Capítulo 16: "Rendido ante ti"

88 12 2
                                    

Faltaban 4 minutos para las ocho y yo ya estaba caminando de lado a lado en el salón donde junto a Ashley  y su don para el arte decorativo habíamos montado un ambiente muy romántico.

Las velas en doble hilera formaban un pequeño camino desde la puerta hasta unos pocos metros cerca de la mesa, la cual estaba decorada con un delicado mantel blanco y pomposos tules que formaban moños a los lados, un modesto adorno floral con magnolias blancas y jazmines inundaban  todo el lugar con su increíble aroma además de una única rosa roja en medio del arreglo, unos candelabros de plata con velas blancas le daban un toque muy íntimo a todo, las luces bajas, permitían que el decorado con las cortinas y los pétalos de rosas blancas y rojas sean protagonistas en la habitación. Una botella del mejor champagne estaba servido en dos copas que tenían las iniciales del hotel en letras delicadas y de color dorado en uno de los bordes.

Un par de mozos estaban esperando a cada lado de la puerta por donde ingresaría Elizabeth, quité el sudor de mi frente, por primera vez en mucho tiempo me había arreglado mi maraña de pelos en una coleta prolija. Como no solía usar trajes, razón por la cual Ashley me regañó, estaba usando unos jeans ajustados en color negro con una camisa blanca arremangada y zapatos que mi cómplice en esta locura extrajo sin permiso del guardarropa de su excéntrico novio italiano.

No sabía si estaba más nervioso por ser sorprendido por el dueño de los zapatos o por cómo iba a decirle todo lo que tengo dentro de mi corazón a Elizabeth. Al parecer el dueño del hotel no era un encanto después de todo.

El móvil en mi pantalón vibró. Aquello me saca de mis pensamientos. Esa era la señal.

- Ya está aquí muchachos. - aviso a los mozos quienes en un instante tomaron sus posiciones y yo sujetando el enorme ramo de magnolias en mis manos me adelanté hasta la puerta. Una suave música comenzó a sonar en un volumen muy bajo, si no me fallaba el oído por los nervios era algo de  Carlinhos Brown, con su versión de Fly Love, muy apropiado para este momento de escena de película romántica.

Las risas se oían desde adentro, Ashley hizo un mal chiste sobre el vestido de Elizabeth, ganándose una divertida burla de la morena, entonces aparecieron ambas del otro lado de las puertas de cristal y estas se abrieron.

Dos cosas eran seguras:

Elizabeth se sorprendió. Su rostro estaba perplejo.

Me temblaban las rodillas. ¿Es normal eso en un hombre?

Me acerqué a ella lentamente, sus mejillas se sonrojaron y Ashley le dio un empujón hacía mí.

- Bienvenida.- dije en un tono de voz suave, sus ojos estaban concentrados en mí y en todo el lugar. Joder, estaba tan nervioso.- Espero que te guste, hicimos esto para ti. Y además... para pedirte que me perdones por mi comportamiento tan estúpido.- Sus ojos estaban brillantes, eran lágrimas, ella estaba emocionada.

Extendí las flores a sus brazos y ella las sujetó, aun no decía ni una palabra. Sonreí con ternura al ver su emoción, quería estrecharla en mis brazos, no había sido hasta ese momento que comprendí lo mucho que la había echado de menos, esos hermosos labios estaban entreabiertos, deseaba probarlos, ella podía desatar todo tipo de sentimientos en mí. Era increíble.

Increíble como su reacción, esperaba que me gritara, me insultara, me besara, cualquier cosa menos lo que siguió a continuación.

El ramo de flores cayó al suelo y en mi intento de recogerlo en un acto reflejo, mi rostro se vio puesto de lado por la fuerza de una fiera bofetada que me dejó atónito, obviamente no solo a mí, la exclamación dramática de Ashley hizo que Elizabeth se volviera a verla para darles a todos los restantes en la habitación una señal para que se marcharan. Me incorporé frotando mi mejilla, nunca había estado tan agradecido a mi barba por amortiguar el golpe, aunque con ella y ardía un poco.

Apasionado TormentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora