2.13

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— Beckett quiere el cofre y la llave. A cambio de eso nos liberará a Will y a mí y nos otorgará un puesto en la indian company— me dijo elizabeth en un casi susurro.

—¿para que lo quiere?— le pregunté intrigada— ese hombre que podría ganar teniendo el cofre de un hombre con el corazón roto.

Elizabeth miró por toda la cubierta y después tiro de Adam y de mi hacia un lugar más alejado donde nadie pudiera escuchar.

—Jack y yo hablamos anoche. Me contó que Will fue capturado por Davy Jones. Me dijo que el cofre es la única forma de salvarlo.

Fruncí el ceño.

—Lizzie Will no..

— Shh.. espera eso no es todo. Le conté a Jack sobre mi encuentro con Beckett y el trato que tengo con el, de hecho Jack me quitó los papeles. Ese hombre quiere la llave y ahora sé que también desea el cofre, Jack me dijo que el busca controlar el océano entero tomando el control de David Jones.

— No podemos darle eso a beckett elizabeth, ya te lo dije— dijo Adam— es muy peligroso. Debemos pensar muy bien que haremos porque de esto depende la vida de Turner.

Elizabeth bufó.

—lo sé, es solo que ya no se— dijo tomándose el cabello frustrada y alejándolo de su rostro.

En ese momento note lo bronceada que ahora estaba mi hermana. Sonreí de lado pensando en lo bonita que era en esos momentos y desee que Will pudiera verla. Al pensar en el sentí un hueco en el pecho y baje la mirada.

—elizabeth ¿tu fuiste la que puso el curso del barco?— le pregunté volviendo al tema.

Ella asintió.

—cuando hablé con jack me comentó de su estúpida brújula y como apunta a lo que más deseas.

Suspiré.

— Creo que no es buena idea involucrar tanto a Jack en esto— dije sintiéndome la peor persona de la tierra. Adam y Elizabeth me miraron confundidos.— el fue el que entregó a Will a Jones.

Elizabeth abrió los ojos en sorpresa y pude notar como estos llamearon.

—No sé que se trae Jack en manos pero lo notó raro. Temo que pueda traicionarnos.

Todos nos quedamos en un silencio tenso.

— Davina— me llamó una voz detrás de mí y me volví para encararlo. Me sorprendí de ver a James. Al verlo parado justo en frente de mi lo recordé en aquella taberna y como ahora formaba parte de la tripulación de Jack.

Sentí de pronto la mano de Adam en mi cadera y este me acerco a el mirando fijo a James.

—Hey— lo llamé tomándolo del mentón para que me mirara— todo está bien. Necesito hablar con el.

Adam negó y ví cierto pánico en sus ojos. Lo mire con ternura y me acerqué a el y plate un beso en sus labios.

—quiero arreglar las cosas— le dije en un susurro mirándolo fijo a los ojos.

Adam me miró rendido y me dedico una leve sonrisa antes de volver a besarme.

—entiendo— dijo y así aflojó su agarre de mi cadera. Una vez libre camine hacia James y juntos nos fuimos al otro lado del barco.

Llegamos a proa y ambos nos quedamos en silencio mirando el mar,  quedé hipnotizada por las olas y la salada brisa despeinando mis cabellos que olvide por completo con quién estaba. No sé cuánto tiempo estuvimos así pero cuando James habló brinqué un poco del susto que me dió su voz.

—Veo que me has superado— dijo con cierta tristeza buscando mi mirada.

Mire a James y por primera vez después de su abandono sentí rabia. Todo lo que antes había sentido era dolor, tristeza y decepción, pero ahora solo quería ahorcarlo. Suspiré tratando de calmarme y dejé que hablara el.

—Se que probablemente me odias pero quisiera que entendieras que lo que hice era mi deber.

— ¿entender que? ¿ Que abandonarme después de que te di una oportunidad solo para correr tras Jack para lograr un puesto más alto fue un acto completo de amor a mi?— solté sintiendo el enojo fluir por todos los rincones de mi ser.

James me miró avergonzado.

— No fue así.

— ¿entonces como fue James?— dije ahora con cierta decepción.— ¿acaso yo no fui suficiente para ti?

James trato de decir algo pero inmediatamente se rindió. Aquello me respondió mi pregunta.

—Lo siento.

Escuchar eso me lleno de cierta tranquilidad. Extraño, lo sé.

Mire a James y como lucía afligido, era obvio que no era el mismo. Sus ambiciones lo habían hecho perder todo y ahora no quedaba mucho de aquel valiente y honorable hombre del que alguna vez sentí algo.

—No quiero terminar mal contigo James. Acepto tus disculpas y espero que después de esto logres encontrar tu camino nuevamente. Eres un gran hombre, pero tus ambiciones pueden llegar a destruirte.

James me acercó a él y me tomó por sorpresa su abrazo. Un poco incómoda se lo devolví. Estuve abrazándolo un poco tiempo y después me aleje para mirarlo a los ojos.

Sus ojos azules me miraban llenos de agonía y tristeza. Sentí pena por el, pero afin de cuentas él había destruido todo.

—Buena suerte James.

James me miró con ternura y me sonrió antes de acariciar mi mejilla.

—Adios davina Swann.

Le sonreí en forma de despedida y después camine hacia Adam y Elizabeth, dejando atrás una parte de mi vida que ahora estaba resuelta.

...
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Piratas del Caribe: La Maldicion del Perla NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora