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Fui arrastrada por mi padre a un carruaje que nos esperaba cerca de donde habían arrestado a Elizabeth, pese a mis forzajeos por querer ir con mi hermana y Will mi papá logró someterme hasta que nos vimos dentro del carruaje.

—Dejame salir ahora— le grité molesta tratando de salirme.

—He dicho que no— me respondió gritándome  igual— Joel avanza.

El paje dió un tirón a las tiendas y los caballos comenzaron a avanzar, molesta bufé y le gruñi a papá para después mirar como comenzabamos a alejarnos.

—¿Por qué no fui arrestada?— le pregunté a papá minutos despues aún mirando por la ventana como la potente lluvia se estrellaba en ella.

—No lo sé— me respondió tranquilo.

—Yo debo estar allá con ellos, también ayudé a Jack— dije encarando a papá.

El me miró preocupado.

—Tu no debes estar allá— exclamó nervioso— y no me voy a arriesgar a perderte así que en cuanto lleguemos a casa harás una maleta y mañana en la noche te iras a Inglaterra.

Miré a papá sorprendida.

—Que— fue lo único que pude decir sintiendome molesta.

—Lo que escuchaste y no pienso repetirlo ni cambiar de opinión entendido. No quiero hablar más del tema— dijo cuando el carruaje se detuvo y alguien abrió la puerta.

Miré hecha furia a papá y estuve apunto de replicar pero miré a la puerta abierta y en ella ví a Adam O'connell.

Mi cuerpo entero se congelo al verlo parado a un lado del carruaje con las gotas de lluvia mojandolo por completo, sus ojos color mar escanearon el carruaje en un momento y cuando estos se posaron en mi pude sentir como perdí el control. Solté un suspiro cual enamorada, mis piernas temblaron aún estando sentado y mi corazón se aceleró.

Pese a que hacia varios meses lo nuestro había terminado aún el tenía cierto poder sobre mi. Aparte la mirada sintiendome una estúpida mientras mis mejillas comenzaban a sentirse calientes, era tonto reaccionar así ante el cuando yo nunca logré que el se sintiera así por mi.

—Soldado O'connell que rápido ha llegado— dijo papá interrumpiendo nuestro momento incómodo dándole unas palmadas en la espalda.

Adam apartó indiferente su mirada de mi y en ese momento.

—Recibi su mensaje— dijo sin más.

— Sigues siendo igual de eficaz O'connell. Ayuda a mi hija a bajar y adentro hablaremos de eso— dijo levantándose y bajando del carruaje para adentrarse a la casa.

Tragué en seco al verme quedado sola con Adam.

El miró como papá se perdió entre la densa lluvia y después volvió su mirada a mi. Ambos nos quedamos mirando inseguros e incómodos sin saber que hacer; Adam se aclaró la garganta y se rasco la nuca incómodo antes de tenderme su mano, miré su mano extendida y después lo miré a el, sus ojos me miraban expectantes y yo con esa mirada me estremecí.

Lentamenete estire mi mano a la suya y la tome, por un momento crei sentir un leve temblor en ella lo que me hizo mirarlo fijamente. Mi corazón latía tan fuerte que amenazaba con salirse de mi pecho y estaba segura que tenía el rostro como un tomate.

—Vamos Davina, no quiero que te resfries— me susurró en un tono suave envolviendo mi mano entre la suya antes de dar un leve y delicado tiron que me hizo levantarme para salir del carruaje.

El toque tan delicado y suave de la mano de Adam sobre la mía parecía quemarme mientras me mandaba miles de corrientes eléctricas,  su fuerte mano se aferraba a la mía y yo no podía más que sentirme plena.

Baje los escalones del carruaje y cuando llegue al piso miré nuestras manos y luego a el, sus ojos me miraban atentos y por un momento pensé que no había despegado su mirada de mi. Sacudí la cabeza alejando ese tonto pensamiento y con mucha fuerza de voluntad aleje mi mano de el.

—Gracias— susurré sin mirarlo y por alguna razón sentí un nudo en la garganta. Verlo dolía, sentirlo, tenerlo tan cerca y saber que ya no había  esperanza entre nosoteos era aún peor, tal vez creí haberlo  superado pero la realidad era que me había estado engañando estos meses. No deje que me respondiera y comence a caminar a mi casa.

De repente el recuerdo de Adam y yo besandonos en la isla en que Barbosa nos dejó varados a Elizabeth, Jack y a mi se plantó en mi mente. Perdida en aquel hermoso recuerdo y sintiendo que en cualquier momento me hecharia a  llorar no fui consiente de que mi tacón se atoró en mi vestido y me hizo tropezar.

Cerré mis ojos tensandome en espera del golpe contra el suelo que estaba a punto de ocurrir pero este nunca llegó, en cambio senti unas fuertes y familiares manos tomarme de la cintura y un leve giro impidiendo así mi caída, abrí los ojos asustada esperando ver el suelo pero lo que ví fue el bello rostro de Adam a escasos centímetros.

Su cercanía me hizo vaciar el aire completo de mis pulmones y miles de mariposas volaron libres por mi estómago haciéndome sentir débil entre sus brazos. No supe en que momento había enrredado mis manos en su cuello pero lo hice y al darme cuenta de ello me incorpore y me aleje de el.

Adam quiso decirme algo pero yo no lo deje y me di la vuelta confundida, avergonzada y dolida para entrar a mi casa.

—Davina cariño Olga te está preparando un baño caliente arroba, cuando termines has lo que te dije. Estaré aquí con O'connell— me avisó papá cuando entré a la casa.

El se estaba quitando su sacó ayudado por Jaimie nuestro portero.

—Gracias soldado O'connell— dije fuerte y claro tratando de no derrumbarme y sin más me retire a mi habitación.

No ví la reacción de Adam a mi tan indiferente agradecimiento, pero mientras subía las escaleras si logré escuchar a papá mencionar que sabía que había estado con varias mujeres y que le contara si alguna había sido la elegida.

Esa simple palabra fue lo que logró romperme el corazón y sin poder aguantarlo más corrí a mi habitación para así poder sacar todo lo que tenía reprimido.

...

¡Hola mis amores!
¿Que tal?
Aquí les dejo capitulo nuevo ❤
¿Que opinan?
Espero les guste.
XOXO

Piratas del Caribe: La Maldicion del Perla NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora