Capítulo 41: Dulce tortura

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Envolver regalos para todos fue una tarea fácil teniendo en cuenta que por el momento mi única responsabilidad es ir a terapia y a seguimiento médico, por fortuna a todos les han gustado los detalles que Bruno amablemente me ayudó a escoger y aunque insistieron en que no había sido necesario admiten que les encantó y desde entonces no han dejado de usarlos; Marta con sus hermosos vestidos, Jay con sus juguetes y Shelddon con las corbatas, gemelos y camisa.

Hoy es otro día y ha sido bastante productivo y en compañía de Ashley quien desde que fue removida del caso ha estado un poco más libre y completamente dispuesta a retomar nuestra amistad sin el trabajo de por medio. Me ha acompañado a terapia y luego al médico en donde además me han informado que mi peso ha empezado a buscar su camino a donde solía estar y eso me ha llenado de un éxtasis imposible de explicar con palabras.

A pesar que el día ha sido bastante productivo y que he disfrutado plenamente de mi amiga al momento de llegar a casa para la cena y liberarme de la ropa de salir se siente como gloria y para cuando regresa Shelddon de sus reuniones con el FBI me encuentro comiendo una enorme hamburguesa mientras miro la tv por cable. Al verme sonríe y se acerca saludándome como de costumbre con un beso en la coronilla de mi cabeza, instintivamente subo la comida hacia sus labios ofreciendo un bocado que es bien recibido mientras paso el mío.

— Luces agotado ¿cómo te ha ido?

Inquiero cuando mi boca queda libre mirando como Shelddon sin perder tiempo empieza a deshacerse de algunas capas de ropa.

— Lo estoy, hoy ha sido un día mucho más pesado que los anteriores, pero finalmente puedo decirte que el proceso penal contra Thomas se ha encaminado.

Aquella noticia me hace sonreír y dejar todo de lado para levantarme y abrazar a mi novio, ya es un hecho, finalmente le harán pagar por todo lo que hizo. Shelddon corresponde el abrazo y besa mis labios.

— Si, son buenas noticias, pero lastimosamente no te puedo decir mucho más, dentro de pocos días se hará oficial un comunicado que afectará a la rubia por lo que te pido por favor que intentes pasar más tiempo con ella durante este momento.

Me aparto un poco con el ceño fruncido dudosa por lo que eso pueda significar y me mantengo en su campo de visión para que continúe con su comentario, pero como respuesta solo obtengo un beso en mi frente.

— ¿Debo preocuparme?

Shelddon niega de manera automática.

— No amor, simplemente es algo personal para ella. Toda la operación es mas complicada y se hará pública es solo cuestión de tiempo. ¿Confías en mí?

Asiento de manera enfática porque lo hago. Shelddon parece aliviado al escucharme.

— Bueno, entonces debemos esperar por el comunicado oficial.

No puedo hacer más que esperar si es la única opción que me ofrece, aun así, lo que me ha dicho que es poco y bastante ambiguo es suficiente para cuestionarme por el bienestar emocional de mi amiga. A pesar de lo que ha dicho se nota bastante relajado lo que me hace creer que todo está bajo control.

— ¿Hay más hamburguesas?

El cambio de tema me hace entornar la mirada, pero me hace sonreír y asentir regresando a lo poco que queda en mi plato, corriendo como un niño pequeño desaparece en la cocina solo para regresar a los pocos minutos con dos enormes hamburguesas y un igual de enorme vaso de soda. Lo miro con ojos entrecerrados por lo rápido que fue todo, él se encoje de hombros con aspecto inocente.

— Marta se rehusó a dejarme armar mi comida, no me juzgues.

Niego con la cabeza ligeramente divertida y me alejo para llevar todo lo usado al lavado en donde aso bajo los regaños de Marta, pero es que necesito hacer cosas para sentirme necesitada en una casa tan autosuficiente.

Apasionado TormentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora