle muchas cosas por lo que se tardó más de una hora hablando con ella y en ese tiempo Matthew estuvo con los bebés, les dio de comer y luego estuvo jugando un tiempo con ellos. Logro olvidarse del sueño.

**—**

–Ahora no lo recuerdo bien pero fue algo que...parecía tan real. Estaba sufriendo, recuerdo solo a Caterine en el suelo, no se movía y yo intentaba respetarla pero no lo hacía, algo le pasaba y después solo escuchaba risas pero Caterine seguía ahí sin despertar, estaba sangrando.

Cada palabra que Matthew pronunciaba era como si estuviera viviendo el sueño de nuevo, Joe casi podía sentir su sufrimiento y se dio cuenta del porque quería hablarlo con él, era solo un sueño pero la manera en la que él lo decía lo hacía parecer tan real, Joe era su amigo y debía apoyarlo intento convérselo de que solo era un sueño y de que no había nada por lo que preocuparse.

–Es solo un sueño, no pasara nada amigo.

–El problema no es él sueño es que después de eso sentí algo que me hace estar alerta, siento que la vida de Caterine correr peligro y no puedo dejar de pensar en que Deborah o Alex tendrán algo que ver.

–Mira, son solo tonterías de acuerdo a lo que me has dicho Alex no te ha llamado de nuevo y no has vuelto a saber nada más sobre Deborah, no creo que se atrevan a hacer algo.

–Desearía poder dejar de sentirme así, he tratado de convencerme de que esto solo son imaginaciones mías pero no puedo por más que lo intento no puedo. No sé qué haría si algo le llegara a pasar a Caterine.

Matthew llego temprano justo como había prometido solo salió durante una hora y cuando llego estuvo charlando con Caterine y vieron una película.

EL GUARDAESPALDAS (Sin Corregir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora