capítulo 16

271 16 10
                                        

Habíamos acordado con los chicos en levantarnos temprano para comenzar con los entrenamientos en las diferentes áreas. Inteligencia, rapidez y táctica. Hoy no había amanecido con malestares, mis pequeños se estaban comportando muy bien hoy con su mami y se los agradezco demasiado. Me pongo un pantalón y polerón de deporte con unas cómodas zapatillas y me amarro el pelo. No ocupo maquillaje, no lo necesito hoy. Tomo mis cosas y me voy a las sala de control donde me esperan mis nenes.

-Hola, chicos. Muy buenos días-les digo a los tres, ellos me miran sonrientes. Les gusta verme tranquila por las mañanas y no hecha una mierda por el embarazo.

-Buenos días, hermosa-me dice, Esteban. Se acerca a mí y me da un beso en la comisura de la boca y yo frunzo el ceño.

-No lo vuelvas a hacer.-digo algo molesta.

-Y ¿Qué se supone que hice? Solo te he saludado.-me dice burlón el muy jodido.

-Sabes perfectamente lo que has hecho-luego escucho reír a Félix.

-Hombre, si sigues así, Elizabeth te cortará las bolas y te quedarás sin descendencia-se ríe y Damián también.

-Escucha el concejo de este hombre sabio-señala Damián a Félix y me río ante la estupidez de esos dos.

-Bien, creo que será mejor que tomemos desayuno para irnos a entrenar traseros, chicos.

-Opino lo mismo-dice Félix.

-¿Hay que tenerles compasión?-pregunta Damián.

-Ustedes solo enséñenles. La forma en la cual la apliquen no es de mi incumbencia, cada uno tiene métodos distintos de enseñanza-me encojo de hombros.

-y ¿Tú te vas por la forma dura de enseñar?-me dice Esteban.

-Es la forma más fácil y rápida en que te entran las cosas. Aprendes rápido para que no te golpeen más.-el frunce el ceño.

-¿Así aprendiste tú?-se cruza de brazos y algo molesto creo.

-¿Tomemos desayuno?-me giro hacia la cocina. Este tema no lo hablo de hace mucho. Solo Félix sabe todo…él sabe toda mi vida. Hemos estado juntos desde que tengo memoria, desde antes de que nos convirtiéramos en agentes…mucho antes. Esteban me sigue.

-Elizabeth…no has contestado mi pregunta-me giro para darle cara, pero Félix hace su aparición y se pone frente a mí.

-No la fuerces a decirte nada. Cuando se sienta lista te lo contará. No quiero que vuelvas a hostigarla ¿Entiendes?-la cara de frustración de Esteban es palpable. Levanta los brazos en forma de redención y gruñe de la frustración y se va. Félix se gira y me abraza.

-Muchas gracias por lo anterior, grandulón.-le devuelvo el abrazo.

-Para eso estamos, enana. Ahora haznos el desayuno por favor. Lo haría yo, pero sabes que cocino como el culo-se ríe y me suelta.

-Lo sé de antemano. Hasta el arroz se te quema-niego divertida.

-Poner leche y cereales en un cuenco también es cocinar.

-Claro que no.-me parto a carcajadas. En eso entra, Damián.

-¿Cierto, Damián que echar cereales con leche en un cuenco también es cocinar?

-Claro que no, idiota-dice con el ceño fruncido y se sienta.

-¡¿Es que soy el único aquí que no sabe cocinar?!-grita y apoya la frente en la mesa, con Damián nos reímos. Se  está comportando como un niño.

-Yo tampoco sé cocinar.-dice la grave voz de Esteban y yo me giro a preparar el desayuno.

-¡AMÉN, HOMBRE!-chocan los 5 y me río ante la estupidez de Félix.

Ya terminado el cómico desayuno nos subimos los cuatro en uno de los Jeep. Los chicos se pusieron a cantar Single Ladies. Juro que casi me meo de la risa que me provocaron cantando una octava más arriba. El camino se hizo corto, en un abrir y cerrar de ojos ya nos encontrábamos en la casa en donde estaba el equipo de Erick. Bajamos las cosas que creíamos necesarias y nos adentramos en la casa. Dos de los agentes nos recibieron. Me indicaron el camino a la habitación de Erick, ya que él aún no se había levantado. Feliz me voy a su habitación, pero cuando abro la puerta y veo algo que no tendría que ver me descontrolo. En mí en estos momentos sólo predomina la rabia y las ganas de arrancar cabezas.

-¡¿Quita tus manos de encima de mi novio, puta!-voy lo más rápido que puedo donde está la puta y la tomo del pelo y la tiro al piso. Me siento sobre ella y la comienzo a golpear. Me importa una mierda si la mato a golpes. Le advertí que no se metiera con lo que es mío y la muy jodida no me ha hecho caso. Ahora aténgase a las consecuencias al cabrear gravemente a, Elizabeth Seildel. No sé quién me quita sobre ella y me agarra de los brazos hacia atrás. Erick, ayuda a la muy zorra a pararse y le da un rápido vistazo.

-Cálmate, hermosa. Le harás daño a los niños.-me susurra, Esteban en el oído.

-Mataré a esa pedazo de zorra, Esteban. ¡Será mejor que me sueltes! Te dije que no te metieras con él y tú maldita estúpida lo hiciste.

-Me he metido muchas veces con él linda-me guiña altaneramente el puto ojo-y vaya que he disfrutado aquello. ¿Cierto amor?-le acaricia la barbilla a Erick y éste cierra fuertemente los ojos y maldice.

-¿T-Tú te metiste con esta zorra?

-¡Deja de llamarme zorra, estúpida!

-¡Cállate, Paula!-Grita, Erick.

-¡Respóndeme!-le grito.

-Yo no hice eso…

-¿Ahora lo niegas?-dice la muy…ofendida-no sé en qué momento, pero, Esteban ahora le está dando una merecida paliza a, Erick y yo no lo detengo. Se lo merece. En eso llegan los de su equipo y mis chicos. Damián y Félix tratan de controlar la situación, pero Esteban está descontrolado. Está cegado por la furia.

-¡Elizabeth, has que pare! Lo va a matar-grita Damián. Trato de moverme pero a mi cuerpo le cuesta reaccionar. Paula no para de gritar y ahí es cuando me espabilo. Muevo despacio mis piernas en dirección a la pelea y toco despacio el hombro de Esteban.

-Ya déjalo. No vale la pena…-Esteban, al oírme deja de golpearlo. Se para y lo mira con desprecio.

-No te volverás a acercar a ella, Erick. Los perdiste.-El aludido se para y hace el intento de acercarse a mí, pero Félix y Damián se lo impiden.

-Lo siento, colega. Pero esta vez si que la has cagado. No te queremos cerca de ellos, déjala en paz.-dice Damián.

-¡ELLA ES MÍ MUJER Y TIENE A MIS HIJOS EN SU VIENTRE!-me apunta.

-Esteban…me iré de aquí.-Este se gira y toma mi mano.

-Puedes hacer lo que quieras a partir de ahora, Erick. Oficialmente hoy dejo de ser tu novia. No te quiero cerca ni de mí ni de mis hijos. No eres digno de nosotros.-digo por último y salimos de aquel infierno. Me pongo a llorar apenas salimos de la casa.

-y yo que quería patear traseros de aprendices...-dice Damián.

-Cállate, idiota-niega con la cabeza Félix.

¿Por qué tengo que enamorarme de los hombres más estúpidos? ¿Será este mi karma?

Esteban me acaricia la espalda dándome algo de consuelo. El transcurso a la base fue en un silencio sepulcral. Me quedé dormida como a mitad de camino y cuando despierto me encuentro en los brazos de Esteban que me lleva a mi habitación. Cuando me deja acostada en la cama, comienza a sacarme las zapatillas y me suelta el pelo. Me cubre con las sábanas y me da un beso en la frente.

-Descansa, pequeña.-se gira para irse, pero se lo impido tomándolo del brazo.

-Por favor…Quédate. No me dejes sola, hoy no-me mira con los ojos brillosos y me da una pequeña sonrisa. Y se acuesta a mi lado, me acurruco en su pecho y él acaricia mi espalda a lo largo.

-Nunca te dejaré. Me quedaré contigo toda la vida-besa mi cabeza y suspiro.

-Toda la vida…no me hagas promesas que no vas a cumplir-bostezo y me quedo dormida.

-Lo que yo prometo, nena, sí lo cumplo.

shadowsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora