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—Davina por lo que más quieras despierta de una maldita vez— escuché una voz conocida un poco lejos pero no supe distinguir quién era.

Comencé a despertar sintiendo que en cualquier momento mi cabeza explotaria junto con un constante movimiento y como algo me molestaba en mi abdomen, gruñi molesta al darme cuenta que estaba de cabeza y que alguien me llevaba a cuestas en su espalda.

¿Que había pasado? ¿ En qué momento me dormi?

Abrí los ojos y mi vista estaba borrosa y al hacerlo me mareé un poco lo que me obligó a cerrar mis ojos nuevamente.

—Will— lo llame creyendo que era el el que me estaba cargando.

Escuché a Will soltar un grito y después sentí un golpe que logró desestabilizame, seguido de varias vueltas y así termine peor de lo que ya estaba y con un gran peso encima de mi.

—¿Davina ya despertaste?— me volvió a hablar la voz y está vez si la reconocí.

—¿Jack?— contesté adolorida sobandome la cabeza.

— no vuelvas a hacer eso quieres crei que los carnívoros esos te habían envenenado— lo escuché hablar nervioso y con ese toque loco casi ebrio que lo caracterizaba.

Abrí mis ojos acostumbrandome a la luz y quejándome trate de incorporarme pero no pude, después fui consciente y me fijé que el peso que sentía encima era Jack ya que estaba encima de mi.

—Hola preciosa— me saludó con esa mirada un poco ida que no me había dado cuenta que había extrañado.

Fruncí el ceño confundida sintiendo aún como todo me daba vueltas.

Iba a reclamarle pero un ajetreo a lo lejos se escuchó y noté como la cara de Jack cambio.

—Bien Davina creo que ya descansaste bastante así que vamos— dijo nervioso Jack levantándose de encima de mi, seguido tiró de mi y comenzó a jalarme obligándome a caminar.

La cabeza me dolía y me sentía mareada, mi cuerpo sentía que pesaba más que de costumbre y la verdad no entendía como es que estaba corriendo junto a Jack. Podía escuchar el ajetreo de los nativos no muy lejos de nosotros y como estos gritaban y tocaban sus tambores siguiéndonos.

Pese a que no podía ver nada bien aún pude distinguir cuando llegamos a la playa al sentir la salada brisa despeinarme los cabellos.

— Jack ya no puedo mas— le dije cansada, y con ganas de vomitar sintiendo mis piernas entumecidas y como dejaban de correr pese a que las forzara a hacerlo.

—Bueno ya te cargue la mitad del camino no me costará nada hacerlo la otra mitad ¿cierto?— me contestó con su típico sarcasmo y sin dejar de correr soltando un gruñido por el esfuerzo me cargó para colocarme en su hombro nuevamente.

Aquella posición empeoró todo y casi juraba que me volvería a desmayar. Escuché como los nativos comenzaron a hacer más ruido y eleve mi cabeza, no pude evitar gritar aterrada al ver lo cerca que estaban.

— No estás ayudando Davina— me gritó y giró un poco para ver dónde estaban, el al hacer eso me dió una vista un poco borrosa de la playa y del bote que ahora estaba en el agua.

—¡Jack el perla!— exclamé emocionada.

—si ya lo sé— me respondió un poco forzado y supe que ya lo estaba cansando.

Me quedé aterrada mirando a los nativos y como se acercaban que no estuche a quien le gritaba Jack, volviendo a la realidad estuve a punto de decirle a Jack que me bajara pero este en lugar de hacerlo me aventó a los brazos de otra persona.

Grité asustada al ser aventada pero unos brazos me atraparon y así ví que fue Will el que lo hizo, termine siendo cargada estilo nupcial por Will.

—Vamos Turner yo la cargue todo el camino seguro para ti no será nada— dijo Jack y después de eso senti como Will comenzó a correr más rápido conmigo en brazos.

— Me voy a desmayar— dije mirando el perla y como este parecía moverse de lado a lado en mi campo visual.

—Aguanta Dav ya casi llegamos—me aferré al cuello de Will sintiendo que me desmayaria en cualquier momento pero en menos de lo que pensé sentí el agua salpicarme y ví que habíamos alcanzado el perla, Will trepó aún sin soltarme y así pude hechar una mirada rapida a los nativos,  ví que estos se habían quedado en la playa.

Escuché como Jack les gritaba de cosas a los nativos justo cuando Will logró trepar hasta la cima.

—¿Que ocurrió?— Escuché que Gibbs preguntó preocupado al ver mi muy mal estado.

— una cubeta rápido— gritó Will arrodillándose conmigo aún en brazos, al gritar la orden los marineros fueron por una cubeta y al darmela se la arrebaté al que me la tendió y sin más vomité.

Pude sentir a Will sobando mi espalda y como su voz al tranquilizarme sonaba preocupada, comencé a escucharlo lejos junto con toda la tripulación.

Lo último que recuerdo antes de desmayarme fue ver que la cubeta estaba llena de algo rojo brillante.

...
¡Hola bebés!
¿Que les pareció?
Capitulo corto y aburrido pero el que sigue será mejor lo prometo.
¿Les está gustando la novela? Díganme qué opinan en los comentarios.
Las amo

Piratas del Caribe: La Maldicion del Perla NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora