EL GUARDAESPALDAS (Sin Corregir)

Capítulo 18 parte II

– ¿No es su hermano?

–No, ese no es su hermano.

– ¿Estás seguro? Matthew está lloviendo tal vez por la lluvia no se ve bien y lo confundes.

–No Joe, yo conozco perfectamente a su hermano y sé que él no es.

– ¿Podrías parar el auto por favor? – Matthew se estaba poniendo furioso.

–No puedo aquí no hay donde estacionarse y no hay altos cerca, hay autos atrás de mí. No puedo.

– ¡Joder Joe has algo ya!

– ¡Maldita sea que no puedo! Sabes que si bajas del auto y vas para allá Caterine no te perdonara, ¿estas consciente de ello no?

–No, no puedo.

–Joder Matthew, ahora no tienes ningún derecho sobre ella, Caterine no te quiere ver y aun si lo quisiera creo que este no sería el momento como para que le hagas una escenita.

– ¡Mierda! – Matthew golpeo en la parte de enfrente del auto. –Tan bien que iba mi día.

Matthew se tomó el pelo y dejo las manos sobre su cabeza por un tiempo.

–Maldito, soló que sepa quien eres. –Fue lo único que pudo decir, no podía hacer nada más.

Alguien más andaba tras Caterine.

– ¿Y si es algún amigo de Ann?

–No ella no es de aquí, no puede tener amigos. – Matthew miraba hacia atrás pero apenas podía ver, la lluvia no dejaba verle la cara y cada vez se alejaban más de ellos.

–Creo que lo conozco. Algo...hay algo en el que me recordó a alguien, pero no se quien...

–Ya olvídalo, tal vez sea solo un amigo.

–No, yo sé que no lo es. Joder, tengo que recuperarla.

–Olvide decírtelo, sé que esto mejorara tu día de mierda. –Joe rio.

–hahaha no te hagas el gracioso que no estoy de humor para tus bromas.

– ¿Quieres saber o no? Eres mi amigo pero estas colmando mi estúpida paciencia.

–Perdóname, no estoy de humor...ese estúpido acaba de joder mi vida.

–Tengo su número.

La cara de Matthew dio un completo cambio y paso de tener el ceño fruncido a una sonrisa dibujada en su rostro.

– ¿Estas bromeando cierto?

–No, si lo tengo...veras les dije que quería invitarles de nuevo un café y la rubia le dijo a Caterine que me diera su número...

– ¿Y te lo dio así nada más?

–No, no fue fácil, ella no quería pero Ann le insistió y ella acepto de mala gana. Creo que Ann, quiere que te olvide.

–Era de suponerse, la típica amiga protectora.

–Vio un buen partido en mi ¿no crees?

–Joe... ¿estas bromeando cierto?

– ¿Negaras que soy apuesto?

–Deja de jugar y dame el número, por favor.

–Claro, lo que pidas. –Joe saco su celular y rebusco entre sus contactos.

–Aron, Andrés, Camila, Chole... Caterine, aquí esta. –Le dio su celular.

–Vaya que si tienes muchos contactos. – Matthew copio el número de Caterine en su celular y le devolvió el de Joe.

– ¿La llamaras?

–No sabes cómo muero de ganas de hacerlo...pero no creo que sea el momento adecuado. No sé qué decirle y si no quiere hablar conmigo.

La lluvia estaba cesando y su destino estaba cerca.

–Llámala tú.

–Oh no, esta vez no.

–Vamos les dijiste que les invitarías de nuevo un café.

–No Matthew no lo haré.

– ¿Por qué?

–Corro el riesgo de enamore de ella.

Matthew lo miro desconcertado. –En verdad no estás jugando con eso ¿verdad?

–No, no lo estoy...

Hubo un grande silencio.

–Nunca te robaría a Caterine, Matthew eres mi amigo.

–Lo se...

–Olvídalo, es solo una estupidez.

Por fin llegaron al departamento de Matthew y apenas caían pequeñas gotas de agua, lo peor había pasado.

Matthew seguía sin hablar, en el fondo sabía que Joe era así, las chicas eran lo suyo y probablemente solo sentí atracción por Caterine pero no la amaba, no tendría nada serio con ella.

– ¿Estas bien? ¿Quieres que le llame?

El castaño recordó al otro chico y creyó que era buena idea que Joe le llamara para saber quién era.

–Si...hazlo.

El celular sonó, una, dos, tres... Caterine contesto al quinto timbre.

–Pon el altavoz. –Dijo Matthew. –Quiero escuchar su voz de nuevo.

**—**

–Hola las vi salir del centro comercial y luego comenzó a llover...

Ambas escucharon una voz muy varonil y lo miraron, era un chico alto casi de la estura de Joe aunque Joe era un poquito más alto.

– ¿Quién eres? –Pregunto Caterine intrigada.