Cabo, Ciudad de México.
— Bravo acaba de salir a la playa, el objetivo se encuentra vestido con una pantaloneta negra, una toalla al hombro igualmente negra y unas gafas oscuras. Está cerca del bar a tu derecha. Le reconocerás de inmediato pues tiene un Gin tonic entre las manos.
Camino hacia el lugar indicado apartando el cabello de mi rostro; uno de mis hombres me acaba de dar la información necesaria sobre mi nuevo caso asignado.
Llegué hace solo algunas horas de New York y ahora estoy muriendo de calor en este lugar, lo peor, no puedo siquiera pensar en escabullirme y sumergirme en la fría agua, debo acercarme, pero no lo suficiente y vigilar.
— Copiado.
Me siento en una en las sillas a la izquierda del hombre que porta la descripción dada, estoy cerca pero no lo suficiente para que me note, uno de los camareros se acerca con una sonrisa matadora y me brinda el coctel del día, coctel que por supuesto rechazo y simplemente pido una limonada. No tomo alcohol, no en el trabajo.
Me acomodo lo suficiente para ver mejor al hombre y lo detallo un poco más; alto, mucho más alto que yo, corpulento, pero no del tipo fisicoculturista es obvio que practica algún tipo de deporte. Su cabello se encuentra un poco húmedo, pero de alguna manera peinado hacia arriba y aun costado.
— Bien jefe, ahora mismo me dirijo hacia la habitación de Bravo Delta para esconder algunas cámaras y micrófonos.
Sonrío de lado y empiezo a ojear sin realmente hacerlo el menú de bebidas del lugar.
— Ya lo he hecho. Puedes tomarte un descanso, me comunicaré contigo de ser necesario.
Mi hombre agradece y se despide mientras noto como me traen la bebida junto con una nota. Dejo el celular a un lado y tomo largos tragos del refrescante líquido mirando al hombre con una ceja enarcada.
— Señorita el caballero sentado detrás de usted me ha pedido que le pase esto.
Miro detrás de mí para ver a un hombre joven de cabello rubio y ojos cafés sonreírme de manera socarrona, al regresar la vista a la nota la miro y ruedo los ojos al ver un nombre seguido de un número telefónico.
— Hombres.
Farfullo en voz baja mientras me levanto solo con mi bebida y me acerco a la barra para estar más cerca de Bravo, desde esta posición puedo escuchar perfectamente que habla en un español casi perfecto con una belleza de tez bronceada.
Bravo Delta es el nombre que le dimos a Bruno D'Leone basado en el alfabeto radiofónico comúnmente utilizado en este ámbito; D'Leone es veterano, proveniente de Italia, tiene cuarenta años y actualmente es el fotógrafo mejor pagado en la industria del espectáculo. ¿Por qué es mi protegido? Simple, debido a su reconocimiento y dinero, junto con su experiencia contra los chicos malos se ha ganado una serie de enemigos que han venido incrementando la calidad de atentados contra el italiano; primero alguna de sus obras en uno de sus apartamentos, ahora el intento de secuestro de su asistente personal.
— ¿Le ofrezco algo señorita?
El barman inquiere y rápidamente le muestro la limonada asegurando que estoy servida, Bruno se gira quedando justo a mi costado a tres personas de distancia y me bajo las gafas de sol mientras dejo que el cabello me tape parte del rostro. Bruno no tiene idea sobre el operativo que se lleva a cabo, de hecho, le insistió a las autoridades que nadie interfiriera, pero su madre insistió en lo contrario y e hizo un acuerdo secreto con las fuerzas especiales por lo que aquí estoy.
Miro el reloj en mi muñeca y chasqueo mi lengua terminando mi limonada cuando escucho como Bruno le sugiere a la mujer que vayan a su pent-house en el hotel. La mujer sin pensarlo mucho acepta y los veo cómo pasan detrás de mí en dirección a dicha habitación.
Una vez instalada en la habitación contigua y con la laptop en el regazo miro algunas de las cámaras de ubicadas en cada una de las estancias del pent-house, Bruno y la mujer se encuentran en la habitación hablando, pero eso no dura demasiado pues en cuestión de segundos empiezan a besarse y a sacarse la poca ropa que llevan. Debería apagar la laptop y dejarles la privacidad que merecen, pero joder algo no me deja, no es el morbo, es la fascinación de ver a semejante hombre dominar con tanta facilidad a una mujer.
El italiano realmente sabe lo que hace y me hace desear ser la mujer que está ahora debajo de él, observo como la toma desde atrás, realmente siendo él quien lleva el ritmo, es una lástima que la mujer solo se deje hacer y no pelee de regreso...
— Agente Smith.
Doy un salto cerrando la laptop de golpe y tomo mi arma apuntando al agente Rodríguez quien me mira con una ceja enarcada y las manos en señal de derrota.
— Rodríguez, no vuelvas a asustarme de esa manera. Estaba vigilando a Bravo por cámaras. ¿Qué sucede?
Rodríguez me tiende una carpeta mientras se disculpa.
— Bravo planea hacer un viaje hacia Georgia ahí tiene algunas oficinas, planea abrir una agencia en Atlanta por lo que dentro de una semana aproximadamente debemos volver a trasladarnos.
Asiento ojeando la carpeta rápidamente dándome cuenta que debe asistir a un evento social durante esa estadía.
— De acuerdo, Bravo se encuentra en su habitación en estos momentos por lo que estamos seguros que no corre ningún peligro. Necesito que convoques una reunión rápida en quince minutos y asegúrate de que todos mis hombres tengan una copia de esto.
Rodríguez asiente y se aleja dejándome completamente sola dentro de mi habitación, me levanto y cambio mi vestido de baño por ropa más adecuada y luego del tiempo estipulado me alejo no sin antes estar segura de la ubicación de Bravo Delta.
****
— ¿Estás segura?
Hablo con mi mejor amiga por teléfono, he quedado en pasar a visitarla cuando me encuentre en Atlanta, pero al saber de mi estadía prolongada me ofrece una habitación en su apartamento; lo ideal sería que me quedara en un hotel, pero tengo tanto tiempo sin ver a Elizabeth que gana mi lado cursi y acepto su ofrecimiento.
— De acuerdo querida entonces nos veremos en una semana. ¡Estoy tan emocionada! Tengo tanto que contarte.
Elizabeth y yo hablamos otro poco más mientras nos ponemos rápidamente al día de todo, no le digo donde me encuentro ni que hago realmente, al estar llamando desde mi número personal todo podría quedar registrado, pero le aseguro que pronto le contaré todo. Lizzie es la única persona por fuera del trabajo que sabe que soy una agente del equipo especial del gobierno americano, de hecho, es la única familia que realmente tengo y como tal no podía mentirle sobre mi trabajo, lo mejor de todo es que odia que trabaje en esto y más aún cuando ha tenido que sanar algunas de mis heridas, pero a pesar de todo lo respeta y con eso tengo suficiente.
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Apasionado Tormento
Romansa¿Podrá el destino unir dos corazones lastimados? ¿Podrán amarse incluso sabiendo que hay secretos de por medio? ¿ Llegarán Elizabeth y Shelddon a tener el final feliz que tanto merecen? Esta no solo será una historia de romance más, esta jur...