2.8

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Abrí la puerta de la casa sintiendo mis manos sudar y con el corazón martillandome nervioso mi pecho, una serpiente enorme color amarillo fue lo primero que ví y ni siquiera había abierto la puerta entera.

— Bien creo que eso es mi salida— deje salir un chillido aterrada ante lo que ví, quise darme la vuelta pero sentí las manos de Jack en mi cintura evitando que me hiciera para atrás.

—Muy tarde Davina— me susurró y el término de abrir la puerta.

En el centro de la cabaña en una mesa llena de artefactos que no distingui que eran una extraña mujer elevó la mirada y sonrió de una manera muy escalofriante hacia Jack y a mi.

—Jack Sparrow— dijo con una voz ronca mirando sonriente a Jack.

Al ver las expresiones tan raras de aquella mujer supe que las de Jack no eran tan malas después de todo.

—Tia dalma— saludó Jack con una sonrisa igual de rara que la de aquella mujer adentrándose a la casa tirandome con el, ambos dimos unos pasos acercándonos a tía Dalma pero nos detuvimos cuando un frasco que colgada del techo nos lo impidió.

Miré asqueada el frasco que tenía algo de dudosa procedencia adentro.

—Siempre supe que el viento te soplaria de vuelta hacia mi algún dia— habló caminando hacia Jack pero al verme dejo de hacerlo y su miraba cambio por completo.

Miré asustada a la extraña mujer y cuando está se me acercó no dude en alejarme pero su mano me tomó del mentón y me obligó a mirarla.

Los negros ojos de la tía Dalma me miraron llenos de anhelo pero con una mezcla de tristeza, aquella mirada me hizo templar y toda mi piel se erizó. Aquello no me gustaba para nada.

—Te pareces tanto a el— susurro llena de melancolía tan bajo que supe que fue para que yo solo lo escuchara.

Miré confundida a la tía Dalma y traté de decir algo pero de repente sus ojos dejaron de mirarme y se enfocaron en algo detrás de mí. El agarre de la mujer se aflojó y me soltó el mentón, con esa misma mano apunto a quien estaba detrás de mí y caminó a el.

—Tu— dijo y yo me dí la vuelta para ver que era Will al que se refería— tú llevas un toque del destino contigo William Turner.

La mención del nombre de Will por la tía Dalma me dejó helada. ¿Como es que ella sabía su nombre si nunca antes se habían conocido? En ese momento comencé a pensar que tal vez la tia Dalma era una especie de bruja.

—¿Me conoce?— le preguntó sorprendido y confundido Will.

Miré a Jack esperando que me ayudara a entender pero el solo me miró alterado.

— tú quieres conocerme — le susurró tía Dalma acercándose a él pero Jack en un rápido momento se acercó a ellos y se coloco en medio de ambos.

—Aqui nadie conocerá a nadie, vinimos por ayuda y no nos iremos sin ella— dijo mirando a Will y a tía Dalma para después tomar a esta última por los hombros y la alejó de Will.

Will me miró confundido y yo lo miré igual. Ignorando aquel extraño momento caminé con Will pisandome los talones hacia la mesa en la que había visto por primera vez a tía Dalma. Todos los chicos nos sentamos y la miramos.

—¿En que los puedo ayudar? — pronunció acariciando el mentón de Will de forma coqueta, pude ver que Will se tensó ante sus caricias y yo quise reír—para obtener mis servicios solicito de un pago.

Tía Dalma fijo su mirada en mi por un momento y nuevamente aquella mirada llena de tristeza se reflejó en su cara, solo fue un segundo y yo por un momento crei que estaba imaginando cosas.

Piratas del Caribe: La Maldicion del Perla NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora