Narra Marcos.
FlashBack.
Estaba sentado frente al televisor junto con todos los chicos y chicas del orfanato, estábamos viendo mi película favorita, ¿Por que? Por que es la película que hizo mi director de cine favorito.
Yo era el que estaba más adelante de todos, la película ya había acabado mostrando los créditos a los actores.
- ¡Bien niños, vallan a bañarse y luego a la cama! - todos se reunieron frente a la madre Verenis entre pequeñas risas y empujones, yo solo la miraba desde mi puesto - mañana vendrá un pareja a adoptar a alguno de ustedes - acariciaba las mejillas o el cabello de uno que otro niño - así que tienen que comportarse -.
Han pasado 5 años desde que estoy aquí y hasta ahora nadie me a adoptado.
Agache la cabeza, todos siempre buscan a niños pequeños, niños como los de mi edad, 9 años, no son queridos tanto.
Al día siguiente todos estábamos en la gran sala jugando con los juguetes, yo estaba frente al televisor viendo de nuevo una de las películas de mi director de cine favorito.
Una pareja veía a los niños, ninguno de los dos me presto atención, ya estaba acostumbrado de todos modos.
La pareja adopto a un niño de 2 años, las semanas pasaron y parejas venían a adoptar pero ninguna me prestaba su atención, ni siquiera se molestaban en voltear a verme.
Hoy era uno de esos tantos días, yo ni me moleste en ver quien era, daba igual, de todos modos nadie me adoptaría.
Pensar en eso hizo que lagrimas empezaran a salir de mis ojos, apreté mis manos volviéndolos puños. Nadie me quiere.
- Veo que te gustan mis películas - escuche decir detrás de mi, me quede estático.
Mire hacia atrás lentamente encontrándome con un señor, a su lado tenia tomada la mano de un niño, nunca lo había visto por aquí así que supongo que debe de acompañarlo.
- ¿E-Eh? - él tipo se agacho y me sonrió.
- Dime... ¿Como te llamas? -.
- M-Marcos... - el niño se agacho como el padre y me miro con una sonrisa.
- Hola, Marcos - me saludo el más pequeño, ambos tenían el pelo negro, los ojos del mayor eran color Negro y los del niño una mescla oscura del negro y azul.
- Ho-Hola - dije mientras secaba mis lagrimas.
- Papi ¿Nos lo podemos llevar? - pregunto el niño a lo que su padre soltó una risa.
- Claro - el hombre volteo a verme y se paro, me ofreció su mano para que me para, yo la mire unos segundos desconfiando pero luego la tome.
Íbamos camino donde la madre Verenis que nos miraba sorprendida y feliz a la vez. Sentí que el niño me agarraba de la otra mano y entrelazaba nuestros dedos.
Lo mire sonrojado y el me sonrió.
- Me llamo Dylan - yo solo mire el suelo algo sonrojado.
Después de unas 3 semanas mi nuevo padre y hermano mayor vinieron por mi al orfanato.
Íbamos en su auto a nuestra nueva casa. El señor... mi padre iba con nosotros en los asientos de atrás mientras nuestro chofer iba conduciendo.
Dylan me hablaba animadamente de como era nuestra casa de dos pisos y 4 habitaciones, que tenía 3 patios.
Cuando llegamos a casa corríamos por todos lados, Dylan me mostraba cada lugar, mi padre estaba al teléfono.
