Capítulo 19: Sin máscara.

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Conduzco con Shelddon dormitando en el asiento trasero del auto. Eran las dos de la madrugada cuando recibí una llamada de Marta, su voz apenada se excusaba por la hora mientras de manera atropellada preguntaba por su patrón, Shelddon había salido como alma que lleva el diablo y temía lo peor. No importó cuanto le insistí que me dijera el porqué solo me pidió que la ayudara a buscarlo y así lo hice; luego de hacer lo obvio y atacarlo a llamadas que nunca fueron respondidas decidí ir a buscarlo.

Tras encontrarlo ebrio y de mal humor afuera de un bar y con la ayuda del hombre con el que hablaba le metí en el auto y arranqué rumbo a su casa, no sin antes llamar a la mujer para confirmar la dirección.

Miro por el retrovisor del auto y suspiro; Shelddon se había acostado como si el asiento se tratara de una cómoda cama. Saliendo del auto y procurando no hacer mucho ruido abro la puerta trasera y acaricio su cabello.

― Shelddon ―me inclino besando tu ceño fruncido― despierta hemos llegado.

Decido moverlo un poco hasta que por fin murmura cosas inentendibles y se incorpora para mirarme con sus enormes ojos azules.

― Lo siento. ―Dice a lo que empieza a salir del auto.

Sin prestarle atención a sus palabras de borracho le ayudo en todo momento, Marta al vernos sale disparada para ayudarme y lo agradezco. Entramos al apartamento con mucha más cautela ya que Jaydan duerme en una de las habitaciones, Martha le quita el abrigo y le recoge el cabello mientras maldice en portugués.

Por mi lado voy a la cocina deshaciéndome del abrigo y busco los ingredientes suficientes para hacer un suero casero, preparo algo de comer, algo grasiento para que corte el alcohol de su sistema.

― Estoy jodido ―hipea― Marta estoy bien jodido.

Las voces me llegan amortiguadas desde donde estoy por lo que no escucho lo que la mujer responde pero lo que sea que le haya dicho le ayudó a calmarlo un poco porque cuando regreso con la comida el me mira finamente.

― Necesito que bebas esto ―digo con una sonrisa mientras le acerco una taza con el suero que reposa en unos cubitos de hielo.

Sin protestar lo toma y tras darle un sorbo hace una mueca divertida mientras deja la taza a un costado en una de las mesitas.

― Se... ―hipea― sé que debes estar molesta conmigo pero no intentes envenenarme en mi propia casa.

Río ante eso y corto porciones moderadas de la comida.

― No estoy molesta Shelddon, estoy un poco confusa por tus acciones pero eso ya lo hablaremos, ¿cierto? ―le miro mientras le tiendo el tenedor lleno de papas a la francesa y salchichas.

Shelddon aparta la cabeza como niño pequeño y evito rodar los ojos.

― Shelddon debes comer, si no lo haces cuando despiertes querrás que te hubiese envenenado ―bromeo a lo que el entrecierra los ojos y me arrebata el tenedor.

No quiero agobiarlo con preguntas pero todo esto me resulta muy extraño, sé que me oculta algo, sé que todos lo hacen y sigo sin saber cómo sentirme al respecto. Le ayudo a comer y le convenzo que termine de beberse la taza pero un leve jalón de mi cabello me hace girarme solo para encontrarme a Jaydan rascándose sus ojitos vestido con un onesie de Batman.

― ¿Papi está enfermo?

Oh Dios.

― Oye guapo ¿Qué haces despierto a esta hora?

― No puedo dormir ―hace pequeños y adorables pucheros.

Miro a su padre quien come y suspiro levantándome y tomando al pequeño en brazos.

Apasionado TormentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora