capítulo 17

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-¡¿EN QUÉ DEMONIOS ESTABAS PENSANDO AL DECIRLE ESO A ELIZABETH?!

-Y-Yo lo s-siento mucho, Esteban. No me controlé con lo que dije, no pensé en las cosas-dice Paula, hecha en un mar de lágrimas.

-El daño ya está hecho. Elizabeth no me quiere ver, y además no quiere que vea a mis bebés. Eres una idiota, Paula.-camino de un lado a otro.-necesitamos la ayuda de Elizabeth para esta misión. Ahora estaríamos todos entrenando de no ser por ti.

-Haber, guapo. No me eches toda la culpa a mí. Esto fue de dos, no de uno. Así que no me dejes como la puta acosadora que te perseguía para echar un buen polvo.

-¡Pero si era eso lo que hacías!

-¡Tú eres el que se me insinuaba!

-¡¿Pero de qué mierda estás hablando?!-ya no puedo seguir con esta maldita conversación. Tengo que ir a recuperar a mí familia. Salgo de mi habitación y voy a la sala de mandos donde está Enrique.

-Enrique, quedas a cargo. Tengo que ir a arreglar las cosas con Elizabeth.

-Claro, jefe...espero que todo salga bien-tengo mis dudas sobre eso...

-Sí...muchas gracias.

Tomo las llaves del auto y me meto en él. Prendo el GPS y busco la posición de Elizabeth. Está bastante lejos de aquí. Me voy a toda velocidad saltándome las luces rojas, y todas las señales del tránsito que pueden existir. Llámenme irresponsable, pero tengo que llegar rápido donde mi chica. Cuando miró el móvil me doy cuenta que la flechita de Elizabeth estaba en movimiento, va directo al aeropuerto. ¡Demonios! Llegué a una calle donde había un taco infernal. Y Elizabeth ya había llegado al aeropuerto. No la alcanzaría al paso que iba, así que como estaba desesperado me subí en la vereda y comencé a conducir por ahí hasta dejar atrás el taco. Ya cuando había llegado al aeropuerto, aparqué en el lado de los militares y corrí en su búsqueda. Cuando por fin la encuentro ella se estaba subiendo al helicóptero.

-¡ELIZABETH!-grito con todas las fuerzas. Ella se queda tiesa y se gira, al verme su cara demuestra tristeza, sus ojos están hinchados...¿Qué mierda le he hecho? Esteban, que estaba detrás de ella me mira fijamente. Cuando Elizabeth se acerca a mí un poco él la toma del brazo y le dice algo en el oído. Ella cierra sus hermosos ojos con fuerza y asiente. Me mira por última vez y se sube al helicóptero. El imbécil de Esteban le dice algo a Damián y él al verme niega con la cabeza y se sube junto a ella. Félix se acerca junto a Esteban.

-Te dije que no volvieras a buscarla, Erick-me gruñe el cabrón.

-Sabes perfectamente que no la dejaré ir junto a ti. Siempre me diste mala espina, Esteban. Siempre la deseaste-me acerco un poco más a él.

-Erick, si sabes lo que te conviene te largarás de aquí. Ya demasiado daño le has hecho. Yo te dije desde un principio de que estabas cometiendo un error y tú no hiciste caso. Asume las consecuencias de tus putas decisiones, ahora vas a dejar en paz a Elizabeth porque no será, Esteban el que te patee el culo, seré yo por hacerla sufrir. No se merece los malos ratos que le estás haciendo pasar. Más ahora que está embarazada.

-No me alejarás de ellos, Félix. Ni tú ni este imbécil-miro con desprecio a Esteban-son mí familia.

-Haré como si no escuché eso. Estás advertido, Erick-me señala con el dedo, Félix y se marchan en dirección al helicóptero.

Se acabó...ya la perdí. Mataré a ése hijo de puta por quitarme lo que me pertenece.

Me voy en dirección a mi auto sin mi chica. Tengo que centrarme por ahora en la misión, no puedo seguir distrayendo con estás cosas. Ya arreglaré la situación con Elizabeth cuando vuelva a Francia...si es que salgo vivo de esto. Me voy lo más lento posible a la casa, sintiéndome derrotado, como un completo idiota. Y lo soy, soy un completo imbécil. He dejado ir lo mejor que me ha pasado en la vida. Cuando llego, Enrique me pone al tanto de todo lo que ha pasado en mi corta ausencia. Al parecer la banda le ha llegado un nuevo pedido de drogas. Sigo preguntándome cómo rayos hacen para que ninguna autoridad se entere de los lavados y del tráfico de las drogas. Tienen que tener a alguien de la policía y policía de investigaciones que les está ayudando.

-¿Dónde están los demás?-pregunto, ya que no he visto a ninguno desde que llegué.

-Bueno...todos se fueron a entrenar. Como saben que la teniente ya no nos ayudará creen que tendrán que aprender con lo que vieron y las tácticas que ella utilizó al entrar aquí. Yo aún estoy tratando de saber cómo fue que desactivó todo. Esa mujer es increíble-yo frunzo el ceño y lo miro mal.

-Lo siento...me refería a sus habilidades. Y bueno como mujer también es increíble-se encoje de hombros y se gana un puñetazo de mi parte. ¡Por Dios! Estaba hablando de mi chica, al menos...de la que era mi chica. Suelto un suspiro.

-No era necesario el golpe jefe-se queja, Enrique-gruño y me voy al piso de arriba donde están entrenando. Lo que veo me sorprende. Todos batallan contra todos.

-¡Eh! Basta.-todos paran al escucharme-¿Qué demonios hacen?

-La teniente pudo contra todos nosotros ella sola. Tenemos que hacer lo mismo que ella.

-No sacarán nada si entrenan a lo loco. Para hacer lo que ella hizo primero tienen que entrenar sus sentidos. Así que eso haremos hoy-me dirijo a uno de los armarios y saco 4 vendas negras-Llamen a Enrique, él también tiene que entrenar- le paso a cada uno una venda.

-Bien, necesito un voluntario-Andrés se para y se pone a mi lado, los otros chicos se sientan-ponte la venda-este lo hace-bien primero pondremos en entrenamiento el oído-comienzo a rodearlo y él se gira en la dirección contraria tratando de saber en dónde estoy. Le golpeo en la espalda con el palo y éste gime de dolor-concéntrate, Andrés. Escucha mis pasos...escucha como hago girar la vara, siente mi presencia. Usa tus sentidos, fíate de ellos, céntrate en ellos y en nada más. Despeja tu mente-Andrés se mantiene erguido, inhala y exhala varias veces relajando su cuerpo y despejando su mente como le he dicho. Comienzo a girar a su alrededor nuevamente y lo ataco en el costado derecho, pero este anuló el golpe y sonrío orgulloso. Seguí atacando por diferentes lados y posiciones y él esquivaba y anulaba todo. Ya terminado con él, cada uno comenzó a ejercitar en pareja esto. Bajé las escaleras y salí a la calle. Elizabeth ya debería de estar en Francia...han pasado dos horas y media, así que quizás ya está en casa. ¿Le llamo? ¿Me contestará si lo hago, o será Esteban el que lo haga? Aggggh el solo hecho de pensar que en estos momentos ellos pueden estar juntos me enferma. Fui un hijo de puta al engañarla, ¡Pero Dios! Entiéndeme y ayúdame por favor. La quiero de vuelta en mi jodida vida. Camino de un lado a otro con el celular en la mano decidiéndome en si llamarla o no. Decido finalmente en llamarla. Suena el pitido una, dos, tres, cuatro veces hasta que me manda al buzón de voz. Intento nuevamente y el resultado es el mismo. Hago el mismo proceso unas 45 veces hasta que suena apagado. Llamo a Damián y es la misma historia ¡Maldición! Intento con Félix.

-¿Diga?-creo que lo he despertado...

-Félix, soy Erick...

-¿Qué quieres hombre? Sé rápido, me has despertado.

-¿Elizabeth, está bien?

-Claro que no lo está imbécil. Le has roto el corazón, se ha ido llorando todo el maldito camino. No hallábamos la forma de calmarla, fue horrible.

-Crees que pueda...

-No, Erick. Sea lo que sea, déjala en paz. Ella se merece ser feliz y contigo no lo será.

-Éramos bastantes felices hasta que se enteró del trabajo.

-Era feliz porque la mantenías en la ignorancia. Sabes perfectamente que eso no le gusta. Ahora vete con la mujer con la que estabas y sé feliz como agente. Si de verdad la amas déjala ir-y el muy jodido me corta ¿Qué la deje ir? Es imbécil o se hace ¡¿Cómo va a querer de que la deje ir y esa mujer es mi vida?!

Esto es increíble, mi vida se fue a la mierda en menos de 24 horas.

shadowsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora