Capítulo 30 parte I

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–Ya estoy aquí. –dijo mientras lo buscaba entre tanta gente, él le respondió al otro lado de la línea. El aeropuerto estaba demasiado lleno.

Deborah dio con él después de unos minutos y Alex se levantó del lugar en donde estaba sentado.

–Deborah mi dulce acompañante, me alegra verte–La beso en la mejilla.

–Querido, que gusto verte de nuevo, ¿has estado haciendo ejercicio?

–Bueno solo un poco–dijo mirándose a él mismo. – ¿Vamos? –Le hizo una seña con la mano indicándole que ella pasara primero y tomo su equipaje para llevarlo a su auto.

–Valla que caballeroso eres.

–Siempre lo sido hermosa.

Alex la dirigió hacía su auto, era un BMW z4 blanco bastante lindo.

–Tienes un hermoso auto–dio una vuelta alrededor del mismo pasando su mano por una de las esquinas.

–Se parece a su dueño. –le guiño el ojo y sonrió. –Sube. –Abrió la puerta permitiendo que Deborah entrara y cerro cuidadosamente, dio vuelta para subir del otro lado y puso música antes de partir.

– ¿Te gusta New York?

–Claro, que me gusta, me alegra estar de vuelta.

La música sonaba y Alex comenzaba a cantar.

– ¿Cuál es tu plan?

Alex la miro y luego regreso su mirada hacia la carretera. – ¿Te parece si te lo digo en una cena?

–De acuerdo ¿tú cocinaras? –Le dijo en tono burlón.

– ¿Eso quieres? –La miro de nuevo.

–Por supuesto.

–Cocinare entonces–Alex le aparto la mirada y se puso unos lentes oscuros, Deborah le sonrió.

**—**

–Caterine.

–Que.

–Te amo. –Le dio un beso rápido.

– Matthew estás loco. –Caterine sonrió.

–Lo sé, es tu culpa.

–Ahora te estás haciendo el chistoso.

– ¿No te gusta?

–No. – intento parecer enojada pero no pudo y rio.

–Si te parece gracioso. – Matthew la tomo y comenzó a hacerle cosquillas. Ambos cayeron al piso y luego la beso pausadamente en su cuello hasta llegar a punto de hacerla gemir.

Caterine le quito su playera y comenzó a besarlo y a acariciarlo también.

**—**

–No creí que fueras capaz de hacer esto. –Le dijo asombrada.

–Aunque te sorprenda se cocinar también.

La comida sobre la mesa lucia realmente exquisita, parecía como si Alex no lo hubiera hecho pero Deborah había estado presente durante la preparación de la cena y no podía dudar nada.

–Adelante. –hizo la silla hacia delante permitiendo que Deborah se sentara y luego la dejo en el mismo lugar.

–Disfrutare esta cena.

Alex le extendió una copa de vino. –Por nuestros lindos amigos que, no esperan nada de nosotros.

–Por nuestros amigos. –Alzo la copa hacia él.

Las copas sonaron al chocar una contra la otra y una sonrisa se dibujó en el rostro de ambos, era una sonrisa de triunfo y emoción.

Alex miraba a Deborah y mientras cenaban le hacía unas pequeñas preguntas respecto a su vida en California, creyó que era preferente ir despacio que ir directo al asunto que tenían pendiente aunque ambos se morían de ganas por hablar respecto al tema.

Deborah también estaba interesada en saber que había sido de la vida de Alex después de que se dejaron de ver y le asombraba cada cosa que Alex le contaba, sin duda les había ido bien a ambos desde entonces.

Ambos estaban ahí por un fin, tenían el mismo objetivo aunque en un principio Deborah no estaba segura del todo, ella ya no amaba a Matthew, solo era una atracción física pero Alex la convencía como siempre, era su amigo y ¿qué son los amigos si no ayudan a sus amigos?

– ¿En realidad la amas?

Alex se detuvo para mirarla con ojos brillantes y analizando cada fracción de ella. –Lo hago, si–tomo un trago de vino– desde el primer momento en el que la vi caminando bajo la lluvia era tan...hermosa–esa era la palabra que la describía.

Deborah estudiaba cada uno de los movimientos que hacia Alex, lo conocía pero era difícil saber si le estaba diciendo la verdad aunque ella sospechaba que solo lo hacía por que Caterine estaba con Matthew.

–Desde antes de saber que ella estaba con Matthew –pronuncio su nombre con un poco de picardía. –me sentí atraído por ella, su sonrisa...me gusto. –respondió como si hubiera leído los pensamientos de Deborah.

–Me sorprendes. Nunca te había escuchado hablar así de una mujer.

–Perdóname Deborah, pero eso es lo que en realidad siento. Sabes que te estimo.

–Lo se querido, no necesitas recordármelo.

– ¿Y cuál es tu plan? –Desde el primer momento en que la vio se moría por hacer esa pregunta, sonó tan intrigado y curioso por saber la respuesta.

–No lo sé...

–Vamos Deborah dijiste que tenías un plan.

–Lo sé, pero...no estoy segura ¿tú tienes uno? Estoy segura de que también tienes uno. –sonrió maliciosamente.

–Oh vaya que lo tengo...

–Dímelo. –Deborah y Alex se miraron por unos segundos y luego él sonrió bajando la mirada y haciendo círculos alrededor de su copa, ya habían terminado de cenar.

–Solo quiero desaparecer a Matthew, tú sabes, el obstáculo. Es lo único que se interpone entre nosotros.

– ¿Qué hay de sus hijos?

–No me importa hacerme cargo de ellos.

Deborah lo miro sorprendida, nunca imagino que Alex dijera eso.

–Así que planeas un accidente.

– ¿Eso planeabas tú?

–Tal vez...un pequeño accidente, pero tú hablas de desaparecerlo.

–Tal vez... hacer que vuelva contigo.

–Una infidelidad. –Alex la miro dándole asentimiento.

–Suena mejor, pero creo que eso debería ser tu turno, recuerdo haberte escuchado decir que Matthew se puso furioso cuando te vio con Caterine.

Alex asintió.

–Yo ya lo hice una vez, otra infidelidad por su parte no se compara en nada con una cometida por Caterine, la perfecta Caterine.

–Amo tu manera de pensar Deborah, siempre me sorprendes. –Alex alzo su copa de nuevo hacia ella y se volvió a escuchar el sonido de la victoria.

EL GUARDAESPALDAS (Sin Corregir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora