• Capítulo 14 •

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- ¿Me vas a decir? - se cruzó de brazos la rubia mexicana, acomodándose en un cómodo sofá para dos color crema.

- Esta bien...- bufó, colocó ambas tazas de café en la mesa pequeña de madera que había aquel living. Seguido de esto, se sentó al lado de su amiga.

- Gracias - tomó una de las tazas y absorbió un poco del contenido.

- Bien, ¿Por dónde comienzo? -. Pensó un poco en como relatarle aquel hecho, era complicado, ya que ella había prometido no caer en sus juegos - Simón, me había dejado un pequeño detalle - su mirada se desvió a la caja muy bien decorada y se sonrojó al instante -. Cuando menos me di cuenta, él y yo...

- ¿Tú y él...?- su amiga estaba impaciente, quería saber más.

- Nos besamos - soltó finalmente para absorber un poco del café.

- ¡¿Ustedes qué?! - abrió sus ojos como platos y escupió el líquido en la alfombra blanca que había en el piso.

- ¡¿Ramiro y vos qué?! - imitó su forma de hablar, se recibió una mirada matadora de parte de su mejor amiga.

- Ámbar él... ¿No esta jugando con tu corazón? ¿Verdad? - dejaron las tazas en la mesita y Emilia tomó ambas manos de su amiga.

- No lo sé... - se encogió de hombros.

- Hoy cuando estaba con Ramiro, encontramos a Simón y Jazmín hablando muy entretenidos en la plaza, parecía que tenían una cita - bajé mi mirada apenada.

- ¿Y por qué pensas eso? - sus ojos empezaron a cristalizarse.

- Porque estaban muy bien vestidos, y él tenía unas flores en la mano-. acarició el cabello de la rubia argentina.

- Traidores...- la miró a su amiga con los ojos cristalizados, era muy notable.

- No llores, no te merecen - Ámbar negó con la cabeza y seguido de esto se levantó con demasiados pensamientos en su mente.

- Yo no voy a llorar -. Se secó algunas lágrimas que empezaron a salir, luego sonrió maliciosamente - Ya no más, desde hoy, mis días estan claros. Todos tendrán un motivo definitivo, no más dudas, no más amor.

- ¡Así se habla! - la felicitó, ella le mando una mirada de odio lo cual le sorprendió a la mexicana.

- Desde ahora, mi camino esta fijo, mi historia esta escrita. Ya no hay un nosotros, hay un yo. Tenía razón desde un principio, la respuesta no es el amor -. Ambos brazos los puso atrás, y su mirada fue de pura maldad - La reina ha vuelto, y más mala que nunca -. Sonrió - Mi venganza apenas comienza.

(♪♪♪)

- ¡Hola, Simón! - una chica pelirroja se atravesó en su caminó.

- Jazmín - la saludó para luego seguir su camino.

- ¡Espera! - rodó sus ojos y se volteó para verla.

- ¿Qué? - dijo seco, a lo cual ella respondió con una mueca.

- Quería decirte que... Yo... - miró a dos personas que venían caminando por ahí, para ser exactos eran Emilia y Ramiro -. ¿Puedo darte un besito en la mejilla?.

- ¿Qué? - respondió confundido el mexicano.

- ¿Y esas flores? - La pelirroja miró con un brillo en sus ojos aquellas rosas rojas.

- Son para alguien - respondió rápido. No quería ser descubierto de la sorpresa que le haría a la rubia, su rubia.

- Ah - bajó la cabeza y volvió a mirarla- Tengo que decirte algo - se le acercó más de lo debido pero él se alejó.

- ¿Qué hacés Jazmín? - preguntó interviniendo Emilia.

- Nada que te importe, Slider out -. Respondió ella.

- Esa frase no te queda, Jam and looser - rió la mexicana que estaba tomando de la mano al chileno.

- ¡Ahgr! - hizo un pequeño berrinche y se fue corriendo, pero terminó cayendo en el pasto porque tenía unas plataformas demasiado altas.

Jazmín nuevamente empezó otro berrinche, con lágrimas esta vez.

- ¿Y tú?, ¿No le dirás nada? - dijo la rubia al mexicano.

- Y-Yo...- la miró y él salió corriendo, a quien sabe donde.

(♪♪♪)

- ¡Feliz Cumpleaños, Hija! - la felicitó su mamá entrando con un gran pastel de chocolate.

- Primero, yo me llamo Sol, Monica. Y segundo, ¿Qué hay de feliz si me prohibieron ir a patinar? - dijo cruzándose de brazos aún sentada en su cama.

- Ponele ánimo a tu día, cariño - ignoró el primer comentario.

- ¡Vete de aquí! - respondió harta.

(* * *)

- Bien, primero que nada, quiero que busque a esta rubia - le entregó una foto.

- Ajá, ¿Y después? - tomó la foto.

- Quiero que secuestres a esta niña - le entregó otra foto -. Los datos están listos por e-mail.

- Perfecto, nos vemos, Sharon.

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¡Drama!

 Bonita© | SimbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora