• Capítulo 36 •

1.9K 154 67
                                    

36: “ I miss you ” [#2]
Capítulo final

  Las semana pasó, y Ámbar solo estaba encerrada en su habitación sin querer salir, al menos que sea para poder ver a Simón. Hoy era el esperado día en el que él saldría de la prisión, Nicolás, Pedro, Malena y Ámbar, fueron a verlo para de una buena vez llevarlo a la casa. Su silueta se visualizó saliendo de la cárcel.

— ¡Amor! — gritó la rubia corriendo hacia su amado —. No sabes cuanto te extrañé — lo besó.

— Yo también, hermosa — la abrazó por la cintura —. Se me hizo una eternidad, ¿Sabés lo mucho que me costo dormir sin estar a tu lado? — hizo un puchero.

— Me paso exactamente lo mismo.

~•~

— Linda, ¿Estas lista? — ella asintió —. Bien... — quitó la venda de sus ojos, dejándola presenciar tan bonita sorpresa que él le había preparado.

  Pasó exactamente un mes después de todo lo sucedido, las cosas cambiaron drásticamente, él y ella se fueron a vivir a un departamento para su privacidad, hoy cumplirían un mes. Su sorpresa sería deslumbrante, fantástica e importante. Tranquilamente puedo decir que, la luz en sus vidas apareció por fin, no habrá más oscuridad. La felicidad perdurará hasta el final de sus vidas.

— Simón... Es... — se tapó la boca de lo sorprendida que estaba y comenzó a llorar —. Perfecto — dijo sin aliento.

— Sabía que te gustaría — la besó.

— Te amo — sonrió dejando mostrar su dentadura perfecta.

— Yo también, bonita — acarició su mejilla —. Por eso mismo, quiero hacer esto — se arrodilló ante ella, sus nervios estaban de punta, sacó una cajita aterciopelada y la abrió, mostrando un anillo con un pequeño diamante —. Ámbar Smith, ¿Quisieras ser mi mejor amiga, mi compañera, mi amante, mi novia, mi confidente, mi amor eterno, toda la vida?, ¿Te gustaría unir nuestras vidas en una sola, vivir nuestra propia historia de amor a nuestra manera?, pero lo más importante, ¿Quisieras ser mi esposa? — Ella se emocionó tanto que gritó.

— ¡Claro que sí, amor! — lo tomó por el cuello de su camisa y lo besó desesperadamente, con mucha pasión y lujuria.

  Comenzaron una batalla de lenguas, un delicioso sabor se sintió convirtiendo el beso algo más profundo, con su mano libre, él tomó de la nuca de ella para profundizarlo más. Pero como necesitamos oxígeno, tuvieron que separarse.

— Hey, bonita, ese beso fue... — tomó aire en grandes cantidades —. Delicioso.

— Tus besos siempre son deliciosos — sonrió divertida y tomó el anillo para colocárselo en el dedo de en medio —. Te amo, mucho, much... — fue callada con otro beso, deseoso, con sed de más.

   Se fueron recostando en una cama que había en la cabaña, él recorría cada parte de su perfecto cuerpo, cada curva, toda su piel. Mientras que ella con sed de pasión saboreaba los labios de él con gran intensidad, disfrutando de cada toque por parte de su novio. Su mano descendió hasta su muslo y comenzó a acariciarlo, ella con aquel toque la hacía subir de deseo.

— Hmmmm — gimió al sentir las lamidas de él cerca de sus pechos —. Uhmmm — ahora depositaba cálidos besos en la parte descubierta, gracias a su pequeño escote.

— Te deseo, te amo, me encantas — susurró entre besos.

— Hazme tuya — ordenó ipso facto —. Ahora.

— Será un placer, amor — la besó y fue desabotonado lentamente su top color blanco, dejando ver a sus formados pechos, los cuales comenzó a saborear de inmediato. Haciendo retorcer a nuestra rubia de placer.

  Fue cuestión de minutos para que la ropa quedara por todas partes, ahora eran ellos, disfrutando de su amor, del placer, de la felicidad que no carecía en nada. Eran solo ellos, siendo sus propios amantes, creando su momento.

~•~

  Todos estaban reunidos en la iglesia para presenciar la boda de ambos, algo muy especial y conmovedor, porque nadie iba a creer nunca que alguien como Ámbar y Simón terminarían juntos. Pero como siempre dicen, los polos opuestos se atraen, y vaya, con mucha intensidad.

— Estamos reunidos aquí, para consagrar a esta bella pareja — comenzó a hablar el sacerdote —. Antes de comenzar, si hay alguien que se opone a unir a estas personas que se aman... — como nadie habló, prosiguió —: Ámbar Smith, ¿Aceptarías a Simón Álvarez por toda la eternidad para ser tu fiel pareja, para amarlo infinitamente hasta que la muerte los separe? — se dirigió a la rubia.

— Acepto — sonrió mostrando todos sus perfectos dientes.

— Bien — esta vez miró al castaño —.
Simón Álvarez, ¿Aceptarías a Ámbar Smith, por toda la eternidad para ser tu fiel pareja, para amarla infinitamente hasta que la muerte los separe? — preguntó.

— Sí, acepto.

— Traigan los anillos — anunció el padre, obligando al padrino acercarse

En un pequeño instante, ambos se miraron alegres, llenos de amor, apreciaron sus aspectos; ella con un vestido blanco de seda, con un pequeño volado y con unas pequeñas rosas blancas en la decoración del escote, con encaje también. Y él, con un traje negro, y una rosa blanca en el lado de su corazón.

— Ámbar Smith de Álvarez, siempre serás mi bonita — colocó el anillo matrimonial en su dedo.

— Simón Álvarez de Smith, siempre serás mi luz — colocó el restante anillo matrimonial en su dedo.

— Entonces, por el poder que la Iglesia me confiere, los declaro marido y mujer — finalizó el padre —. Puede besar a la novia.

   Y así fue aquel día, donde ambos juntaron sus vidas, donde se habían prometido amor por toda su vida. Porque ellos lo deseaban así, vivir juntos enamorados toda la vida, crear una familia hasta el final de los tiempos, ser felices sin ninguna molestia en el camino, solo querían ser ellos mismos.

Él fue su luz.

Ella fue la bonita razón de su vida.

A veces, tus errores te traen consecuencias magníficas. Arriesgate a vivir esos errores.

 Bonita© | SimbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora