Se despertó allí, en un nuevo hogar junto a su amiga, sin preocupaciones que la atormenten. Y lo mejor, sin voces chillonas que la irriten. Se levantó de aquella cómoda cama, y antes de irse al baño, decidió acomodarla. Después de que ambas se levantaran e hicieran su rutina matutina; cambiarse, lavarse los dientes, entre otras cosas. Las dos rubias caminaron en dirección al Roller, donde se encontrarían con sus amigos y, tratarían de hacer un acuerdo con Gary. Y así, arruinar todos los sueños de aquellos nefastos adolescentes que le hicieron la vida imposible a Ámbar.
Ya en dicho lugar, los siete amigos se sentaron en dos mesas, y llamaron a Gary. "Ojalá todo funcione", pensaba Ámbar. Él dicho señor se acercó a los adolescentes y dijo:— ¿Ustedes son los Sliders? — levantó una ceja.
— Ajá. — respondió la pelinegra.
— ¿Qué puedo hacer por ustedes? — se sacó sus lentes de sol y los apoyó en la mesa.
— Queremos ser parte del equipo del Jam and...— el italiano fue interrumpido.
— Ya no es más, Jam and Roller. Ahora es somos Los Reds Sharks — suspiró—: Comenzó una nueva era de oportunidades, y como la época del "Jam and Roller" — hizo comillas— terminó, ustedes, están permitidos a participar en nuestro equipo y, volver a entrar a este lugar — miró a Benicio.
— Muchísimas gracias, Gary — habló Flor.
— Desde un principio, Ámbar me dio una sensación de victoria. Y nosotros nunca perdemos, por buen equipo que son ustedes, supongo que no me harán perder. ¿No es así? — sonrió de lado.
— Obvio — dijo al unísono todo el equipo.
— Bien, entrenan con Juliana esta tarde, suerte — se colocó nuevamente los lentes y se fue de allí tarareando una canción, quien sabe cuál será.
— ¡Estupendo! — exclamó emocionada Ámbar.
— Te lo dije rubia, ganaríamos a Luna — sonrió victoriosa su amiga.
— Gracias miles por apoyarme en todo — sonrió.
— Eres parte de la familia — habló Benicio.
— Eso me agrada —lo abrazó. — Además, estoy muy feliz por vos, que bueno que encontraste a alguien que te soporte — rió.
— ¿D-De qué hablas? — se encogió de hombros.
— Oh, vamos — sonrió pícara Flor — No te hagas, te vi como le agarrabas la mano a Ludmila, y como la defendías — Todos excepto Ludmila y Benicio rieron.
— ¡Ush! — se quejó la pelinegra — Sí. Me encanta, ¿Cual hay? — se encogió de hombros. Todos soltaron una carcajada, exceptuando nuevamente a los dos chicos. Ambos se sonrojaron.
— ¡Salgan de acá! — esa voz chillona...
(• • •)
Todos entraron muy animados, con sonrisas contagiosas, y muchos regalos. Pero aquellas; las de Jim, Yam, Luna, Matteo, Nicolás, Pedro, Jazmín, Delfina, Nina y Juliana. Se borraron al instante.
Furiosa, la de ojos esmeralda se acercó a los que reían muy animados. Colocó ambas manos en sus caderas e soltó una pequeña tos falsa para que la oyeran, pero al no recibir respuesta, decidió hablar.— ¡Salgan de acá! — ordenó.
— Vos no mandas, Lunita— la miró indiferente Ámbar.
— ¡Andate de acá!, ¡Asesina! — sus ojos se abrieron como platos, y en su garganta se formó un nudo, impidiendo una respuesta de su parte.
— ¡Callate, chaparrita! — habló Ludmila — Anda con tu Familia y viví tu cuento de hadas sin dañarnos a nosotros. Además, no te queda el papel de niña mala, Gnomo— recibió un "Oooh" de parte de su equipo. Por otro lado, Simón y Gastón se partían de la risa por dentro, pero no lo iban a demostrar.
— ¡No soy un Gnomo! — se cruzó de brazos con una expresión de enojada.
— ¡Ni sii in ñiimi! — la Imitó Martín.
— Luna — el chileno se acercó a ella — Perdón...
— Tranquilo, aún...— fue interrumpida.
— ¡Perdón por tu estatura!, ¿Consideraste alguna vez ir al doctor por aquello? — soltó una carcajada y volvió a su lugar.
— ¡Mi amor! — Yam corrió a él esperanzada con hacerlo reaccionar a su amor. Pero, no funcionó.
— Salí de acá — dijo con una mueca.
— Y-Yo...— estaba impactada por su reacción, Luna la sacó de aquel momento incómodo.
— Ya no es el mismo — susurró.
— Salgan de acá — ordenó Juliana.— en especial vos — se dirigió a Benicio.
— Bueno, ¿Pero que tenemos acá?, yo permití a estos talentosos jovenes a participar en mí equipo — sonrió victorioso.
— Estas cometiendo un tremendo error — le advirtió la pelinegra mayor.
— Ellos son mejor, que todos los tuyos, "sentimentales y que lo dan todo" — hizo comillas — ellos me costaron un trofeo. Y no lo permitiré más.
— No me interesa en lo absoluto tu decisión — levantó una ceja — Yo no los entrenaré.
— Entonces serás despedida — ella se quejó — Leyes de Videa, cariño — le guiñó un ojo y se fue.
— ¿Te cayó mal que te dejaran la boca cerrada Juli? — habló sonriente Ámbar.
Esto apenas comienza...
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1/3 maratón, mañana sigo ♥
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Bonita© | Simbar
FanficA veces los errores traen consecuencias, pero este fue el mejor error de sus vidas. Después de todo, si amas con todas tus fuerzas, tenés que dejarte llevar por tu corazón. Y aunque su vida jamás fue como un cuento de hadas, él siempre la va querer...