Narra Luis.
- Luis... - escuche detrás de mi, volteé y vi a Noah, me sonreía de manera tierna. Todo a nuestro al rededor estaba oscuro,
- Noah... - empecé a sollozar - tengo miedo... Noah... - detrás de él apareció Will, Cameron y Jack.
Desperté.
Escuchaba el agua de la ducha caer, Max se estaba bañando.
Estaba echado en la cama de lado derecho, miraba un puto en la pared, mis lagrimas habían mojado la almohada, tenía mis manos amarradas y sujetas a la cama.
Me dolía absolutamente todo, mi garganta de tanto gritar, mi espalda de tanto ser golpeada y arañada, mis brazos que casi no los sentía de tanta fuerza que impuse para zafarme de las cuerdas junto con mis muñecas, mis piernas... mis caderas.
Empecé a sollozar de nuevo al recordar lo que sucedió anoche, todas esa brusquedad que utilizo contra mi, todas esas palabras.
Todos los arañazos hechos en mi cuerpo ardían demasiado, los moratones dolían como nunca. Trataba de moverme pero siempre sentía un puntazo en el cuerpo cuando lo hacía, prácticamente no podía moverme sin sentir dolor, aún que este más quieto que un cuervo.
Escuche el agua apagarse, cerré los ojos y me hice al dormido. Inconscientemente empecé a temblar, tenia tanto miedo.
- ... - solo podía oír sus pasos por la habitación, mientras más cercanos a mi, más temblaba yo. Abrí lentamente los ojos y me encontré con Max parado frente a mi.
Una sonrisa apareció en su rostro.
- Tan solo mírate... hice una obra de arte con tu cuerpo... - dijo mirando todo mi cuerpo con sus marcas.
Quería irme de ese lugar, quería volver a casa y encerrarme en mi habitación abrazando mi almohada escuchando a Noah consolándome.
Vi a Max levantarse e irse, el cansancio me gano y me quede dormido. Soñar era el único escape temporal que tenia, aún que no sea real, quisiera permanecer así por siempre, en un sueño, pero eso solo se puede lograr con la muerte. Aún que ahora, ya no me importa morir si con eso escapo de Max.
*********
Narra Max.
Estaba sobre el sillón comiendo mientras esperaba a que Luis se dignara a bajar, siempre anda quejándose de que lo dejo paralitico, es un exagerado.
Ya a pasado una semana desde que lo tengo a mi lado y nadie, pero nadie, lo alejara de mi por ningún motivo. No de nuevo.
- ¡Luis! - lo llame para luego tomar un sorbo de mi delicioso café, echo por él.
Es cuche sus pasos temblorosos y con algo de miedo, por alguna razón eso me gustaba, aun que trataba de que no fuera así.
- ¿Que-e p-pa-s-a? - me molestaba que hablara así, casi no se le entendía. Lo mire unos segundos y él agacho la cabeza - P... Perdó-ón -.
- Habla bien... - volví a ver la televisión - ve a mi cuarto y tráeme mi celular - tome otro sorbo de mi bebida mientras veía lo que la tele me mostraba, mire a Luis que estaba ahí parado como si hubiera escuchado un milagro - ¿No me escuchaste? -.
Cuando se dio cuenta de que lo estaba mirando y que no se había movido, se dio la vuelta y fue a paso rápido hacia la habitación.
Después de unos 5 minutos de que no bajase me percate de que ese estúpido no encontraba mi celular, solté un suspiro y me levante, él sabia que con cada pequeña cosa que me moleste recibe un castigo en particular, era lo que me gustaba y a la vez no.
Me levante del sillón y apague el televisor, subí por las escaleras y me dirigí a mi habitación que tenia la puerta abierta, entre en silencio y vi a Luis llamando a alguien.
- ¿Que haces? - lo mire serio y enojado.
- M-Max... - se le callo el celular de la mano y empezó a sollozar mientras temblaba - y-yo... apenas si lo encontré -.
- ... Claro... - levante el celular y vi que marcaba "911", estaba llamando y colgué antes de que atendieran.
Mire a Luis que empezó a temblar, yo me acerque a lo que él retrocedió, hasta que choco con la pared y se cubrió el rostro. Pose mi mano a un lado de la cabeza de Luis, en la pared, lo mire completamente serio.
- ... Perd-dón... j-juro q-que n-no lo volveré a hacer... - su voz era un tono bajo, lleno de miedo.
- ... Más te va... - fui interrumpido por el sonido del timbre de mi casa, Luis se destapo la cara rápidamente, fruncí el ceño.
- Max, yo no fui, te lo juro, no alcance ni a llamar de veras, por favor - hablaba tan rápido y con sus lagrimas empezando a recorrer sus mejillas, lo mire a los ojos y al parecer decía la verdad. Golpe la pared con mi mano y se callo, me miraba con miedo y lagrimas en los ojos - Max... -.
Lo agarre del cabello e hice que hiciera la cabeza para atrás y dejara al descubierto su cuello, su llanto aumentaba.
- M-Max... -.
- Cállate - trato de calmar su llanto, lo agarre de las caderas y lo apegue a mi, chupe su cuello dejando una pequeña parte morada - lávate la cara y baja -.
Salí de la habitación y baje a abrir la puerta, que ya estaba siendo tocada por tercera vez al no atender.
Abrí la puerta encontrándome con las personas que más odio en esta vida, personas completamente injustas que merecen la muerte en primer lugar.
Policías.
Narra Luis.
Max apenas salió del cuarto corrí al baño a lavarme la cara de manera rápida y luego secarme con una toalla, vi lo que me hizo en el cuello, un chupón.
¿Para que? No lo se.
Salí de la habitación y vi a Max abrir la puerta, sentí que estaba cerca de pronto ser libre al ver esas dos personas en la puerta, sonreí inconsciente mente.
Vi al policía nombrar algunas palabras que lo alcance a escuchar y baje las escaleras
- Si, soy yo, ¿Que se le ofrece? - permanecía serio, lo cual me preocupaba, había engañado con varios policías antes y creo que este va a la cuenta.
- Tendrá que venir con nosotros por la desaparición de Luis Rojas de hace una semana - escuche al oficial serio.
- ¿Enserio? - escuche unos pasos y vi como Max fruncía el ceño - ¿Que creé que hace? -.
- Vamos a entrar a ver la casa -.
- Disculpe oficial, pero ¿No tendrían que tener una orden para eso? - hubo un pequeño silencio - eso pensé -.
- ¡Escuche no tenemos tiempo para eso, salga de la casa y ponga las manos atrás! - dijo otra voz, de seguro el acompañante del oficial.
- Pues váyanse y vuelvan cuando tengan una orden para revisar mi casa - Max casi cierra la puerta si no fuera por que el policía metió la mano y lo impidió.
- Usted vendrá c... - el oficial se callo al verme.
Sin previo aviso su acompañante se alejo y el policía que hablaba saco su arma y apunto a Max.
- ¡Manos arriba! -.
- ¿Que cojones creé que hace? - me pare al lado de Max y me vio de reojo, yo lo mire y luego desvié la mirada hacia los policías que murmuraban.
- ¿Usted es Luis Rojas? -.
- ...y-yo... -.