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-debiste quedarte en el perla Davina, no creo que sea buena idea que estés aquí considerando tu condición- dijo Will mientras remaba de un lado en el bote que estábamos.

Rodeé los ojos cansada.

Desde que vomité sangre había estado muy sobreprotector conmigo y no es que me quejara, Will siempre había sido así conmigo pero esta vez llegaba a ser abrumador. Pasé tres días en cama debido al veneno que me dieron los nativos, Pintel uno de los piratas que eran seguidores de Barbosa y la verdad no sabía como es que estaban aquí me había dado un remedio para sanarme, el cual funcionó, y mientras yo me mejoraba la tripulación navegaba hacia una isla para hablar con una conocida de Jack.

-Estoy bien Will deja de preocuparte ¿quieres?-Le dije dándole un ligero empujón en forma de juego.

Will me sonrió.

-No quiero que nada te pasé, si eso ocurre Elizabeth y Adam me arrancarán la cabeza de seguro.

La mención de dos de las personas más importantes en mi vida me llenó de melancolía y Will notó mi drástico cambio de humor y con una mirada arrepentida se quedó callado. No me había detenido a pensar en ellos tan profundamente desde que deje Port Royal, suspiré al recordar que mi hermana en estos momentos de seguro estaba en una asquerosa celda y Adam estaría vuelto loco por haber fallado a su encargo por mi padre.

Hice un mueca triste.

¿Adam podría estar buscándome? Me pregunté internamente pero me regañe al pensar en aquello, yo ya no le importaba y el me había superado hace meses.

Sacudí mi cabeza alejando aquellos pensamientos y me centre en el ahora, en nuestro propósito para lo que vinimos. Curiosa miré por el frente del bote como el río que seguimos comenzaba a adentrarse a la selva, aquel lugar comenzó a verse más tétrico y poco a poco debido a los inmensos árboles la luz del sol comenzó a perderse.

Miré a mi derecha y ví a Jack el cual miraba sin expresión alguna al frente. ¿Que ocultas está vez jack? Me pregunte recordado lo que Will me había dicho sobre la condición de Jack para entregarle la brújula.

Sabía que algo se traía en manos y dado que sabía lo mal intencionado que podía llegar a ser, comencé a desconfiar.

-¿Por que Jack le teme al mar abierto- preguntó Will rompiendo el silencio que había en nuestro bote una vez que nos adentramos más en la jungla de la isla por el río. Su pregunta me hizo voltear y así quedamos, Gibbs, Will y yo mirándonos.

-bueno si crees en ello- dijo en un susurro Gibbs invitándome a acercarme para escuchar- hay una bestia que obedece a Davy Jones. Una criatura feroz con grandes tentáculos que sin duda sucionaria tu cara- dijo añadiendo emoción y estiró su mano hacia mi en un movimiento rápido que al imaginarme a aquella bestia aquello me tomó por sorpresa y asustada me alejede su mano, terminé en medio de Pintel y Ragetti los cuales miraron a Gibbs igual o más asustados que yo.

-esa bestia es capaz de arrastrar un barco hasta las profundidades del océano- dijo mirándonos a todos.- el Kraken, lo llaman.

Miré a Will asustada y el me miró y colocó su mano en mi rodilla intentando que me calmara.

-Solo imaginen que esa cosa es lo último que tus ojos vean,junto con su estruendoso rugido cargado con el olor de miles de cuerpos pestilentes-dijo y pude ver que Gibbs tembló un poco- Claro si crees en esas cosas.

Miré a Pintel y Ragetti y ambos me miraron entre una mezcla de asombro y miedo en sus rostros. Tragué en seco nervisosa sobre si era cierto lo que acababa de escuchar.

- y la llave lo salvará de eso- solté de repente recordando las palabras que Will me dijo hace dos noches sobre su trato con Jack.

-Esa es la gran pregunta a la cual Jack quiere respuesta- me contestó Gibbs- La cual creo yo es bastante malo para tener que recurrir a... Ella- dijo finalmente mirando al frente del bote.

Después de esas palabras nadie dijo nada más y nos volvimos a hundir en un silencio que no supe los demás pero me puso los vellos de punta. El viaje en el bote se alargo más de lo esperado y para cuando llegamos a lo que parecía el final del río, la poca luz que teníamos había desaparecido debido a que el sol ya había caído y ahora una cabaña que estaba iluminada por dentro fue lo que nos brindó luz. Miré nerviosa la cabaña no dándome buena espina la situación en la que nos habíamos metido.

- No se preocupen, tía Dalma y yo somos amigos, desde hace años es mas. Inseparables.. antes... hace mucho- dijo lo último como si hablara con el mismo y percibí duda en sus palabras, seguido me tendió la mano para ayudarme a salir del barco.

-Yo te cuido la espalda - le dijo Gibbs bajando del bote.

- Es mi frente lo que me preocupa- dijo por último, Jack me miró con cierto nerviosismo en sus ojos, me dió un leve empujó en la cintura incitandome a avanzar cediendome el paso.

Tomé una gran bocada de aire tratando de llenarme de valor y seguido entramos a la casa de la famosa tía Dalma.

...

¡Niñas les dejo un capítulo sorpresa!
¿Que les parece?
Espero les guste.
Voten y comenten.
Las amo.
xoxo

Piratas del Caribe: La Maldicion del Perla NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora