Tres días después
Mis dedos se deslizaban sobre las suaves teclas del piano mientras por mis oídos penetraban la armoniosa melodía que estaba creando. Sin darme cuenta comencé a tocar una muy triste canción, cada nota parecía clavarse en mi pecho como un cuchillo y una parte de mi pensó en que nunca jamás esa sensación se iría.
Esto es lo que en mis novelas favoritas describían como "corazón roto" pensé sonriendo un poco cuando el recuerdo de unos hermosos ojos azules apareció en mi mente. Apreté los dientes y solté un gruñido haciendo sonar el piano de una manera muy brusca.
—Vaya sorpresa,hace varios años que no tocabas ese piano— habló de repente una voz a mis espaldas logrando asustarme un poco.
Me giré hacia mis espaldas y ví a mi padre parado en el marco de la puerta. Le dedique lo que crei yo fue una sonrisa y el me la devolvió antes de acercarse a mi.
—Mi pequeña— susurró tomándome del mentón y después plantó un beso en mi frente— ¿que es lo que está perturbandote?
Tragué en seco ante lo directo que había sido y sintiendome vulnerable me levanté del asiento en el que estaba ignorando por completo su pregunta.
—Sabes Davina faltar a tu palabra no te hace una cobarde, más bien te vuelve valiente. Dadas las circunstancias claro está, Yo sé que tú aceptaste la propuesta del comodoro bajo la presión de salvar al joven Turner pero aunque tú te aferres al comodoro no quiero que arruines tu vida por esa decisión tan apresurada.
Lentamente volví mi mirada a papá aún callada.
—No estoy arruinando mi vida papá— dije no tan segura, y es que ¿En verdad la estaba arruinando? La sonrisa de James apareció de repente en mi cabeza logrando hacerme sentir extraña, en un acto de reflejo sacudí mi cabeza queriendo alejar esos pensamientos.
Papá me miró entristecido y poco convencido pero sin más pareció ceder en el tema. Algo en su actitud me recordó a elizabeth, ya que ella varias veces había tenido la misma expresión acerca del tema.
—El comodoro está abajo. Te busca— dijo sin más antes de abandonar mi pequeño salón, no sin antes colocar un mechón de cabello tras mi oreja.
Un ligero temblor recorrió mis piernas y mi corazón comenzó a latir más rápido.
James.
Algo pareció tomar control de mis piernas y comencé a caminar a paso rápido hacia el recibidor no sabiendo por que lo estaba haciendo. Baje a un paso más moderado las escaleras tratando de tranquilizarme, al llegar al último escalón pareció que todo el aire de mis pulmones fue aspirado y mi corazón latío más desenfrenado.
James se encontraba a mitad del recibidor mirando atento una pintura que papá había traído de Londres.
—¿Es preciosa no es verdad?— lo llame temblando un poco.
Los ojos de James rápidamente chocaron con los míos al escucharme, el me sonrió al verme alli y yo le sonrei de vuelta.
No lo quise admitir pero estaba feliz de verlo.
—Muy preciosa— dijo mirándome intensamente y con un tono más suave acercándose a mi, en ese momento algo en la forma que lo dijo me hizo pensar que no se refería a la pintura.
Mis mejillas sé tiñieron de rosa al verme avergonzada.
No sabiendo que más decirle fui directo al grano.
—¿Que te trae por aquí?— le pregunté curiosa.
El semblante de James se oscureció por unos segundos antes de suavizarse. Aquel acto me confundió.
— Hace unas horas uno de mis soldados me comentó algo que ocurrió el día que te salvamos a ti y a elizabeth de aquella isla— dijo sin rodeos.
Me tense completamente al escucharlo y cierto nerviosismo comenzó a inundarme al pensar en lo que ahora el sabía, pero por la sorpresa no pude hablar.
—Ese soldado mencionó haber visto a mi futura esposa correr a los brazos del soldado O'connell y no esta del todo seguro pero cree haber visto que ambos se besaron.
Miré a James perpleja sin decir aún nada debido a la pena que sentía de haber sido descubierta. Los ojos azules de James me miraban tranquilos pero pude detectar cierto dolor en ellos y aquella mirada logró hacerme sentir mal.
—¿Es cierto?— hizo la pregunta que temia.
Tragué en seco y solo asentí.
James soltó un suspiro y comenzó a caminar de un lado a otro.
—Lo siento— atiné a decir sintiendome cierto mal sabor de boca. ¿Por qué lo sentía?
—Davina— susurro mi nombre parándose en seco pero no me miró— ¿En verdad deseas casarte conmigo?
Miré a James y tratando de juntar nuestras miradas pero no lo logré, por lo que caminé a el.
— no lo sé— dije sincera pero una parte de mi pareció no parecerle lo que decía porque me sentí mal— eres un exelente hombre y sería más que afortunada en ser tu esposa pero ya sabes por que acepte. Tal vez fue un poco precipitado de parte de ambos.
—¿Qué sientes por O'connell?—me preguntó serio tomando mi mano.
Su toque me erizó la piel.
—no lo sé— dije sin pensarlo y sintiendo un millón de cosas en mi cabeza mirando nuestras manos ahora unidas.
—¿y que sientes por mí?— dijo tomándome del mentón para que lo mirara a los ojos.
Solté un suspiro al chocar miradas.
—No lo sé— dije perdida en sus ojos y no fui conciente que ahora aferraba más fuerte su mano.
—No te pido que me ames de la noche a la mañana Davina— dijo acariciando ahora mi mejilla— solo te pido que me des una oportunidad.
Sonreí cual estúpida al escucharlo.
—¿Una oportunidad?— dije sintiendo mi cabeza hecha un lio pero en ese momento estar con el se sentía correcto. ¿O acaso no lo era?
—Si — dijo acercándose un poco a mi.
Su cercanía era tal que podía oler su colonia tan embriagante.
Asentí temblosora e indecisa.
Y sin más James estrelló sus labios con los míos haciendo que miles de mariposas revolotearan libres en mi vientre, mi mente quedó en blanco y no pude hacer más que besarlo de vuelta aferrandome a su cuello. Las manos de James me sujetaban de la cintura y yo solo pensaba en lo bien que se sentía.
En ese momento no pensé en nada mas.
Solo me enfoqué en James Norrington y en que le había concedido una oportunidad de enamorarme, y para ser sincera puede que no fuera tan malo.
...
Hola bebés ¿Cómo están?
Niñas lo siento por no hacer actualizado pero estaba muy corta de tiempo. Básicamente me la vivo en la escuela 😢
Pero bueno aquí les dejo un capítulo que espero y les guste.
Ya sé que había dicho que solo faltaba el epílogo pero necesitaba de este capítulo para hacer algo 😈
Mañana les subo el epílogo.
Las amo.
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Piratas del Caribe: La Maldicion del Perla Negra
FanficElizabeth y Davina Swann eran muy pequeñas cuando navegaban junto a su padre, el noble gobernador Weatherby Swann rumbo a Port Royal desde Inglaterra. Durante la travesía ambas fueron testigos de encontrar un barco atacado por piratas y a un niño ll...