Ha pasado una semana y no sé nada de Elizabeth, mi hijo me pregunta por ella, mi madre me consuela y mi ama de llaves me mira con ojos acusadores. Ashley me odia más que nunca, no me importa, Bruno me golpeó, no lo sentí, los pocos que conocían mi historia se quedaron solo para ver cómo me ahogo en la desdicha y el alcohol.
No importa lo que haga, no importa a donde vaya, todo me recuerda a ella; a su contagiosa y cantarina risa, a los hoyuelos de sus mejillas, a sus ojos adormilados después de hacer el amor. Oh mierda estoy a punto de perderlo todo. <<Ya lo perdiste todo>> Me grita mi voz interna y enfurecido lanzo un derechazo al saco de boxeo.
― ¡Hey Shelddon! Amigo tanto sin verte.
Steve el propietario del gimnasio al que asisto me saluda con familiaridad, pero paso de él, acomodo mi posición y golpeo nuevamente y con más furia el saco.
― Vaya, ¿Qué tienes en contra de mi saco amigo? ―Inquiere divertido mientras queda a mi lado y sin ganas lo saludo y sonrío como puedo.
― Mal inicio de año es todo ―golpeo mi puño vendado con el suyo a modo de saludo.
― Espero que lo que sea que te tiene con el ceño fruncido se solucione pronto ―asegura dejando brevemente una mano en mi hombro― solo pasaba a saludar, estoy entrenando a unos chicos en el área de pesas. Nos vemos.
Lo veo alejarse trotando, pero pronto regreso a mi deber de volver mierda el saco de boxeo que descansa ahora inmóvil frente a mí, poniéndome los audífonos de regreso en su lugar y concentrándome en la estridente música que se desprende de ellos comienzo a golpear con vehemencia dando ganchos y golpes directos con los labios apretados y el rostro completamente tenso.
No sé cuánto tiempo transcurre, pero cuando la alarma de mi celular suena sé que debo ducharme para ir por Jaydan a la escuela. En los vestidores y vestido solo con la toalla alrededor de mi cintura veo los nudillos magullados e hinchados, flexiono los dedos un par de veces antes de vestirme por completo y salir a pretender una vez más que todo está bien.
― Realmente te vez como la mierda, casi puedo sentirme mal por ti, pero luego recuerdo que eres un hijo de perra y se me pasa.
Lo que me faltaba, Ashley Smith se encuentra frente a mí con ropa casual y un auricular en su oreja derecha.
― ¿Vienes a joderme un poco más?
La rubia suspira y comienza a caminar a mi lado al ver que sigo de largo y no me detengo para la "grata charla".
― Ganas no me hacen falta gorila, pero vengo por algo más. Mi equipo de trabajo no logra dar con Elizabeth desde lo ocurrido.
Me detengo, es imposible que la agente estrella del equipo especial no haya dado con su mejor amiga y con cara de pocos amigos le sujeto el hombro.
― Me he mantenido alejado porque supuse que sería lo mejor, aunque eso me destruyera a cada segundo. Ella no recibe mis llamadas, la operadora dice que ese número está fuera de servicio ―suspiro para evitar descontrolarme― y me dices que tú, la mejor de todas que no puedes dar con ella.
― Omitiré tu sarcasmo porque estoy realmente agotada ―suspira― cambió de número, estoy trabajando para obtenerlo, me mandó un correo antes de salir del radar donde aseguraba que todo estaba en orden. Un correo bastante impersonal de hecho, pero tengo una sospecha que Bruno la está ayudando.
Retomo mi camino evitando demostrar lo mal que estoy y lo preocupado que me ha dejado esa revelación y tomando mi celular llamo a Marta para que recoja a mi hijo. Necesito saber que donde sea que esté está bien y que ha desaparecido porque no quiere nada conmigo, a pesar de todo eso me llenaría de calma.
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Apasionado Tormento
Любовные романы¿Podrá el destino unir dos corazones lastimados? ¿Podrán amarse incluso sabiendo que hay secretos de por medio? ¿ Llegarán Elizabeth y Shelddon a tener el final feliz que tanto merecen? Esta no solo será una historia de romance más, esta jur...