shadows

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Sentada frente a la tumba de mi hermano he pasado toda una semana...me siento vacía. De un momento a otro lo perdí, quizás si hubiese reaccionado antes él no estaría muerto y en estos momentos estaríamos de lo más alegres en mi casa disfrutando, viendo una película, comiendo o payaseando como cuando éramos unos niños. Es un dolor muy grande el que tengo dentro. Erick se preocupa mucho por mí, de hecho no me deja sola. Se ha quedado conmigo desde que Paul falleció, me trata con cariño y mucho amor...y se siente bien. Siento que ahora por fin puedo ser libre, que he saldado mi deuda con mi equipo pasado, pero perdí a una de las personas más importantes de mi vida para lograrlo. De mi padre no se ha sabido nada, se esfumó de la faz de la tierra. El mismo día en que maté por fin a Ortega nos fuimos a la base, informando todo lo que pasó. Me entregaron el cadáver de mi hermano al día siguiente para sepultarlo...fue algo difícil ya que le tuvimos que contar a mamá que Paul había fallecido en un accidente automovilístico en Australia que era el lugar donde se suponía que estaba. Según lo que le había contado papá. Ella estaba demacrada y más de que mi padre ni dio señales de vida. Félix ha estado tratando de encontrarlo pero no sabe su paradero y eso me impacienta. Es un loco desquiciado que anda suelto por el mundo. Le puse vigilancia a mi madre en su mansión para no tenerla desprotegida ya que la muy cabezota no se quiso venir a vivir conmigo. Según ella no quiere "causarnos molestias" a Erick y a mí. Ella piensa que Erick es mi alma gemela, que lo que tenemos es algo muy bonito y que no tenemos que arruinarlo porque "estamos destinados a estar juntos" ella es una romántica.

-Cariño, está comenzando a hacer frío. Vayámonos a casa-dice Erick

-No me quiero ir aún-me levanta del brazo y me abraza desde atrás.

-Te enfermarás. Podemos venir mañana. Ahora déjame llevarte a casa-me despido de Paul, le dejo los lirios blancos que tanto le gustaban y me fui junto a Erick. Él manejaba a mi bebé, a mi precioso jaguar. No me dejaba conducir porque según él mi mente andaba en otro lado y creo que tiene razón.

-¿Podríamos ir a ver a mi madre antes de ir a casa?-le miro fijamente a sus ojazos verdes.

-Claro preciosa. Tú solo dime dónde quieres ir y allí iremos.

-Gracias, Erick. Después quiero que me lleves a la compañía, pondré mi retiro de la empresa-él aparta su mirada de la carretera y me mira.

-¿Estás segura de lo que estás haciendo, nena?

-Claro que sí. Te dije que cuando terminara de hacer ése trabajo pondría mi renuncia. Quiero una vida normal -suspiro.

-Bien, si tú te sales también yo.

-¿Estás seguro de eso?

-Claro que sí. Quiero una vida contigo, Elizabeth-me acaricia mi mejilla y me da una de sus lindas sonrisas.

-Gracias por estar conmigo en estos momentos.

-No tienes por qué agradecer cielo. Ahora iremos donde tu madre y después iremos a casa a descansar.

-Me parece bien-le sonrío. Nos demoramos aproximadamente 20 minutos en llegar a la casa de mi madre. Cuando llegamos nos recibió Connie, la fiel ama de llaves de mi madre.

-¡Dios, Elizabeth!-me abraza-tu madre no quiere comer y se la pasa encerrada. Por favor, hazla entrar en razón y tranquilízala-miro a Erick y él me hace una señal de que vaya con ella.

-Yo esperaré aquí cielo, tranquiliza a tu madre. Yo por mientras iré a hablar con los de seguridad-yo asiento y subo las escaleras hasta la habitación de mi madre. Tras la puerta se escuchan sus sollozos y la angustia se apodera nuevamente de mí. Lo de Paul nos ha afectado demasiado a ambas. Con la diferencia es que ella a perdido a su hijo y no tiene ni re puta idea de dónde se metió su esposo. Tengo unas ganas de sacarle la mierda a mi padre por traicionarnos y aparte por hacerla sufrir. Toco la puerta varias veces pero no me hace caso.

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