• Capítulo 13 •

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- ¡Luna no lo hagas! - llegó corriendo Gastón con el pelo revuelto y las muñecas marcadas.

- ¡¿Como escapaste?! - frunció el ceño la mexicana, pero al darse cuenta de lo que había dicho se tapó la boca.

- No tengo tiempo para esto - Habló Gary.

-No, espera - lo detuvo Simón.- Luna, ¿Que haz hecho?

- ¡Bien! - dijo rendida. - Culpé a todos ustedes de romper el contrato de Gary porque quería volver al equipo. Es lo que corresponde.

- No Luna, no corresponde sabotear así a tu amigo - se señaló a sí mismo. - Tú no eres así.

- ¡Solo quiero lo que es mío! - rompió en llanto.

- Estas suspendida por una semana del Jam and Roller - aviso Gary furioso.

- ¡Bien! - salió corriendo en lágrimas del lugar.

- ¿Eso significa que nos quedaremos en el equipo? - Sonrió Ámbar.

- ¡No es justo! ¡Ella incendio la pista! - Jazmín hizo un berrinche.- ¡Mentirosa! ¡Traidora! ¡Roba chicos! ¡Sin identidad! - y esas palabras fueron el colmo.

- Todos sabemos que ella es Sol Benson, pero en el fondo, sigue la Luna Valente. La chica que no era egoísta - habló Gastón - La atención le llegó a la cabeza - tomó de la muñeca a la pelirroja - Y vos, te ubicas, no te permito que le hables así a mi amiga.

- Yo no soy amiga de ninguno de ustedes - señaló a los que antiguamente habían roto su corazón.- Los odio a todos, y me encargaré de que a cada uno les llegue su merecido- miró a una persona en particular.

(♪♪♪)

- Paliza de besos para comenzar, apaga la luz y solo disfrutemos - cantaba la rubia.

- ¡Male! - la llamó su madre desde la cocina.

- ¡Ya voy! - contestó.

Rápidamente bajó las escaleras para encontrarse con su madre llorando de felicidad. Se acercó a ella con demasiadas preguntas, decidió esperar a que ella dijiera algo, pero como no fue así, empezó ella.

- ¿Qué pasa?

- Encontramos a Ámbar - se tapó la boca con impresión y no pudo evitar soltar algunas lágrimas de alegría.

- ¿Cuando iremos a buscarla? - Apoyó una mano en el hombro de su mamá.

- Quisiera ir hoy, pero ya es tarde, además, hoy tuvo un día complicado. - asintió.

- ¿Y como sabes todo eso? - se encogió de hombros.

- Me he estado comunicando con una amiga de ella, se llama Flor - Sonrió.

- ¡Conoceré a mi hermana! - gritó irradiando felicidad.

(♪♪♪)

-¡Que lindo! - exclamó la rubia al encontrar un paquete muy bien decorado en la puerta de su departamento. - ¿Será para mí? - tomó la caja entre sus manos y la inspeccionó, tenía una tarjetita con letra cursiva que decía:

"Divina, única, hermosa, de ojos zafiros, de sonrisa radiante y de un corazón de oro. Y que más da si amarte es mi perdición, lo haré igual.

De: ♥
Para: ÁS"

Estaba dudando si abrirla o no, ¿Qué pasaba si todo esto era una simple ilusión? ¿Será verdad que alguien sentía algo por ella?. Finalmente se decidió y abrió aquella caja, contenía fotos y bombones de chocolate, dentro de ella también estaba un USB, ¿Que tendría?- se preguntó la rubia. Miró las fotos y se paralizó, como las amaba, pero al mismo tiempo las odiaba. La carta la hizo añicos y las fotos, ¿Realmente las quería desechar?.

- Oh, Simón... - sollozó.

- Bonita...- ella se sobresaltó y terminó tirando todas las fotos al piso.

- S-S-i-món...- se agachó para poder recoger las fotos.

- ¿Te gusto? - preguntó mientras ayudaba a la rubia a guardar las fotos.

- S-No. - levantó la caja y le colocó la tapa.

- ¿Y por qué la guardas? - dijo él mientras veía como la chica iba a entrar en el departamento.

- La iba a tirar - dijo fría.

- Oh, sí... - rodó sus ojos.

- ¿Podrías irte? - dejó la caja en el piso y volvió a mirarlo.

- No -.

- Me estas obligando a gritar - abrió su boca lista para gritar pero él la detuvo con un dulce y tierno beso.

Tal y como las películas románticas lo hacen, un beso y todo esta bien. Pero, esto no era una película realmente, esto era la vida real. Y en ella, no podía existir un final feliz. ¿Verdad?. Se separaron, la rubia estaba a punto de decir algo pero...

- ¿Por qué eres tan lindo?...- dijo una chica que llegaba besándose con un chico.

Mirándolos bien, eran Emilia y Ramiro. Estaban demasiado enamorados al parecer, se besaban con locura y sin piedad, la pasión desbordaba en ellos. El deseo era la mejor sensación que podían sentir estos dos jóvenes en estos momentos. Pero aquella sensación se esfumó apenas vieron a Simón y Ámbar juntos. Los cuatro estaban perplejos, estaban asustados de la reacción de cada uno.

- ¿Son novios? - soltó el mexicano.

-Vaya, si que sabes como romper el hielo, eh Simón.- pensó. El chileno y la mexicana dudaban si decir algo sobre su relación secreta de apenas unas horas, ¿Eran de fiar realmente?.

- Sí - respondió él.

- ¡Tonto! - lo regañó.

- B-B-Bueno, no diremos nada si ustedes dicdn que no vieron nada - se encogió se hombros la argentina.

- ¿Ver qué? - preguntó curiosa Emilia.

- ¡Nada! - respondieron rápidamente Simón y Ámbar.

- No, ahora me decís - se cruzó de brazos su mejor amiga.

- ¿No podemos hablar adentro? - dijo incómoda.

- Bien - rodó sus ojos y miró a su novio. - Adiós - besó su mejilla y ambas chicas entraron al departamento.

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 Bonita© | SimbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora