• Capítulo 15 •

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   Los ruidos de pájaros cantando sus típicas melodías, el sol asomándose por las ventanas y el color del cielo pintado de un color medio anaranjado, marcaba la hora de que estaba amaneciendo. Una de las rubias no podía conciliar el sueño aún, era horrible, tuvo una noche complicada. Se removía en la cama sin poder tener paz, las preguntas no paraban de rondar por su cabeza, eran como un taladro en esta última.

— Ahgr —. La adolescente se levantó con un humor algo pesado, se dirigió al baño arrastrando sus pies.

   Entró al cuarto de baño y se despojó de sus prendas para poder entrar a la ducha, giró el grifo del agua fría, ya que en estos días el calor era insoportable. Dejó deslizar las gotas que iban cayendo por todo su cuerpo, de la cabeza hasta los pies. Colocó un poco de shampoo en la palma de su mano, para después esparcir este por todo su cabello dorado, luego lo lavó quitándose todo el producto, para poder dedicarse al cuerpo.
Después de bañarse y relajarse, salió de la ducha y agarró una toalla de color blanca suave, con esta rodeó su cuerpo. Luego escogió otra para ponerse en el pelo, y así salió a su cuarto para poder vestirse. Eligió una de sus mejores ropas, casual obviamente, hoy sería otro estupendo día.
Sacó una camisa color crema y un short blanco del cajón, unos tacones bajos y un collar.
Al poco tiempo su mejor amiga la llamó para desayunar, se sorprendió, pensó que seguía dormida.

— ¡Ámbar! — volvió a llamarla.

— ¡Ya voy! —. Respondió colocándose sus tacones.

  En el camino corto del cuarto de la rubia hasta el comedor, resonó el tacón haciendo contacto con el piso, creando un ruido conocido. Algo que la hacía estremecerse, ya que, le recordaba viejos tiempos. El timbré sonó y eso hizo que ella se desvíara de su camino, giró la perilla y abrió la perilla. Una sonrisa falsa se dibujó en su rostro.

— Hola, ¿En qué te puedo ayudar? — dijo con amabilidad.

— ¿Ámbar Smith? — ella asintió.

— ¿Te puedo ayudar en algo? —. Se estaba desesperando, tenía hambre.

— Sí, necesito que vengas a este lugar, a este horario. Y sola. — le entregó un papel doblado —. ¿Fui clara?.

— Eh..  Y-Yo...— balbuceó.

    La persona rodó sus ojos y empezó a alejarse, dejando a Ámbar con la palabra en la boca, ¿Quién era? ¿Qué quería?

— ¡Ámbar! ¡Dale vení! — dijo harta la mexicana.

— ¡Y-Ya voy! — cerró la puerta y caminó al comedor.

(♪♪♪)

— Sharon, ya esta, cité a su ahijada para verla esta tarde — dijo al otro lado de la línea.

— ¿Pudiste secuestrar a la otra? — preguntó la mayor.

— Aún no, esperaré a su ahijada — Sharon sonrió con malicia.

— Perfecto — colgó la llamada.

(♪♪♪)

— ¡Feliz cumpleaños amiga! — La castaña la abrazó con demasiada fuerza.

— ¡Nina soltame! — le exigió rodando sus ojos.

— Luna, ¿Estas bien? — preguntó preocupada su amiga.

— ¡No, claro que no!, Nina no seas absurda — se alejó de ella y le dio la espalda — Esa rubiecita me las pagará.

— ¿Te vas a vengar de Ámbar?, Luna, vos no sos así... — la de ojos esmeralda la miró con una ceja levantada.

— Obviamente que Luna Valente no es así, pero Sol Benson sí —. se encogió de hombros —. Todo lo que va, viene.

(♪♪♪)

— Simón... — el rubio lo llamó por segunda vez.

— Seguro esta en las nubes — Acotó Pedro —. Y esas nubes tienen el nombre de Ámbar Smith.

— ¡Ámbar! ¡¿Dónde?! — dijo reaccionando de un trance el mexicano.

— No cambias más — rieron sus amigos.

— Eso no es simpático Pedro, no seas cruel — bajó la mirada el castaño — La extraño mucho...

— Pero si se vieron ayer, ¿Verdad? — él rodó sus ojos.

— Sí, pero, ella no me quiere perdonar — Nicolás bufó.

— ¿Y qué esperas?, si le dijiste cosas tan dolorosas que ni vos mismo las resistirías oír — dijo obvio el rubio.

— Ya lo sé... — suspiró triste.

   ° ° °

    Y en un lugar lejano de allí una joven con tez blanca y cabellera dorada atada en una cola de caballo, caminaba en dirección al actual local "The Red Shark", en donde encontraría a su hermana. Y aunque su mamá le avisó que no podía decirle realmente quien era, ella quería acercarse, ¿Por qué tal orden?, quería protegerla de Sharon. Realmente lo quería.
Al llegar al dicho lugar, vio a tres chicos riéndose, se acercó a ellos.

— ¡Hola! — dijo con una sonrisa.

— Hola — el rubio le devolvió la sonrisa —.¿Te podemos ayudar en algo?.

— Sí, ehm, ¿Podrían hacerme un licuado de frutilla? — habló algo nerviosa.

— Sí, ¿Es tu primera vez acá? — preguntó el pelinegro.

— Sí, ¿Es obvio? — rió —. ¡No espera! — detuvo a Nicolás que estaba a punto de hacer el licuado — Mejor, un licuado de Banana, ¿Puede ser?. No, mejor, uno de maracuya.— Pedro y Nico rieron.

   Aquella risa y esa manera de cambiar de decisiones, le llamó la atención al instante a Simón. Le resultaba tan familiar a Ámbar.

— ¿Cuál es tu nombre? — preguntó Simón.

— Malena, un gusto — sonrió.

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¡Suspenso! Ahre.
¡No olviden votar para más capítulos!
Se viene el dramaaa chamas.
Y además, ¡Vamos por el puesto #726 en fanfic!.
No puedo creerlo 😊😊

 Bonita© | SimbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora