Capítulo 17 parte I

893 44 0
                                    

Dos semanas después.

– ¿Quieres llamarla?

–No...

– ¿Ya la has olvidado?

Suspiró.

–Es solo que ella...ella no quiere saber nada sobre mí.

–Pero solo has hablado con su hermano, ni siquiera la has escuchado a ella, no la has visto desde hace dos semanas.

–Lo sé, pero no es porque yo quiera es que... sabes, yo respeto su decisión aunque me duela demasiado.

–Eres un tonto...creí que habías cambiado pero me estoy dando cuenta de que aún le tienes miedo a las grandes responsabilidades.

–Joder no es eso. ¡YO LA AMO! Pero no puedo hacer nada si ella no me lo permite.

Matthew se dejó caer sobre el sofá. Joe lo miró fríamente.

–Sé que este no es mi asunto pero soy tu amigo y no dejaré que te des por vencido tan rápido.

–Te lo agradezco hermano pero ya tomé una decisión...– Matthew suspiró de nuevo, esta vez más profundo –. Me olvidaré por completo de ella. Louis tiene razón, la hice sufrir y debo olvidarla, Caterine no me quiere más en su vida, ella lo decidió primero.

–Espero que no te arrepientas de esta decisión Matthew, no nos vemos desde hace mucho tiempo pero puedo ver en tus ojos que aún la amas.

–Y no te equivocas pero... ¿sabes? Ya no vale la pena hablar sobre esto. ¿Quieres salir?

– ¿Salir? ¿A dónde?

–No sé, a algún lado.

– Matthew, Matthew estás loco.

–Lo sé, ¿vamos o no?

–De acuerdo vamos.

****

– ¿Estas bien? ¿Por qué no hablas con él?

–Sí, estoy bien...No creo poder hacerlo.

– ¿Por qué? –preguntó Ann un poco desconcertada.

–Bueno, aún no puedo perdonarlo ¿sabes? No es fácil.

–Caterine, pero si ni siquiera le has dado la oportunidad de que te lo explique. Matthew solo ha hablado con tu hermano y siempre que lo hace Louis le grita y le cuelga ¿enserio no quieres hablar con él? Sé que venimos aquí porque no teníamos otro lugar pero el que estés con tu hermano no significa que te diga si debes o no debes hablar con Matthew.

Cate miró al piso, estaba reflexionando sobre lo que su amiga la acababa de decir, ¿en verdad estaba haciendo lo que ella quería o era lo que su hermano quería?

–Sé que tienes razón, pero no...es decir aún no estoy lista como para verlo de nuevo. Simplemente no puedo, sé que no me comprendes pero Ann, aún no puedo.

–De acuerso, respeto tu decisión pero sigo insistiendo en que lo llames.

– ¿Sabes? Lo amo y estos hermosos niños no deben sufrir por él, sé que están muy pequeños pero siento que también lo extrañan...

–Como no lo van a hacer Caterine, si él es su papá.

– ¿Quieres ir a...no sé...algún lado?

–De acuerdo ¿pero y estos niños?

–Le pediremos Louis que los cuide.

Ambas se dirigieron a donde estaba Louis, casi sin hacer ruido pues los bebés estaban durmiendo.

Louis aceptó pues las chicas de vez en cuando debían estar un tiempo a solas y él no quería estar con ellas, ir de compras y estar de tienda en tienda no era lo suyo.

–Solo no tarden, de acuerdo.

–No prometemos nada–dijeron al unísono.

Ambas salieron y se dirigieron al centro comercial más cercano al departamento.

–Escucha esa canción Joe.

–Suena genial. Me agrada.

– ¿Enserio? Yo la escribí.

– ¿Estas bromeando?

–No enserio yo la escribí, fue una de las ultimas que entregue cuando...antes de venirme a NY.

Matthew comenzó a cantarla y a Joe no le quedo ni la menor duda de que en realidad la había escrito y mucho menos de que la escribió pensando en Caterine. Joe solo conocía a Cate por fotos.

–Caterine, esa canción es perfecta ¿no crees?

–Si lo es, me pregunto quién la habrá escrito.

–Es lógico que la persona que la está cantando.

–No, no lo es, sabes Matthew componía canciones para los artistas, muchas veces los cantantes no escriben sus canciones...como sea, me enamoré de ella.

–Lo sé, es hermosa, te imaginas que esa canción la hubiera escrito Matthew para ti.

–Ann...

–Si Cate, escúchala, no crees que la letra describe el amor que sentían el uno por el otro...

–Ann eso no puede ser cierto, hay tantas canciones, ¿Por qué esta?

–No lo sé, solo se me ocurrió, sería lindo ¿no?

Caterine hizo un esfuerzo por no reír pero no lo logró.

Matthew y Joe pasaron justo del otro lado del pasillo en donde se encontraban las dos amigas.

Matthew la vio, vio a su bella esposa de nuevo. La vio riendo, fue la mejor sonrisa que jamás había visto.

–Ann a veces eres tan divertida –le dijo aún entre risas.

–Para serte sincera, la verdad no sé de qué te ríes, para mí no tuvo nada de gracia, pero me agrada haberte hecho reír.

–Joe vámonos, vámonos...–le dijo a su mejor amigo mientras lo jalaba e intentaba correr.

– ¿Qué te pasa? ¿Ya nos vamos? O...

–Solo alejemos de aquí.

La canción aún sonaba en todo el centro comercial.

Matthew corría como un niño pequeño huyendo de algo hasta que encontró un lugar lo bastante lejos como para que Caterine lo viera, aunque él aún podía verla, solo un poco, a lo lejos.

– ¿Ahora si me dirás que pasa?

–Caterine.

– ¿Caterine qué?

–Caterine, Caterine está aquí.

– ¿Hablas enserio?

–Sí, ella está aquí, hermano mi corazón late demasiado rápido y no sé si es porque ella está aquí o por qué corrí. Me falta condición Joe– Matthew estaba riendo.

– ¿Por qué te ríes? Pareces un niño escondiéndote de ella.

–Estoy feliz porque la vi sonreír y si me escondo de ella.

–Ve a hablarle.

–Ve tú...

–No pienso hacerlo.

–Hablo enserio ve tú, habla con ella...has que te diga algo sobre mí. Quiero saber si dejarla ir de una vez por todas valdrá la pena o no.

EL GUARDAESPALDAS (Sin Corregir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora