Entro a la habitación y no comprendo que en tan poco tiempo mi vida se convirtió en una mierda, yo de veras que me siento así.
Todo está patas para arriba.
Voy al baño a refrescarme un poco. Me miro al espejo y no me reconozco.
¿Quién soy?
Me siento de lo más perdido. Los enfrentamientos que tengo con mi madre se hacen cada vez más violentos e incluso me animo a enfrentarla, cosa que antes no hacía. No sé hasta qué punto pueda tirar de la cuerda.
Sé que la ida de Lucas tiene que ver con Gregoria. Ella es la responsable de que él ya no esté aquí. Cada día me convenzo más de eso.
Ella es la responsable de todas mis desgracias.
Aborrezco a mi madre, aborrezco a la mentirosa de María y aunque me pese también a mi padre.
Estoy apretando los dientes y mis manos forman puños.
Pero... ¿Quién soy yo para condenarlos?
Yo, el que perdió la virginidad en manos de un monaguillo de poca monta, un don nadie.
Cierro los ojos por un momento recuerdo nuestra primera vez juntos. Todo era perfecto.
Mi deseo crece por todo mi cuerpo, palpitando latente en cada parte de mi ser, y creo que ésta sensación es lo más sincero que he sentido desde que se fue.
He estado deambulando sin rumbo intentando comprender todo lo que me rodea, todo mi entorno.
Despisto ese pensamiento de inmediato y me concentro en el ahora. En cosas más importantes, en lo que realmente importa.
¿Quién es Azucena Echeverri?
He tratado tan mal a Joaquín, inclusive a Delia. Me arrepiento de haber estado con él, si no tenía intenciones con ese muchacho, ¿por qué lo hice? No lo comprendo. No me comprendo. El alcohol puede ser una excusa o simplemente pagarle lo que le debía por haberme salvado del degenerado de Roberto.
¿Donde quedó tu inocencia, Jeremías?
Ya no la tengo. La perdí cuando me entregué a él.
Debo centrarme.
Creo que al abuelo le faltó tiempo. Él tenía intensiones de contarme lo de su pasado. De hecho me hizo leer sus cartas. En realidad fue solo una y estaba tan afectado.
¿Quién es Azucena Echeverri? Me lo vuelvo a preguntar.
Me armo de valor y voy hacia las cartas.
Busco entre mis ropas, recuerdo haberla visto por aquí debajo. Sigo sacando mi ropa y allí se encuentra.
Tiene puesto un candado, y el abuelo llevó la llave a la tumba. Aunque no creo que sea tan difícil abrir.
Debo romperla.
Me dirijo hacia la cocina.
Me encuentro a Delia tomando unos mates.
-Buenos días, hijo.
-Buenos días -digo y esquivo su mirada.
-¿En qué lo puedo ayudar?
-Necesito un martillo o algo pesado.
-¿Qué tiene pensado hacer?
-¿Tiene o no? -Otra vez estoy siendo petulante.
-Espéreme aquí que voy a buscar uno.
¿Por qué soy tan insolente? ¿Tan grosero?
Respiro hondo y me apoyo en la mesada inclinando mi cuerpo al piso.
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Hacia el camino de la perfección
Historical FictionUna familia estrictamente religiosa, con padres ligados a la alta sociedad. Jeremías un adolescente, retraído, inteligente y por sobretodo; tímido. Conocerá el amor, en el lugar menos pensado y con la persona menos indicada. Y tratará...