- Mike... - el nombrado dejo de mirarse al espejo para darse vuelta y prestar atención a su rubio pequeño que se encontraba en su cama - tengo frio - dijo Samy cubriéndose completamente por las mantas.
El mayor soltó una risita y camino hasta su pequeño para echarse a su lado, sintió como el cuerpito contrario se removía entre las mantas para abrazarlo, quería mucho a ese pequeño, pues era el único que lo aguantaba con su mal humor heredado de su mala madre. Ambos se abrazaron y se durmieron hasta la tarde, ¿Y por que no? Hacia frio, no había clases y ¿Quien no amaba dormir? Y más con la persona que más quieres que te esta dando su calor.
El de ojos azul mesclados con negro se despertó una hora después al escuchar la puerta de abajo siendo abierta y cerrada, soltó un suspiro, no quería levantarse, sabia a que había venido esa persona, simplemente le daba pereza levantar. De repente un cabecita de cabellos rubios salió debajo de las mantas para mirar a su pareja.
- ¿Quien es? -.
- Marcos... - dijo con pereza para luego levantarse y vestirse, ya que solo estaba en bóxer.
- ¿Enserio? - el pequeño se levanto saltando mientras se cubría con las mantas para ir al baño.
- Si, pero tu te quedas aquí - Mike volteo y miro a un Samy que hacia un puchero con sus mejillas - No vas a bajar así -.
- ¡Obvio que no! Me voy a cambiar - y sin más se abrió la puerta de repente mostrando a Dylan, Mike lo miro extraño, no lo esperaba.
- ¿Dylan? ¿Que haces aquí? - pregunto mientras se levantaba y se ponía una remera.
- ¡Lo sabia! - grito Dylan con una sonrisa para luego voltear hacia el más pequeño del cuarto - Hola Samy -.
- Hola Dy - dijo Samy de lo más natural para luego ir al baño
- No entiendo - rebelo el pelinegro mirando a su hermano mayor.
- ¡Lo olvidaste! Se supone que hoy íbamos a ir con la familia a almorzar - Dylan soltó un suspiro - ¿Por que siempre se te olvida? -.
- No se ¿Por que siempre tenemos que almorzar todos juntos cuando hace mucho frio? - la voz sarcástica de Mike hizo comprender a Dylan que no quería ir.
- Oh, vamos, no es tan malo - dijo sentándose en el borde de la cama - se que quieres quedarte aquí con Samy pero no siempre almuerza toda la familia junta -.
- ... No quiero ver a mamá... esa... bruja arpía... - un suspiro salió del pelinegro.
- Mike... - la voz de Samy desde la puerta del baño llamo la atención de ambos chicos - ... se que tu mamá es mala pero no tienes que decir eso... -.
- Samy - la voz seria de Mike interrumpió al rubio - ... no quiero hablar con ella, ni verla... además prometí que hoy seria nuestro día -.
- ¡Mike! - el pequeño se le acerco con el ceño fruncido - no canceles esto por mi, ve con tu familia -.
- ¡No lo haré, Samy! - la voz de la pareja iba aumentando.
- Por favor, de todos modos tenia que ir hoy con Noah... - el pequeño trato de calmarse bajando el tono de voz.
- ¡¿Así que prefieres estar con Noah que conmigo?! -pero Mike seguía con su tono alto - ¡Si no soy yo, es él! -.
- ¡Bien! ¡Entonces iré con Luis y ya! -.
- ¡Así que también tienes una tercera opción! ¡¿Tu que haces con Luis?! ¡¿Juegan el lo oscuro?! -.
- Mike, cálmate, te estas molestando en vano - por fin hablo Dylan pero su hermano menor lo ignoro.
